Otra vez
El
pretexto es dejar aquí cada día un texto pero usted sabe que eso no es cierto.
O
no del todo.
El texto que comparto es apenas un umbral, algo cifrado, lo que no, una frontera entre lo que pienso y lo que usted lee.
Algunas veces he dejado lo que siento, con disfraz, codificado pero descifrable con facilidad, se veía lo accesorio y lo que no. Nadie ha levantado una ceja, ni la mano, ni ha pasado su brazo sobre mis hombros de hombre herido.
Hay un principio, uno deja lo que quiere y alguien, quizás, lee lo que le parece oportuno. No hay mucho que decir, no hay misterios, no hay límites entre el mundo más allá de las montañas y este de alrededor, no hay una aduana donde te sellen el pasaporte, ni ríos, tampoco hay un parapeto con soldados emboscados, o sí. Estos son momentos de la vida cotidiana modificados para hacer de ellos una aventura, lo que no es. O sí.
El pretexto es compartir, del punto de desvío del hecho a lo dicho, buscando la sorpresa, la no repetición, citas, fragmentos, instantes, una mirada, una noche, el miedo, la furia, el estremecimiento, música, un mapa de una tierra imaginaria en el que se distingan calles conocidas, aquella plaza, la fuente, los pájaros no, esos volaron, tanto ha volado, despareció, no está excepto en lo que escribo ¿alguna vez estuvo?
Para terminar (es que se me ha ido el santo al cielo, no me concentro) la cuestión no es lo que digas sino cómo lo digas.
Estas cosas y otras las digo así, cada día (en este Glup 2.0 desde febrero del 2007)
5 comments :
Tus pre-textos, ante sala de tus textos, sólo los concoes tú, nosotros sólo disfrutamos de estas letras que cada día vas sembrando como lechugas tiernas en un surco de tierra fértil a las que casi siempre le salen margaritas, mariposas e incluso lágrimas sonrientes, mil gracias!
Un beso PEDRO!
Lo que dejas son trazos, entradas, un difuso sendero, un signo de interrogación, cualquier cosa o todo y nada. Lo relevante es que nos gusta lo que dejas.
Abrazos Pedro
María, vamos a poner en orden todo esto que luego se desmadra y cualquiera vuelve las aguas a su cauce, a donde era. En este pobrecito blog de mis entretelas la sequía pertinaz era lo que era, servidor en una esquina con una boina en el suelo “háganme casito, please” y los posibles paseantes eran mudos o no eran. Y en eso llegó el comandante y mandó a parar, leches, que llegaste tú, comentaste y desde entonces me he puesto la boina solo para quitármela y agradecértelo, gracias, muchas gracias. Aunque mi lado malo piensa, maldición, con lo bien que estaría yo en el monte, que soy mucho de monte, de caminar entre árboles y pájaros, de caminar tanto que a veces me salgo del mapa y tienen que radiarme, “se ha perdido un señor que iba solo”. Ir solo, un destino. Buenos días, reina, feliz martes, besos a granel, en cucurucho, como los churros que compro en San Fernando de la Isla, donde Camarón. Ole.
Tatiana Aguilera, mire usted que bien, pero (¿siempre tiene que haber un pero? Que pesado) lo que dejamos (tú, yo, ellos, ellas, los otros) no tiene porqué gustarnos, sirve con estar, la constancia, el intento, el afán, el trabajo, la intención, la ilusión. Que sí, oye, que si gusta mejor, pero nunca llueve a gusto de todos (que llueva, que llueva, la Virgen está en la cueva). Pues eso, que me voy por ese sendero que dices que no puede uno estar aquí todo el día escribiendo boberías. Abrazos largos.
Tracy, exacto, cada uno lee lo que quiere y saca las conclusiones que quiere. Faltaría más. (Como borres otra vez un comentario me voy a Córdoba y verás). Abrazos.
Publicar un comentario