Llegar al puente
En este otoño discontinuo, en este jueves que brota a destiempo en una semana de dolores, sorpresas, cambios, fin de privilegios, de mensajes ocultos en el revés de la mano, de llamadas, voces de otros tiempos, demasiado para el destierro, para la fiebre, para los susurros en el pasillo, la camisa abierta enseñando la herida, la vida arrasada por el accidente, el esfuerzo del cuerpo, tan frágil, ahí abajo los esbeltos árboles del parque, con gorriones, bajo los bancos verdes gatos que alguien ha abandonado, el desarraigo, sin alimentos para las bocas diminutas que se dibujan en el aire como en un cuadro de Brueghel. Debemos llegar al puente pero ¿cómo?
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