miércoles, 30 de abril de 2025

Parker pasea a su perro

 

Tobatrón

La ficción es un territorio minado sobre el que Parker pasea a su perro y a su inconsciente. 

Camina y con su mirada amuebla una parcela indefinida donde no ocurre nada, sino todo. 

Por la ventana pasan las luces de un barco, el cielo está poblado de estrellas rotas y ecos de cantos de guerreros ahogados. 

Justo en la sien se le aloja un hambre de infinito, lleva en las manos un gladiolo con serpientes enroscadas mientras la tierra gira y olas ciegas están arrasando la eternidad. 

Pensaba que el siempre era suyo y hoy recolecta ausencias y soledad, días huecos, perdió el futuro entre las altas hierbas de una apuesta. 

Mira el horizonte desde una torre de cristales verdes y acero, vigilante, con un catalejo, con lanzas de luz, con remordimientos que pinta de colores, con rencor que no disimula, con ojos que apenas ven más allá de las almenas. 

Abrigado con plumas de alcatraz, así, ¿cómo llegará al mar sin viento? 

Se detiene justo al borde del no.

No, Parker, no.

martes, 29 de abril de 2025

Abdoulaye E (12)

 


Abdoulaye E  está medio sumergido en una agrietada bañera sostenida por las garras de un león de latón. Se le disuelven las ideas en el agua, se le van los sentimientos del corazón como el aire de los pulmones de un ahogado. 

A las doce y treinta se ha ido la luz y la incertidumbre le ha dejado el cuerpo frío.

Ahí está el hombre, tiritando, sin saber si salir de la bañera o quedarse a vivir bajo el agua y ya veremos.


lunes, 28 de abril de 2025

No insistas.

 

Jean Baptiste Chardin, Les Bulles de Savon (Soap Bubbles), ca. 1734

Me sorprende que tanto tiempo después  todavía  pasen ojos por esta esquina  que no tiene otro mérito que la constancia. La imaginación huyó hace tiempo, aburrida, la poesía se marchitó con la rutina del amor tranquilo, del cariño programado, de lo legal abrumando lo casual, caminito del olvido para lo que no puede ser y además es imposible, los sueños de zass debajo de una piedra, Lacan como un libro bajo el agua, los músculos ateridos, la mirada turbia y vamos que nos vamos, cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras  por mucho que Valente o Gamoneda insistan.

domingo, 27 de abril de 2025

Tomorrow

Wilma Martins série Cotidiano (1975-1984)
 

Esos días en los que los dedos se me cruzan y no acierto a escribir o resulta que el silencio se aposenta en mis sienes y debo hacerme agujeros en la nuca para que circulen las ideas, para que salgan los sentimientos, para que entre lo que veo con mis ojos y lo que veo no se produzca un violento choque que termine con este simulacro de arte solo para que los días se ajardinen y un operario de pecho inflado alimente con una pequeña regadera las macetas alineadas sobre la repisa de los lunes, el cobijo del alfeizar de los miércoles (ya sabes, el paseo con Gloria), la fiesta puntual de la mediodía de los viernes, enanos de gorros rojos con gesto malhumorado y tijeras de podar, canciones bajo el manzano, hierba que crece acariciada por insectos melancólicos, la fiera enjaulada junto a la verja rugiendo y lanzando zarpazos al aire de la mañana, una dama bordando en la almena, los agoreros que dicen que los próximos meses serán muy calurosos, todo el verano, lo que nos faltaba, no acertarán, no sé si acierto dejando aquí estas insensateces, porque siguen llegando los diferentes, pasan a mi lado, hablan y no les entiendo, ni siquiera les miro, excepto que estén muy cerca, oreja con oreja y me aparto, no vayan a tocarme, no vayan a hacerme algo, algo es nada y nada es pasar los días sin ilusiones, sin aceptarnos ni siquiera en el espejo, sin querernos, no lo entiendo, a cada uno le toca lo que le toca y es inútil pedir cambios milagrosos, no hay ventanilla de reclamaciones, no me gusta mi cara, no me gustan mis caderas, no me gusta mi culo, no me gusta mi vida, pero ¿Qué dices? si no te escuchas ni a ti mismo cómo quieres que te escuche alguien que no existe, no es conformismo es que no hay más, se cambian vidas, cambio mi cuerpo por tu alma, cambio tu juventud por mi experiencia, no te cambio mis ganas de vivir aunque me lo pidas de rodillas, me gusta este palíndromo yo soy, desde el fondo de la casa M. dice que si no tengo nada más que decir mejor es que me calle ya, pue eso, lee rápido que bajo la persiana (con lo bien que estaba en Cádiz). Mañana más.

sábado, 26 de abril de 2025

Carta a una amante que recibe cartas de otro.

