jueves, 20 de septiembre de 2007

Voir et étre vu.


"Le seul moyen de supporter l´existence. c`est de s´etourdir dans la litérature comme dans une orgie perpétuelle." (Flaubert) .

Amanece en Orly y no sé bien que hago aquí con la niebla detrás de los ventanales y John Malkovich mirándome con cara de enfado. Leo a Quignard que escribe de amantes que descubren su desnudez o lo imagino, advierto que solo lo entiendo al otro lado de una frontera, quizás mi propio límite. Lo entiendo desde que estuve en ese límite, con el borde de la túnica prendido en la puerta que divide dos mundos, el lenguaje y el silencio, es decir la despedida, el punto sin retorno, la mano que no puede ya asomarse detrás de la pared invisible.

Mientras estoy leyendo comprendo que ya he pasado la línea, que puedo recordar sin que me duela y cierro los ojos, agrupo fragmentos de las historias que guardo bajo llave, me agacho a recoger una mirada absorta separada de los dedos con que ella se acariciaba los muslos en un gesto delicado, íntimo, natural y mi cansancio a sus pies soñando que sueño este momento y que nada ha ocurrido, que el temblor en el alma era solo excitación del cuerpo y justo ahora los altavoces anuncian en un francés de labios fruncidos que debemos embarcar y todos se apresuran a pesar que el 9A o el 17C les espera y aunque siga aquí ya he llegado.


Recuerdo que estaré en lo oscuro.


18 comments :

Arthur dijo...

Y es así cómo la imaginación se desborda cuando leés libros, recordás un viaje ó mirás una peli.

Saludotes y abrazotes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Gusthav dijo...

Uy, mirá que siempre es así, un viaje, estás con alguien, y cuando estás a punto de llegar un poco más lejos con esa persona. ZAZ! llega el momento de decir Adios.

Saludos y abrazos

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

Pedro M. Martínez dijo...

Siempre me sorprendes Arthur

Pedro M. Martínez dijo...

Gusthav ¿estoy entendiendo bien?
Mi enhorabuena.

Anónimo dijo...

Recuerdo que estaré en lo oscuro... qué frase tan profunda, tan llena de anhelo, supongo que así se despediría alguien que va a sumergirse por un tiempo. Hay algo imposible en el cuerpo de la frase, un pasado y un futuro que convergen, que hacen inimaginable el presente, que se llenan la boca con la posibilidad de los opuestos, que se sitian en el silencio que va y viene por sus palabras sin tiempo.

Abordar, embarcarse, tomarse del pasamanos como para no perder el equilibrio ante el vértigo de la partida en barco o en submarino trasatlántico o en avión supersónico o viaje imaginario o un qué-sé-yo de los sueños que nos llevan de uno a otro lado.

Anoche he soñado con temblores de tierra, es extraño pensanrlo cuando de este lado del mundo se "celebraba" el recuerdo de la tragedia, se hacían simulacros sumarios con demasiado orden y muy poca histeria (cómo pueden olvidarse de ella, la sal del alimento, el himen de la doncella). No estaba conciente de la fecha, la gripe me alejó de la algarabía previa en los medios y las charlas amenas.

Pero amanezco, pienso en temblores, recuerdo el sueño en movimiento, me estremezco. He de decir aquí que me gustan los temblores, en la prehistoria de mi infancia recuerdo uno en particular, no había miedo, ni caras descompuestas, sólo el rostro exaltado de mi padre, los ojos brillantes, las palabras desbordantes, y yo en sus brazos viendo las luces de la calle ir y venir en la imposible flexibilidad de sus estandartes -estrellas de órbitas distantes-, los libros cobrando vida para escapar de sus estantes.

Seguro no venía a cuento esto la naturaleza sísmica de estos tiempos, seguro tampoco vendrá a cuento contar los sueños en silencio, ni esperar la noche para volver a sitiarnos en ellos.

SEI

ybris dijo...

Eso. La literatura como una orgía interminable.
Yo creo que tú lo llevas a rajatabla.
Lees, vives, amasas recuerdos o imaginaciones y luego te desbordas.
Siempre sorprendente, Pedro.

Un abrazo

Camille dijo...

Ya..claro..y luego me llamas nostálgica.

Oye, te puedes creer que a mi Malkovich también me mira con cara de enfado?

Agata dijo...

Ay,esa imaginación...Pero es algo que es nuestro y podemos disponer de ello cuando queramos,en cualquier lugar.Gracias por tu visita.Si quieres que tu imaginación siga activa visítame más a menudo.Besos del sur.

Pedro M. Martínez dijo...

Inmarcesible, todo un tratado.
Imposible comentar tu comentario.
Me limito a dejar la boca abierta y seguir aplaudiéndote.
Muchas gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, el orden (el mío, al menos) no es así.
Primero de todo vivo.
Después el resto.
Sé bien lo que digo.
Y tú también lo sabes.
Gracias, Ybris, un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Camille, déjate de rollos y págate un zurito con una croqueta. Agarrada.
Y luego nos reímos.
Guapa.

Pedro M. Martínez dijo...

Lo haré, Agata, lo haré, puede estar segura.
Besos al norte. (o al sur, como quieras)

Anónimo dijo...

Le agradezco el aplauso, aunque siempre hubiera preferido el comentario... ya ve, el afán de palabras que no puede dejarnos.

SEI

Pedro M. Martínez dijo...

Oye, Inmarcesible, mal genio, estaba buscando ahora tu dirección para enviarte un e-mail, pero no lo encuentro.
¿Serás tan amable de enviármela a pmad1@wanadoo.es?
Y te contesto.
Gracias (impaciente, insatisfecha, pedigüeña, avasalladora. Con cariño, claro.)

Tempus fugit dijo...

¿Una despedida en Orly?
Consuélate... ¡siempre quedará París!
(fíjate que hoy estoy serio y no hago alusión "al francés
de labios fruncidos")

un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Gato De cenizas, no sabes lo cierto que es.
Pronto iré por allí.
Necesito ir.
Es toda una historia, de cuando no, de cuando sí.
No, no quiero hacer un acertijo, ni un trabalenguas, forma parte de mi vida, un anhelo, un proyecto, ir con.
Luego todo cambia y vas con otra con y vuelves y es bello, y vuelves y es mejor y aquella con se va difuminando.
Perdona que no sea más explícito.
un abrazo.

Tempus fugit dijo...

Si erigiéramos un pequeño monolito por cada con que tomó el último vuelo, los aeropuertos serían bosques intransitables.
Suerte que los recuerdos, pese a no desaparecer, por lo menos se difuminan, o se solapan.
Cada corazón es un Orly.

un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, no mis con.
Si fuera por mi los aeropuertos estarían siempre libres de paso.
Otra cosa serían los recuerdos, ahí sí. (pero solo porque tengo muy beuna memoria)

Por cierto, no me gusta nada Orly.
un abrazo

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