La conjetura de Poincaré.
Voda na
catedral.
Nas fronteiras as linguas
esquecen o seu nome
E quere isto dicir
que mesmo
“o esquenzo esquece”.
Enriba da tixela
repenicaba o arroz
coma rosas desfeitas
sobre un tul, ante a porta.
“Sentía que aquela
rapaciña vía con extrema claridade o seu carácter e a súa vida, porque o amaba”
(Non é o mesmo dicir
“dóesme” que “dóeme o estómago”)
...e non me quedarán máis
que as pegadas.
María do Cebreiro Rábade Villar (Santiago, 1976)
Poincaré dijo
que:
el resultado obtenido para la
esfera n=2 del espacio de dimensión 3 tenía un análogo para la esfera n=3 del
espacio de dimensión 4.
Está claro ¿no?
El amanecer entrando fulgurante en el bosque de Ferreiros.
Equilibrio en Foilebar, cazadero de
lobos, acogida de manos cálidas, pastores a lo lejos, perros, gallegos
intrigantes e iracundos, frases de sobremesa y orujo, historias de la guerra,
de antes, historias de vida y muerte, nueces sobre los blancos manteles, niños
portugueses de grandes ojos, el viento inclinando la hierba, el amable
matrimonio, recolectores de miel –buena gente-, no escuché los ruiseñores, el
balcón cuajado de estrellas, de frío, de la inmensidad del cielo de enero, aún
no llegaban hasta aquí las cenizas, el olor, el humo.
La conjetura de Poincaré se refiere
a las esferas de cuatro dimensiones, unos objetos no sólo inexistentes, sino
también inimaginables para el común de los mortales.
Salimos de buena mañana.
Detrás de la montaña empezaban los
bosques quemados.
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