Allegory of Vanity by Peter Candid, 17th c

Reina de los siete mares, de este alborotado río de distancia en el que me ahogo, que me cuentas que otro te envía cartas perturbadoras con fotografías de señoras semidesnudas en actitudes provocativas, ingenuo escritor, se equivoca al no mandarte hombres musculosos que te susurren dulces palabras al oído, que te cuenten y te canten, que te estén recordando sin cesar en los días de distancia y silencio, que añoren tu sonrisa como un amanecer de primavera en una iglesia románica en Palencia, tu voz como la calma después de una tormenta en el bosque de Oma que puede convertirse en tentación de mujer fatal, tus suspiros y gemidos, los ojos cerrados abriéndose a las sensaciones de tu cuerpo que se mueve felino, mimoso, curioso, como una dama vestida de negro que no castiga pero que impone con su gesto, cuerpo en el que puedes perderte o encontrarte, descubrir un oasis o un tormento, una pasión de saber que tanto tiempo, ay, tanto tiempo deseándote, estaba escrito, añorándote ahora y luego, no poder hablar, hacerlo a escondidas, imaginándote en noches insólitas consiguiendo emociones que no conocía desde que puedo demostrarte realidades, que me quemo entre tus brazos como un pañuelo de seda frente a una hoguera, que miedo me da el día que te liberes y quieras atarme, o besarme cabeza abajo, o que te haga el amor como un hercúleo morador de las tinieblas, te diga cosas oscuras, te aprisione contra las sábanas, te pida contorsiones imposibles, besos salvajes, tentaciones que viste en un libro olvidado sobre una repisa, tú, que eras la virtud, una chica de piedra y hielo que no sabía del calor de su pubis, del resplandor de sus ojos durante el amor, del sofoco en las mejillas, del dolor en la garganta al contener los gritos del goce, el temblor en glúteos y muslos, la impaciencia por que te bese aquí o allá, la curiosidad por saber qué provoca una caricia en ese punto exacto donde aún nadie te ha tocado, puntos imposibles, invisibles, comenzar a besarte en la cintura y bajar hasta perderme entre tus muslos que bailan y me aprisionan, cárcel del placer, ternura de los movimientos acompasados, ¿quién te manda esas cosas perturbadoras?, quién que hace que te desee aún más, si esto es posible, tú, que eras la niña guapa del imposible amor y te has convertido en el descubrimiento del elemento químico que faltaba en mi laboratorio con la tabla periódica en varios colores, erlenmeyers y redomas, en un misterio, un milagro, un goce, un peligro, la necesidad de hablarte tanto y tanto, como un enajenado charlatán perdido en la arena de esta distancia, te recuerdo, amada, estás entre mis músculos y en la respiración, te beso, muchísimo, a distancia, no me olvides. Y quema las cartas de ese otro *, ni siquiera las abras, le mataré.

viernes, 25 de abril de 2025

Abdoulaye E (11)

 


Abdoulaye E vive al borde del agua, espera a una mujer milagrosa, practica senderismo, escribe sobre pelícanos y es extraño porque jamás ha visto un pájaro de esos, tampoco ha conocido a ninguna mujer que hiciera milagros con su vida Su casa tiene ventanas grises abiertas de par en par a un mar que solo se conmueve con las olas de invierno. Su corazón está poblado de malas hierbas, es cojo y sigue siendo huraño, reacio a la ternura, hostil, pesimista. El amor es un concepto sepultado debajo de una montaña de frustración, piedras de rencor, años de no. Y no.

jueves, 24 de abril de 2025

Alvaro Pombo

 


"¿Qué más fragilidad que no haya nada, en un mundo lleno hasta los topes y vaciándose? Ex nihilo nihil. De la nada, la nada.

La fragilidad es el gran tema que va con nosotros en toda nuestra vida y en todo nuestro día a día. Hoy sigue siendo, quizá más que nunca, el gran tema: la fragilidad ante la enfermedad, ante la soledad, ante la injusticia, ante la inseguridad, ante la falta de convicciones, ante las causas perdidas. La fragilidad del ser humano ante las más diversas instituciones que parece que no le amparan a uno, en una sociedad cada vez más ininteligible".

_ Extracto del discurso de Alvaro Pombo al recibir el Premio Cervantes 2024

La explicación sobre Abdoulaye E.

