El traductor de James Joyce
Al traductor de James Joyce el negocio le iba muy bien. Lejos de amedrentarse por prejuicios, por el riesgo del ingente trabajo, llegó a realizar tres revisiones de la obra Ulises. Se leyó entera la valiente apertura de Salas Subirats, se recreó en la libertades poéticas de José María Valverde y reconoció el mérito de adecuación a lo moderno del tándem García Tortosa/Venegas. Con esos antecedentes tradujo las traducciones, efectuó calas microtextuales, se involucró en las transgresiones, se definió en su opinión sobre el dilema de Shleiermacher y por último se puso por montera el libro abierto por la página 325 y clamó “¡no va más!” justo antes de desaparecer por una trampilla camuflada en mitad del escenario no sin antes quemar la edición de Planeta, la de Lumen y la de Ediciones Cátedra, un pirómano joyciano. Vendió todo, lo suyo.
8 comments :
Debería cotizar como profesión de alto riesgo la de intentar traducir a Joyce... Creo que no he llegado más lejos de la página veinte... es más, el libro debería venir con alguna advertencia como las cajetillas de tabaco.
Beauséant, estas cosas de los gustos. A mí me parece un libro extraordinario, difícil sí, pero extraordinario. Debe ser porque no fumo. Saludos. Buena semana.
Lo mismo tendría que darle otra oportunidad, ahí lo tengo en la estantería, cada vez que me acerco me lanza un mordisco a traición.
Beauséant, ¿está vacunado?
El típico libro pendiente en mi pila, pero me asustan demasiado algunas opiniones. Y después de leer lo de los mordiscos de Beauséant... me da miedo comprobar que mi edición también sea una de esas mordedoras. :)
Dorotea Hyde, libro ladrador poco mordedor. No hagas caso, a por él (total, no puede defenderse)
:D Pues cualquier día lo intento.
Dorotea Hyde , avísanos.
Publicar un comentario