jueves, 28 de enero de 2016

El camino es el tesoro.



El camino es el tesoro y ahora que estoy dentro, que soy el camino, busco a los otros y me abrazo para que no se me escape por ninguna rendija de la memoria los momentos que acumulo paso a paso, el Otro alrededor, a través de pueblos y pueblos, la sombra delante, vertical en las cimas, tendida después, acentos y voces, los otros caminantes – que también son yo- o los paisanos –que miran y saludan, algunos sonríen y aún no son yo- en los bordes, no dentro, con gallinas en las manos o arreando vacas, silbando al perro –no muerde, tranquilo- mujeres con cántaros de leche y bocas que guardan secretos, niños rapados que corren y juegan a espaldas del polvo de unos y otros, adelante, el roce con la arena, eco de tantos pasos perdidos, millones de pisadas antes, las piedras, las iglesias, cristos sufrientes, imágenes rotas en las ermitas, cruceros, señales en las orillas, paisaje verde, los bosques, oh, los bosques, milagro de árboles centenarios que toco con la punta de los dedos, sensación de que alguien nos vigila, nos sigue, cielo azul, cada pueblo, cada casa, peregrinos de todos los colores y talantes, con flores en el pelo, con ortigas en los zapatos, ciclistas que no ven, caminantes que no oyen, gentes arrastrando un sufrimiento, mujeres solas, hombres aferrados a un no, tristeza de catres vacíos, cánticos en el silencio, otra vida, ancianos sentados junto a la carretera, espíritu de un tiempo limpio, mágico, que solo existe en el alma, en estas almas, ahora, ilusión de un orden nuevo, de un mundo diferente, solidario, hermoso, los bosques ardiendo, ay, los bosques ardiendo, el camino como metáfora, las escasas pertenencias, los encuentros, los saludos, aquello a los que no volveremos a ver, compartir el pan y el vino, el musgo, los paisajes interiores, el alma caminando con pies cansados, el final, siempre hay un final, apenas un pretexto para caminar, mercaderes al acecho, llegar a dónde, no querer llegar, extasiarse en el camino, decepción de la llegada, necesidad de seguir hasta el mar, ansia de saber dónde termina el mundo, ilusión del mar, el fin de la tierra, tocar el cielo.
Y volver.

Volví, pero aún estoy allí.
Demasiado intenso, aún no sé quién volvió.
Descubrí al Otro.
Aún me falta saber quién soy yo.

1 comments :

LA ZARZAMORA dijo...

El camino lo es todo...
Y aún nos queda, eh? pero será dulce y generoso, ya verás.
Un beso desbrozado.

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