martes, 13 de enero de 2009

Café Iruña.

Toda la vida es un pozo de soledad que va ahondándose con los años

(Juan José Saer)



Me siento en el café Iruña, junto a la ventana.

Mientras tomo a sorbos una achicoria demasiado caliente, anoto todo aquello que pasa, lo que no parece tener importancia. Personas anónimas, coches, autobuses rojos, un juez seguido de dos hombres altos con gabardina y gafas negras. Suenan las campanas de san Vicente. Este año aún no han venido los estorninos. Pasa un vecino del número 15, Isabel, niños, un hombre con un ramo de gladiolos, viento, bellas mujeres con melenas de colores que perfilan estelas perfumadas.

Corren los minutos con sus diminutas patas detrás de esta cortina manchada de azafrán.

Con incredulidad miro a una guapa joven que sonríe y me señala con el dedo índice. Me atuso los cabellos, me arreglo el nudo de la corbata, ¿es a mí? La joven se acerca, sus piernas, tan largas, llegan hasta el suelo. Intento levantarme con presteza pero noto un chasquido en los riñones. Ella dice: “Papá, es hora de volver a casa”. Saludo con el sombrero a los camareros con guardapolvos grises, dejo una generosa propina sobre el mármol y nos vamos. La bella muchacha, mi hija, me sujeta del brazo derecho mientras caminamos pasito a pasito.

Corren las horas de patas largas sobre el riesgo del olvido, de la incredulidad saliendo a chorros por mi cerebro con agujeros, del regreso al refugio insumiso.

Una anciana deja mendrugos de pan duro a las palomas. Un vagabundo dormita tumbado en un banco bajo la palmera. Ante la estatua negra de Sabino Arana pasa la indiferencia, una señora con una merluza en brazos y perejil en el sombrero, un dependiente de ultramarinos con una cesta en la cabeza, un gato blanco, una persona de baja estatura con boina y gabardina infantil.

Corren los días sobre una pista de atletismo sin atletas, todos duermen bajo las parras olímpicas.

Caminamos en círculo. “Adiós, don Pedro”, dice el concejal de Buenas Costumbres, un impostor. Entre mis piernas cruza un conejo con un pañuelo al cuello, le sigue un cazador con una escopeta plateada. Un globo aerostático se ha prendido del mástil de la ikurriña de Sabin Etxea. Comienza una lluvia de segundos y ceniza, nos refugiamos bajo el alfeizar de un establecimiento de empeños. De mi brazo, una hermosa joven me habla y habla con extraña familiaridad. No sé quién es. Llevamos horas de marcha, parece que nos hemos perdido. Las calles están desmayadas, sin nervadura. Las porteras nos tiran gorriones dormidos. Un rinoceronte/perro nos enseña los dientes. Me quedo solo en el centro de un laberinto. Grito.

Me despierto y estoy sentado en café Iruña, junto a la ventana.

Corren los años con largas zancadas acercándose/alejándose de la dama de negro que sonríe, desdentada, sobre la urgente geografía de una zanja.

Tomo un pacharán tras otro y anoto todo aquello que pasa, lo que no parece tener importancia. El alcalde sonriendo a diestro y siniestro, el mancebo de la farmacia de la esquina, una manifestación de un grupo de damnificados por no sé qué detrás de una pancarta de terciopelo, dos ciclistas, una señora con un sombrero audaz, Isabel, un político con sus amigos, otro político, de la oposición, con sus guardaespaldas, una nube de insectos verdes. Suenan las campanas de san Vicente. Dentro del juzgado se sientan Ibarretxe, Patxi López y viceversa. Una guapa joven me señala con el dedo índice. Me dice: “Papá, es hora de volver a casa”.

Todo es adrede, todo hace trizas el alma

(Benedetti)


23 comments :

cristal00k dijo...

Miraste y viste. Y es difícil.

Belén dijo...

A mi no se si me gustaría estar así o morir, la verdad...

Besos

ybris dijo...

¡Un sueño!
Un placer acompañar tu visión de una hija con piernas largas que le llegan hasta el suelo mientras "corren las horas de patas largas sobre el riesgo del olvido".
Y otro el surrealismo flotando bellamente por tu escrito.
Hay palabras como ojos que saben mirar.
Estas, por ejemplo.

Un abarzo.

Margot dijo...

Estoy con Ybris... desde el sueño al surrealismo presente, tienes una forma de mirar...

