Vacas sin ojos
Escribir es como viajar: la forma
más sencilla de gozar y sufrir mucho en el menor espacio de tiempo. La forma
complicada es amar. (Eugenia
Rico – En el país de las
vacas sin ojos)
No entiendo, por eso escribo, lo cuento. No sé y la herida no cura. Pasan los días con lentitud y no se aparece el ángel, no arde la zarza, no hay sino certidumbres de hastío, repeticiones, la manada de vacas que baja al estanque nocturno de lo imposible.
Y ruido inútil.
No puedo concretar lo no dicho y doy
vueltas como un patinador sobre el lago helado, los ahogados debajo del hielo
no miran con sus ojos abiertos, vacíos, sus cabelleras congeladas.
Y el rumor.
Imposibilidad de describir el gesto,
el dedo señalando la estrella que huye por un cielo de libélulas, los ojos
fijos en la mujer que baja escalón tras escalón con un ramo de amapolas entre
los brazos.
Inquietud de pavos reales en la
noche.
Esta era una propuesta formal,
vocación de los poetas, escritura a cambio de silencio, o de sonrisas como
gajos de naranja esparcidas por las copas de árboles compasivos, pájaros
albergados en la hojarasca.
Ella bordeando las riberas de una estrella.
Ella bordeando las riberas de una estrella.
2 comments :
Joseh Roux (1834-1905) Abad católico, poeta y filósofo francés.
Dijo: " Hay dos clases de escritores geniales: Los que piensan y los que hacen pensar."
* Pues no!, hay otra clase!. Tú.
Piensas y haces pensar. Las dos cosas y bien barajadas. Este escrito es brillante.Gracias por su lectura Pedro.
Pues vaya lío, Encarna C, no soy ni abad, ni católico, ni poeta, ni filósofo, ni francés. Escribo en silencio y en una esquina oscura de este mundo aéreo. Pienso y siento y te agradezco mucho que me digas que lo que escribo te hace pensar. Muchas gracias.
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