 


“Las redes sociales”, blogs, FB, X, eso, son una reunión de ombligos. Todos, de mayor o menor diámetro, tenemos uno. Como el gusto. El gusto es mío. A quién no le gusta la poesía china, la música, la caligrafía, le gusta su perro, su gato e incluso, a veces, su pareja. Más de dos no es pareja es multitud. La cuestión es dejar aquí un yo con Photoshop, con figura de atleta, mejillas afiladas y esa mirada entre turbia y seductora. Es decir No, es decir maquillar el bostezo, matizar lo que puede ser aunque no sea. Muy bueno lo tuyo, cari. Muchos se preguntan qué hacen aquí y van y vienen con inconstante constancia, una contradicción, un lio, un a mí qué cuentas, pero vuelven. A lo que iba/íbamos,  Abdoulaye E es el producto de una afición, inventar otro que cargue con las culpas, con lo soñado, con las mentiras, con alguna verdad que otra, con pasaba por aquí y ya que estamos se lo cuento. Total, que usted no es de estas cosas y eso está bien, o mal, o algo, lo del ombligo, su diámetro, que el suyo es diametralmente opuesto al mío y así pasa lo que pasa, que usted canta y no le escucho, que yo escribo y usted no lee. Nada que no ocurra en el mundo real, que ni dios dice ya buenos días, ni pase usted buen hombre, nada, cada uno a lo suyo, que no es lo nuestro. Con Abdoulaye E  intento una ingenua poesía, solo eso, qué cosas, con la que está cayendo, el frío, el invierno, poesía de los pobres de expresión, otro Parker, esto es lo que doy, hasta aquí llegó la riada del 83, antes, ¿a quién se le ocurre? Lo decía no sé quién: “escribo porque me quiero”.      

miércoles, 23 de abril de 2025

Abdoulaye E (10)



Abdoulaye E ha sacado los pies del tiesto y los mantiene en el aire. ¿Significa esto que vuela?, no. ¿Levita quizás?, tampoco. Está suspendido en un limbo de dimensiones no precisas esperando que el viento le plante en tierra fértil más allá de la frontera. Es decir, está pero no está, esto no es física cuántica ni química, es hablar desde un púlpito por no saberlo explicar.

martes, 22 de abril de 2025

Abdoulaye E (9)


 

Abdoulaye E es viajero, goloso y circunspecto. En realidad es todo aquello que se propone ser. Le preguntan “¿cuál es tu sueño?, y responde “no tengo sueños, lo que deseo lucho por conseguirlo”. Se queda tan ancho caminando sobre un solo pie, a saltitos, sobre el asfalto caliente de la carretera a ninguna parte, con ardillas bullendo en los árboles donde se empotran los coches descapotables y James Dean canta una canción sagrada antes de morir, que las bombas caían sobre Viena y todos corrían despavoridos por las calles mozartianas, escenario ideal para aquel “Tercer hombre” que vio hace tantos años en un cine de barrio y que la televisión omite en beneficio de acorralados y salvados y limpieza cerebral de señores y señoras desocupados/as atentos/as a frivolidades cuando no a desafíos a la mínima inteligencia, si la hubiera en vez del cuarto de hora para sobrevivir, alimentarse y reproducirse en especímenes semejantes que no es que   Abdoulaye E sea más ni menos, no, que es un dibujo animado abrazado a los pájaros que vuelan sobre la noria del Prater y se posan en las mesas del hotel Sacher, el de la tarta, pide una se la come y termina esto del martes.

lunes, 21 de abril de 2025

Abdoulaye E (8)

 


Abdoulaye E  no lo sabe, no lo intuye, pero hay demasiados que le dicen que puede haber amor después del amor. Como él niega el amor de antes es poco probable que lo encuentre después. En esa raya amarilla en mitad de la carretera está el ser o no ser, la alegría, los saludos quitándose el sombrero, el pan y el vino. De momento abraza una caja de cartón con fotografías quemadas por los extremos, mapas de viajes antiguos, una idea absurda de Alemania, varias cartas desesperadas para amantes desterradas y ha empezado a estudiar los principios de la termodinámica

domingo, 20 de abril de 2025

Abdoulaye E (7)

 