Y de contar, malaje, y de contar!

Besos al otro lado del cristal!

(He visto la cita de Los Viajes con Heródoto; qué libro más bello, verdad?)

Eria.. dijo...

Lo has escrito tan bien que tengo un desasosiego... ¿será asi como terminemos?
Besitos varios.

Tempero dijo...

Yo, yo, sin cesar, empezando.
Tú, tú, sin cesar, empezando.
El café Iruña, el café Iruña, sin cesar, empezando.
La calle, la calle, sin cesar, empezando.
Los sueños, los sueños, sin cesar, empezando.

La mar, la mar, sin cesar, empezando. (Jorge Guillen acudiendo a Paul Valéry en su verso 'La mer, la mer, toujours recommencée'.

La soledad, la soledad, sin cesar, concluyéndonos.
El tiempo, el tiempo, sin dejar de andar, concluyéndonos.
La muerte, la muerte, oiga, ¿quién es ésa? No sé, alguien que se ha empeñado.

pati dijo...

Más difícil todavía: Conseguiste que yo lo viera.

Besos :)

mirada dijo...

No sé cómo lo haces así de bien...
Pero lo consigues, ¿a base de disciplina?.
Todas las palabras que llevamos por dentro en muchos instantes del día, que aparecen como flashes...
Y tu las enlazas una detrás de la otra, comunicando mucho más que una idea, un sentir, una inquietud.
Enhorabuena. Muchos besos enlazaditos...

Pedro M. Martínez dijo...

Queridas, queridos, quiero contestar estos comentarios con calma.
La foto representa los jardines de Albia, al ladito de mi casa.
La estatua es de D. Antonio de Trueba.
La iglesia es la de San Vicente.
Al fondo está la casa cural y en una esquina Sabin Etxea.
A la derecha estaría (está) el Juzgado. Ah, y el café Iruña.
El resto es parte de mi vida, de mi imaginación, de mis recuerdos, de mis proyecciones, de mi historia, de mis historias, de mi necesidad de escribir.
Desde que empezó el año tengo mucho trabajo (que dure) y poco tiempo para el blog, también para visitaros –mis disculpas.
Para colmo me voy de viaje el sábado, a Burdeos (espero volver pronto)
A la noche contesto, muchas gracias.

Este post lo he escrito con el alma (como siempre, como todos), en varios días (lo he tocado y retocado).

Anónimo dijo...

Iluminas mi mirada con Sorolla, en esa etapa suya tan nuestra, llena de luz, en la que no es preciso entender de arte, es cuestión de sensibilidad. Y a continuación brillan mis ojos llenos de lágrimas por la profundidad de un texto tan profundo, que verdaderamente hace trizas el Alma.
Gracias...

Pedro M. Martínez dijo...

cristal00k, miro, veo, siento y lo escribo.
Meto mucho de mi cosecha (imaginativa) pero básicamente es así.
Hasta las alucinaciones.
Gracias.


Estar ¿cómo? Belén.
¿Lúcido?
¿Ido?
¿Anciano?
¿Vivo?
¿Muerto?
La vida tiene un porcentaje del 100% de seguridad de muerte.
Y de vejez para algunos
Besos



Una coincidencia ybris, las piernas de “mi hija” y las patas largas de las horas.
El surrealismo es una buena forma de mentir (me)
Y miro.
A veces veo.
A veces escribo, lo dejo posar y cuando lo releo, me duele.
Hoy me duele.
Poder haber sido lúcido.
Un abrazo.



Margot, yo también estoy con Ybris.
Y ya puestos, contigo (si tú quieres)
Tú tampoco cuentas mal ¿Eh? , eres como Gloria Fuertes pero en guapa (eso me dijo J)
Besos entre Heródoto y yo.



Pues mira Eria.., no he contado en el post que justo encima del café Iruña hay una residencia de ancianos.
He estado allí varias veces por causas que no vienen ahora a cuento.
Te juro que prefiero terminar como el señor de mi post que como los ancianos que he visto en esa residencia. Mil veces.
Besos como deben ser



Nos empeñemos o no, culto Tempero la muerte nos dará su brazo y nos acompañará hasta la siguiente morada.
Por eso, mientras tanto, no paro de disfrutar de los días (dentro de un orden)
Gracias.



