Guía para una operación
...El oculista detràs de una escafandra
me dirigió su rayo
y me dejó caer
como una ostra
una gota de infierno.
Más tarde,
reflexivo,
recobrando la vista
y admirando los pardos,
espaciosos ojos de la que adoro,
borré mi ingratitud
con esta oda
que tus desconocidos ojos leen.
(Neruda)
Aviso: no lean los aprensivos.
Va
así.
Acomodan
tu cabeza en el hueco de la cama del quirófano y te sujetan la frente para que
no puedas moverte. Te atan por las muñecas. Desinfectan la zona a intervenir.
Suavemente, con unas pinzas inmovilizan los párpados. Te cubren la cara excepto
un ojo.
A
partir de ahí estás en sus manos y si eres creyente, rezas, si eres colérico
juras por dentro, si el miedo te paraliza te quedas así, respirando, pensando
que será rápido, haciendo votos para que lo sea.
Jamás
he tomado LSD pero la sensación debe ser parecida, luces brillantes que se
mueven, estrellas, flores de luz, intensos colores que bailan, puntos luminosos
incandescentes, algo ha entrado en tu globo ocular y los músculos de las
piernas están tan tensos que parece que las venas van a traspasar la piel. El
corazón marca música con un ritmo intenso.
Después
de hacer mil barrabasadas a tu ojo dicen -Ya está-. Te ayudan a bajar de la
cama, te sientan en una silla, con impotencia ves, ¿ves?, como te llevan por
largos pasadizos, un ascensor, otro, otro pasillo, la 217. –Espere aquí, pronto
pasará el doctor- dice la enfermera.
Fuera
llueve como en el Diluvio Universal, la Ría está a punto de desbordarse, hay
muchas carreteras cortadas, tú estás tumbado en la cama sin atreverte a abrir
los ojos, la angustia baja por tus piernas, gotea sobre la habitación de esa
clínica con imágenes de vírgenes y absurdos cuadros de amaneceres o
atardeceres, no lo distingo bien.
Estás
mareado y no te enteras todavía de cómo ha sido. Por si acaso no ha salido bien
piensas en una colecta para un perro lazarillo, un bastón blanco y unos
cascabeles. En la cuenta de siempre.
1 comments :
Espero que no sean los tuyos, que ven con el alma, que son lupa para el corazón de los desorientados; y de serlo, con lo bonitos que los tienes Sta Begoña ya está bajando hasta Sevilla para ponerle velas a su comadre la Macarena por si algo falla.
En todo caso, beso esos tus ojazos verdes.
Ay!
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