Abdoulaye E  es un producto de lo que ha sido. Como todavía es, tiene que cargar con el poso y el peso que le han dejado los años de nostalgias no resueltas, melancolía y poesía que se estira buscado curación, sanar el gesto adusto, redimir la mediocridad, poder mirarse al espejo sin llorar. Con todo, arrastra la sensibilidad y el talento como un vehículo de difícil conducción y ruedas torcidas, un carricoche que se atora en el barro de los días y todavía no ha empezado la estación de las lluvias. Por cierto, hay un elefante en la cuneta y el paso al otro lado, allí, se antoja como mínimo, complicado.

sábado, 19 de abril de 2025

El significado y la historia del nombre Abdoulaye

 


Introducción

En este artículo, exploraremos en profundidad el nombre «Abdoulaye», un nombre que no solo refleja una rica herencia cultural, sino también una historia fascinante y un significado profundo. Nos sumergiremos en los orígenes, la evolución histórica, la popularidad y las personalidades notables que han llevado este nombre con orgullo.

Orígenes y Significado

El nombre «Abdoulaye» tiene sus raíces en la cultura árabe y africana, derivado del nombre árabe «Abdullah» que significa «siervo de Dios». «Abdoulaye» se descompone en dos partes: «Abdou», que significa «siervo» o «servidor», y «Laye», una derivación del término «Allah» o «Dios». Por lo tanto, el nombre en conjunto se traduce como «Siervo de Dios». Este significado refleja una profunda devoción y un sentido de espiritualidad, características que son muy valoradas en las culturas donde este nombre es común.

Historia y Evolución

El nombre «Abdoulaye» ha sido utilizado durante siglos en varias partes del mundo, especialmente en regiones de África Occidental y el mundo islámico. A través de la historia, el nombre ha ganado popularidad, especialmente en países como Senegal, Mali, y Guinea, donde la influencia islámica es fuerte y la reverencia por los nombres con significados religiosos es alta.

Durante la era precolonial en África Occidental, nombres como «Abdoulaye» se difundieron ampliamente a través del comercio y la expansión del Islam. Con la llegada del colonialismo, las influencias europeas trataron de imponer nombres occidentales, pero «Abdoulaye» y otros nombres tradicionales lograron sobrevivir, demostrando la resiliencia y la importancia cultural que representaban.

En el siglo XXI, con la diáspora africana a Europa, América y otras partes del mundo, nombres como «Abdoulaye» se han globalizado, siendo utilizados no solo por personas de herencia africana, sino también por aquellos que aprecian su significado profundo y conexión con la fe y la tradición.

Popularidad y Distribución

La popularidad del nombre «Abdoulaye» varía significativamente según la región. En África Occidental, especialmente en Senegal, Mali, y Guinea, es un nombre extremadamente común y respetado. En estos países, es habitual encontrar varias generaciones de hombres con el nombre «Abdoulaye» dentro de una misma familia, lo cual refuerza los lazos familiares y la continuidad cultural.

En Europa y América, la popularidad del nombre sigue en aumento, aunque de manera más lenta. Las comunidades inmigrantes de África Occidental mantienen viva la tradición de nombrar a sus hijos «Abdoulaye», ayudando a la preservación de su identidad cultural en tierras extranjeras. Además, se observa un interés creciente por parte de personas de distintas etnias que buscan nombres con significados profundos y con nexos espirituales.

Personalidades Notables

A lo largo de los años, varias personalidades notables han llevado el nombre «Abdoulaye», contribuyendo a su fama y atractivo. Un ejemplo destacado es Abdoulaye Wade, quien fue presidente de Senegal desde 2000 hasta 2012. Su liderazgo y figura carismática han dejado una marca indeleble en la historia moderna del país.

Otro ejemplo es Abdoulaye Konko, un reconocido futbolista profesional franco-senegalés que ha jugado para importantes equipos europeos como el Sevilla FC y el Genoa CFC. Su éxito en el deporte ha llevado el nombre «Abdoulaye» a los escenarios internacionales, inspirando a jóvenes alrededor del mundo.

Conclusiones

El nombre «Abdoulaye» es mucho más que una simple identificación personal; es un símbolo de herencia cultural, devoción espiritual e historia rica. Desde sus raíces en la cultura árabe y africana hasta su evolución y globalización, «Abdoulaye» continúa siendo un nombre de gran significado y respeto. Con personalidades notables que lo llevan y una comunidad global que lo aprecia, el nombre «Abdoulaye» seguramente perdurará a lo largo del tiempo, continuando su legado de fe y tradición.

https://venere.it/es/el-significado-y-la-historia-del-nombre-abdoulaye/?fbclid=IwY2xjawJtiAZleHRuA2FlbQIxMQABHv1BzRKzEbmG2fDpYwZffGKlJfeAho1lh4xn5Ef5Rz1LQlgJdBlvjz4_Z0Ki_aem_FlRssrnFARmdD815LAbgVg

Abdoulaye E (6)

 



Uno, dos, Abdoulaye E está rabioso y resentido, camina por ciudad con paso apresurado, vigila las esquinas. Cuatro, cinco. Acaba de mandar al diablo a media humanidad y está en proceso de hacer lo mismo con la otra media.

