Margen.
El secreto de la poesía pertenece más al
náufrago que al navegante.
(Julia Otxoa)
Estoy en el margen, en el punto ciego de la pureza. Aunque
nunca he tenido facilidad para los idiomas ni para las lenguas muertas, estudio
la geometría de la osamenta del verso, sueño bajo las mariposas azules que abrevan en la
mirada limpia, aparto del espanto la alargada sombra de los enamorados.
No estoy cansado, no, esta presunta poesía tiene la
ventaja que no te mojas, no te manchas, sorteas la baba negra con laberintos y
ciervos sobre el altar de lo inaprensible, utilizas el alfabeto de los
náufragos.
2 comments :
¿Poesía - o prosa - que no moja, no mancha, que sortea, en el margen?
Esa no es de náufragos ni de navegantes.
De expertos, tal vez.
Doña Magnolio dice Julia Otxoa que El secreto de la poesía pertenece más al náufrago que al navegante.. Pues eso, que a mi prosa, intentando la poesía, le sucede lo que a la pobre niña del flotador amarillo (obviamente (¿?) no es causal la elección de ese dibujo), ella, la niña, solo ve la superficie del agua y el cielo, ingenua y feliz chapotea y sueña. Debajo, ay, debajo, se cierne el peligro de lo desconocido, los grandes peces de la incomprensión, peor aún, de la absoluta indiferencia, el a mí qué me cuenta, la crítica del silencio (o así).
No me gusta lo que escribes, no dejas las tripas, me dice M.Es oficio, añade. Y es que uno (yo mismo) no solo deja las tripas, sino que se deja parte del alma, de los sueños, de su verdad y de sus mentiras, el hígado y la sangre, los miedos (el miedo al ridículo, por ejemplo, ya no tiene cabida) y el deseo insatisfecho. Bastantes cosas más pero no es cosa de estar todo el día en pelotas.
Soy experto en lo contumaz, venir aquí cada día contra viento y marea, con flores a María que madre nuestra es. No es gratis, no para mí, me dejo el corazón.
Ya ves, que tontería, un blog más con dibujitos y música
Me gusta la música que escoges
¡¡¡H!!!
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