Como en el circo pati...más difícil todavía.
Conseguiste que yo lo viera, eso es de San Pablo ¿no?
Es un gran elogio, muchas gracias
Besos



Mirada, sé que me lees con tanto cariño que ves incluso más de lo que escribo.
Y te lo agradezco muchísimo.
Los besos…empezaremos por uno y ya veremos dónde nos lleva.



sk8, muchas gracias por compartir tu sensibilidad. Espero que te dejes un poco de alma para todo lo que aún tienes atrasado por leer (y por sentir).
Llueve, llueve, llueve.
Muchos besos.

Tempero dijo...

Pedro, dentro de un orden racional,
primero OCULTO, y, segundo, culto,o, mejor, interesado por lo que se ha escrito, lo que se ha pintado, lo que se ha dicho, lo que se ha hecho, etc...

Gracias por tu apreciación errónea.

gaia07 dijo...

Justo hace unos meses paseaba por ahí mismo, y justo con la mitad de ropa que llevo ahora tomaba una cervecita en una terraza, mientras miraba mi callejero (ya sé, ya sé que "en cuanto te descuidas te sales" )pero solo tenía día y medio para recorrerla toda, y no quería dejar de ver lo más bonito. Hacía 20 años que estuve, pero este brillante Bilbao ya no es aquel que recordaba. (Perdona niño, hoy no he podido evitar hablar de la foto)

Siempre es igual aquí. Cuanta más maravillosa es la trayectoria, más desgarrador resulta el final.
Insuperable crucero este tuyo, nos llevas de equipaje y además admites algún que otro polizonte.
Mil besos.

Pedro M. Martínez dijo...

De nada, Tempero, a mandar.
Gracias por la matización.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, no tienes perdón, podías haberme llamado.
...
Me parece muy erótico eso de justo con la mitad de ropa que llevo ahora.
¿Qué llevas ahora?

La verdad, aún ahora me leo y pienso de donde me salen estas cosas.
¿Debería mirármelo?
Mil beso y uno más.

a-escena dijo...

Hoy es un día perfecto para tomarse un pacharán ( o unos cuantos ) frente a la chimenea.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

a-escena, a tu salud.
¡Yupi!

gaia07 dijo...

¡Pero que valor! Jeje, las dos siguientes me las tome contigo, y las siguientes contigo, M y tus amigos. (Señoras comentaristas fue todo un placer que pienso repetir)

Ahora, me he perdido entre tantas telas que ni me toco, tengo que llevar una banderita con mi nombre para que me reconozcan. Aquí no estamos acostumbrados a llevar tanto material extraño encima, y lo de no ver brazos y cuellos y piernas nos tiene intranquilos.

¡Hey! Que no te lo mire nadie, ya te lo miraré yo.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, claro, con tantas cervezas no me extraña que no lo recuerde.
Jajajajajajaja
Fue un descubrimiento, un lujo y un placer (menos del que me hubiera o hubiese gustado)
No me extraña que con tanta tela no te puedas tocar.
Y vale, me lo miras.
(Puff, vaya día, cualquiera que nos lea. Menos mal que esto es privado)

Besos.

Marina Culubret Alsina dijo...

los cafés con ventanales, donde uno se puede sentar y mirar, mirarse, verse pasar uno mismo delante de las narices o sentir como se agolpan en un sorbo de café todos los momentos vividos en esta misma mesa...

me ha gustado...

(te visito, aunque estos días no he podido comentarte...el tiempo, huye, vuela..)

un abrazo...!

Pedro M. Martínez dijo...

Hola marina, en uno de esos cafés estaba sentado cuando escribí esto.
Y me vi.
La verdad, mirar para delante es tan malo como mirar para detrás.
Gracias por venir.
un abrazo.

Camille dijo...

Lo de la achicoria caliente me ha mataó, de verdad...

Uff y que ahora resulta que entro al Iruña los sábados por la tarde, quién me lo iba a decir a mi! pero es de los pocos sitios que te ponen buena cara cuando entramos con la txupetona berreando que quiere su bibe, pero lo quiere ya!!!! (ya sabes el carácter de la amatxu...)

Kisses, majo

Pedro M. Martínez dijo...

Camille ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Café Iruña.":

Camille, vivo casi al lado(Bilbao de Ibáñez de Bilbao.
Que no me entere yo que este sábado no me presentas a esa niña y a su padre.
Que no me la voy a comer.
O sí, ya veremos.

Soy inofensivo.

Un beso, amatxu.

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