Nadie sabe de dónde viene esa  rabia, esa amargura, esa frustración. Seis, siete. Tampoco nadie se ha mostrado interesado hasta el momento. Solo el perro que puede ver el futuro. Diez, doce. Cuenta con lentitud y arrastrando los finales de cada número(1).

Ha dormido en el sofá, se ha enfadado consigo mismo y se ha castigado a la incomodidad de los muelles en los riñones y el cuello torcido. Como vive solo nadie puede decirle eso de anda, tonto, vuelve. Catorce, quince.

Mira a los que se cruzan en su camino con ojos enajenados, bien es cierto que está bastante escuálido, pero aún así asusta (2). Cuando entre los coches aparcados encuentra alguno rojo le pega una patada al espejo retrovisor, indiferente a los insultos y a los puños agitándose a su paso. Cuatrocientos, quinientos diez.

No he contado que llueve, mucho, y que  Abdoulaye E no usa paraguas. Como consecuencia camina rabioso, resentido, airado y mojado. Sigue contando en voz baja, mil, mil cien.

Al llegar justo a la plazuela del Sagrado Corazón de Jesús (en vos confío) dice dos mil trescientos doce. Se le cambia la cara, se dulcifica su mirada, baja las escaleras del metro y su rastro se pierde ya que no hay GPS literario que rastree en las profundidades de la tierra, tampoco en las del ser humano. (3)


   
(1) Más o menos así: dosss, tresss, quincese, ochocientosss, milll,

(2) Lo sé porque me he cruzado con él esta mañana. No sé si enajenado, pero tenía cara de pocos amigos.

(3) Lo lógico sería que algún lector/a curioso/a preguntase ahora eso de ¿Porqué cuenta  Abdoulaye E? Y todos tan amigos.

viernes, 18 de abril de 2025

Me acuso de.

Cy Twombly - Proem (1983)
 

Casi una confesión, confusa, lo siento, amiga/o del muro, no tengo perro, gato, pájaro ni dinero, a veces no me tengo y esto es gratis, es decir. Puedo dejar aquí con absoluta impunidad todo aquello que se me ocurra, como tú. Hay días, los de lluvia, soledad, silencio, resaca, sobre todo las tardes de domingo, que mandaría todo este invento a la mierda. pero. Está lo de las líneas, lo de desaprender, lo de la primavera, ahora, joder qué frío, siempre puedo ir al cine, pero me duermo, no es broma, ronco y no puedo escuchar a los de las palomitas, un invento, sorber la Pepsi, los spoilers, la sangre cuando les clavo la navaja en la nuca y salgo sigiloso en la oscuridad, ha sido ese, ha sido ese. Ocho diez, euros, muchas no las acabo, por eso sigo aquí, también por otras cuestiones, algunas inconfesables, de lo que decimos lo mejor está en el silencio entre líneas, algo de eso sé, me viene del 73, o de otro año, no puedo recordar, todo, aunque eso de la intuición funciona, vaya que sí. No. No tengo perro. Solo me gustan los que duermen a los pies de mi amada. Sí. Sí tuve pájaro, un jilguero, un canario, me parecía cruel tenerles saltando de aquí para allá, solté a uno y se volvió loco volando en la cocina, chocando con el techo y las paredes, cayó a una taza con aceite, pobre bicho de colores, Lucho le llamábamos, por mi abuelo Luis, que lo aprendió de su hermano, el que volvió de Chile, el exiliado, el que conoció a Neruda, el que me recomendó que aprendiese lo del gas cuando estuve en el paro, tuve que moverme, me ahogaba, hay algunos gases nocivos. Hasta hoy, no he parado, por eso tampoco tengo gato aunque me gustan, como el rock and roll, también me gustan los tigres y los linces pero me dicen que en casa son incómodos. Llegamos al final, de dinero no hablamos, no, esto es gratis, amiga/o del muro, puedes dejar aquí lo que quieras, como ahora, dejo esto, a la rueda, rueda, el que no venga no juega. (Parker me está protestando)   

jueves, 17 de abril de 2025

Tres años (y un día)

 


Le odio, le odio, le odio, voy a odiarle tres años y un día. 
Sé  que cuando salga de este puto sitio también le odiaré.


miércoles, 16 de abril de 2025

Abdoulaye E (5)

 


Abdoulaye E está encerrado en su casa. Ni siquiera abre la ventana para que no entren los amores perdidos, las fantasías de aquello que no pudo ser. Tiene miedo a circular por calles sentimentales no recomendables, por avenidas cerradas al tráfico de emociones no sujetas a fielatos o arbitrios vanos.

