Carta a una amante irónica.
Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.
Lope de Vega
partir sin alma y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.
Lope de Vega
El cojo Peroche canta por soleares en una mañana de julio, con un sol radiante entrando por la claraboya que no tengo. Escribo para ti, I, que estás al otro lado del mundo, bajo un tejado de pizarra y gorriones junto al mar que muerde con sal las ventanas de tu casa, las estrellas que miras sin mirar, las olas de lo que fue dejando algas embusteras en el arenal de entonces.
Descontrolado, así me has dejado.
Con solo dos palabras.
El otro.
Preservaba la ternura como un jardinero que cuida los arbustos malheridos de la memoria. Podaba con mis dientes los pliegues del pasado. Con obsesivo celo protegía los brotes del cariño, de la atracción creciendo como madreselva que se adhería a mi alma con más y más fuerza. Comíamos cerezas, tomábamos café, cortábamos jamón con afilados cuchillos, nos mirábamos a los ojos y se encendían las alarmas sin asustarnos,
Y ahora esas dos palabras vacían los aljibes, agostan los parterres, queman la hierba, rompen los esquejes, dejan la tierra oscurecida, infértil, con un viento trágico que se lleva los sueños, se incendia el monte junto al penal de no verte.
Evoco, medito, rumio, me refugio en la imposible lucidez, me escondo en el contrabando de palabras. Viajando al abrigo de las miradas inoportunas me oculto, disimulo, selecciono la voz que aparente, que disfrace, no, tiempo de tragedia, tiempo nublado en verano del norte, voces fragmentadas, entrecortadas, no hay cobertura, obsesiva imagen de tu cuerpo reflejando la luz leve que se filtra por la persiana que protege, hondura en la aparición de caricias que atesoramos como una oración selectiva, protectora, intensidad en los besos que antes no nos dábamos…
Pero de súbito…el otro.
En la radio el Brillantina se marca unos tangos, músicas que antes no, canciones saliendo de un arcón bajo la cama sin dosel. Te escribo, I, sobre las rocas del acantilado, desafiando los tambores y las certezas; te escribo en la orilla, saltando las rayas del agua, el misterio, el miedo, la sombra ciega que me ofrece tres deseos, la visita piadosa del todavía, trágico como un actor desdentado, ridículo como un cómico a caballo entre lo imposible y la pirueta, con un gorro de cascabeles, con una nariz postiza, roja, silbando, con los pulmones abiertos a la resaca de ese otro.
Pongo las cartas sobre la mesa, esta es una partida en la que nadie gana, tres envido y llevo pares, órdago al juego y ahora me sales con que no hay otro, que ni siquiera yo soy uno y nos reímos bajo la parra, fotografiamos a los cisnes entre los juncos, desafiamos las miradas de los desocupados en el muelle, de los marineros en tierra, de los que levantan plazas de toros, de los capitanes de barco en la proa de la inactividad, de los vecinos asomados al balcón, de los guardias civiles en sus torretas, de los surfistas avistando olas, de las gaviotas que se ríen, inoportunas, y graznan y nos señalan con sus picos amarillos y ahora recojo el mantel y dentro estamos tú y yo y esta historia renacida y cierta.
Me has convertido en un antropófago.
Descontrolado, así me has dejado.
Con solo dos palabras.
El otro.
Preservaba la ternura como un jardinero que cuida los arbustos malheridos de la memoria. Podaba con mis dientes los pliegues del pasado. Con obsesivo celo protegía los brotes del cariño, de la atracción creciendo como madreselva que se adhería a mi alma con más y más fuerza. Comíamos cerezas, tomábamos café, cortábamos jamón con afilados cuchillos, nos mirábamos a los ojos y se encendían las alarmas sin asustarnos,
Y ahora esas dos palabras vacían los aljibes, agostan los parterres, queman la hierba, rompen los esquejes, dejan la tierra oscurecida, infértil, con un viento trágico que se lleva los sueños, se incendia el monte junto al penal de no verte.
Evoco, medito, rumio, me refugio en la imposible lucidez, me escondo en el contrabando de palabras. Viajando al abrigo de las miradas inoportunas me oculto, disimulo, selecciono la voz que aparente, que disfrace, no, tiempo de tragedia, tiempo nublado en verano del norte, voces fragmentadas, entrecortadas, no hay cobertura, obsesiva imagen de tu cuerpo reflejando la luz leve que se filtra por la persiana que protege, hondura en la aparición de caricias que atesoramos como una oración selectiva, protectora, intensidad en los besos que antes no nos dábamos…
Pero de súbito…el otro.
En la radio el Brillantina se marca unos tangos, músicas que antes no, canciones saliendo de un arcón bajo la cama sin dosel. Te escribo, I, sobre las rocas del acantilado, desafiando los tambores y las certezas; te escribo en la orilla, saltando las rayas del agua, el misterio, el miedo, la sombra ciega que me ofrece tres deseos, la visita piadosa del todavía, trágico como un actor desdentado, ridículo como un cómico a caballo entre lo imposible y la pirueta, con un gorro de cascabeles, con una nariz postiza, roja, silbando, con los pulmones abiertos a la resaca de ese otro.
