Contrates
“
Kampor, isla de Rab
Finales de febrero de 1943”
El de la isla dálmata de Rab, en el golfo de Carnaro, es solo uno de los muchos campos de internos civiles construidos por el II Cuerpo del Ejército italiano para resolver el «problema de los alógenos» en los territorios ocupados de Yugoslavia. Aquí, entre arenas y putrefacción, colchones de rastrojos y espirales de alambre de púas, no hay exterminio planificado, no hay método, no hay inhumana eficacia. Solo una desorganizada concentración de hombres, viejos, mujeres y niños, amontonados sin criterio alguno, obligados a abandonar a toda prisa sus hogares, clasificados después como animales, con el único objetivo de separarlos de los rebeldes y privar a los partisanos de todo apoyo posible, y más tarde abandonarlos allí, a pudrirse en su propia inmundicia. En Rab, la muerte es tan solo un trivial corolario de la negligencia, de la demente distancia entre la norma y la práctica. Limpieza étnica a la italiana.
No había nada en este lugar cuando los miles de reclusos pisaron la isla por primera vez. Solo maíz recién cortado y tierra desnuda, unos pocos kilómetros cuadrados de suelo arcilloso, sin barracas ni cocinas, baños ni enfermerías. Los soldados italianos se limitaron a darles viejas tiendas del ejército.”
Pasaje de
M. La hora del destino
Antonio Scurati
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