Nobody love me, cantaba el gañan, yea.

En las horas más oscuras lee a poetas sudamericanos –especifica sudamericano-, vela sus armas bajo la caverna de Platón, se nutre de armonía, detrás del cristal está la bendición de los insignes, el triunfo del mono en cuclillas absorto en las imágenes proyectadas en seis pantallas de televisión, sombra de esas imágenes, el vacío soberano, Alejandro Magno bajo un ángel.

Let Your Love Rain Down on Me, desde Illinois, pero no tanto.

Busca al pájaro en el olivo, la paz en un recodo del camino a la abadía, la panorámica desde el faro, el arco iris fantasmal sobre las olas, los fotógrafos siguen su camino desde la cúpula de luces al torrente de palabras que no sirven para nada, decir estéril, es igual paz que paciencia, suburbio que disturbio, no busquen el sentido, este es un ejercicio de vacío y Abdoulaye E lo sabe.

Where Were You When I Needed You, de Al Kooper, la 7, es una pregunta sin respuesta.


martes, 15 de abril de 2025

Abdoulaye E (4)

 



Abdoulaye E está sentado en la oscuridad de un pozo excavado al lado de un escaramujo*.

Grita y nadie le socorre, sus lamentos se pierden en la tierra desierta.

Para no desesperarse imagina el tacto de las uvas, dibuja en el aire caprichosos veleros al viento, ve con nitidez aletas de peces misteriosos que surcan aguas turbias y llegan hasta él.

A su lado se acurruca el perro que adivina el porvenir, el que lee las escasas estrellas que se ven desde el fondo. El perro tiene entre las fauces un pájaro amarillo. Abdoulaye E está ahí abajo pero su alma vuela entre las enredaderas y las flores que languidecen sin luz.

Recuerda a la chica rubia, cuando se amaron a tientas, sin saberse, imaginando el goce del otro, sabanas desnudas para sus cuerpos desnudos. Ella tenía los ojos cerrados y se dejaba hacer, él palpitaba, torpe, ansioso, mitad animal que brama, mitad chiquillo que busca sustento en la pleamar. Se tocaban, se trepaban, emocionados, se llamaban con palabras infantiles, con osadas exploraciones en sus almas. Los dos gemían y la bisagra de la noche ondulaba entre el ayer y el mañana.

También recuerda cuando sonó una guitarra y entraron los hermanos, barbudos y furiosos, gritando. Le golpearon y le tiraron al pozo. Ahí pena y llora. Nadie le escucha, solo el perro que adivina el porvenir y ahora duerme.

¿Podrá salir?    



• Escaramujo, rosal silvestre, gavanzo, galabardera, mosqueta silvestre, zarzaperruna, tapaculo, rosal perruno, zarzarrosa, agavanzo

lunes, 14 de abril de 2025

Chantal Maillard

 

Aquí

Dime lo que he de hacer. Las palabras

se agolpan. Dime algo, dices, dice

él. A mí, me parece

que no dejo de hablar. No obstante,

cuando lo intento -dime, dice-, oigo

como un gemido, tan sólo un gemido

que arrastra el llanto.

Dime lo que he de hacer. Llévame a

donde me digan lo que he de

hacer. Sus ojos. Tus

ojos -¿tus?- sí,

cálidos ojos-lago, ojos-aquí.

Aquí, como los niños

y los idiotas. Por eso tus ojos,

para quedarme. Para

seguir aquí. Para aguardar

aquí. ¿Aguardar qué? No importa.

Para aguardar.

Ni dentro ni en superficie.

Aquí donde los niños

Y los pobres de mente. Un aquí

que se prolonga en tus ojos sus ojos,

para poder quedarme.

Dime lo que he de hacer.

Escribo

porque tal vez no hablo. No

me sueltes.

_ Chantal Maillard,

de Hilos,

en Lo que él pájaro bebe en la fuente y no es el agua.

Poesía reunida2004-2020. Galaxia Gutenberg.


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