Pongo las cartas sobre la mesa, esta es una partida en la que nadie gana, tres envido y llevo pares, órdago al juego y ahora me sales con que no hay otro, que ni siquiera yo soy uno y nos reímos bajo la parra, fotografiamos a los cisnes entre los juncos, desafiamos las miradas de los desocupados en el muelle, de los marineros en tierra, de los que levantan plazas de toros, de los capitanes de barco en la proa de la inactividad, de los vecinos asomados al balcón, de los guardias civiles en sus torretas, de los surfistas avistando olas, de las gaviotas que se ríen, inoportunas, y graznan y nos señalan con sus picos amarillos y ahora recojo el mantel y dentro estamos tú y yo y esta historia renacida y cierta.
Me has convertido en un antropófago.
10 comments :
Ay esa canción maldita -para mi, claro- al cabo del tiempo todo se adormece no muere -para mi, claro- y luego va despertando y puede que entonces muera o se rehaga quizás más dulce, más intensa como las cerezas secas bajo el agua tibia hinchandose entre los dedos...en la memoria y te den entonces ganas de cerezas frescas y nuevos comienzos -para mi, claro- :P
Bikiños nocturnos, salgo de puntillas.
1-Quien lo probó lo sabe.
2-Comienzo a pintarte y no lo consigo, después de estudiarte lentamente termino pensando que faltan sobre mi paleta colores intensos que reflejen tu rara belleza. Confiesa que no tienes prisa y que te complace ver que poco a poco: Sólo pienso en ti.
3-Para El otro:
Una de dos o me llevo a esa mujer, o entre los tres nos organizamos, si puede ser.
Para El antropófago:
Esa mujer era lo único en el mundo que no me daba pereza. ¿Gula? Desde la primera vez que la vi,confieso, el canibalismo no me pareció tan mal.
3- Para el atrapado:
Quedaba mucho por hacer:
arreglar la huerta,
hablar con los perros,
pasear por las orillas del otoño.
Quedaba mucho por hacer.
Quedaba mucho.
Porque de ti volví a aprender lo necesario.
A prescindir de lo inútil,
que nada es precario.
Del brillo de tus ojos
a disfrutar el tiempo lento.
Y cuatro cosas útiles de tu gesto cierto.
Y muchas cosas más de ti aprendí.
Y quedaba mucho por hacer.
A tirar el lastre, de eso que es la existencia.
Del tráfico, del peso de los lunes.
Gris, cielo, hoguera, camino.
De películas malas.
A robarle el tiempo al minutero,
que los relojes matan el tiempo.
Quedaba mucho por hacer:
recoger los sueños en las noches frías
como cuando no hay peces recojo las redes vacías.
Quedaba mucho por hacer.
Quedaba mucho.
Aprendí a sumar lo lógico y lo incierto.
A poner la mesa.
Aprendí a tolerar la presencia necesaria
de las arañas.
Aprendí a soportar sólo lo soportable.
Y quedaba mucho por hacer,
rechazar el tedio, luchar contra él.
Y quedaba mucho por hacer.
Limpiar de malas hierbas el prado,
arrancar las rejas y cercados.
Hacer montones: perros con gatos.
Hacer montones: soles y estrellas.
Borrar las señales de vuelo
para que los pájaros sean dueños del cielo.
Y quedaba mucho por hacer...
(Ay Pedro, cmo me lías. Entro para tomar el primer café de la mañana y salgo con un segundo ya acabado).
Jeroglífico:
D
A
......la entrada no tiene desperdicio.
Si resuelves el jeroglífico tendrás completa la frase.
Mayte me da que la canción no habla de una señora.
Lo que le atrapa (otra vez) es otra cosa.
Pobriño.
Besos
Test de Shandy
1. El Fénix de los ingenios.(por supuesto)
2. Los Crosby, Stills y Nash españoles (o sea CRAG, Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán)
3. El pintor (también) filipino.
4. Ahí m`has pillao.
5. Jeroglífico: pues…
6. D/A va a ser algo de sexo ¿no? (parece que no pero suele ir por ahí)
Besos, reina
Y por buscarle, para tener la paz que necesitaba, jamás tuvo la paz que siempre necesitó.
Es lo que suele pasar Anónimo
Despues de leer a Lope de Vega, uno piensa que en cuestión de sentimientos, de amar, de tener celos, de fe en otro cariño, poco ha cambiado la cosa, poco. Y que bien lo describía, con cuanto ingenio y verdad.
Aqí afirmo que tengo envidia de esa forma tan aparentemente fácil de (d)escribirlo todo.
Un abrazo
El poder de dos palabras. Desmoronan una vida o construyen el universo.
Irónica evidencia de lo eterno, que en tus letras nos hace empalizar con el antropófago.
Un beso.
Ay Pedro que eso ya lo sé....por eso dije-para mi- pero al fin y al cabo a veces y bajo ciertas circunstancias el amor es un tipo de droga y otras una delicia y otras...ay ya que me enrollo :P
Bikiño sin puntilla que ya lo hice en la otra entrada :P
p.d. aquí aplicaría "sarna con gusto no pica" ?
El dibujo me recuerda a Escher ...
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