Agur.
No es un caso único, no, se empieza a recurrir a
la imagen y se mata la palabra.
Pero la palabra es única.
Puede juntarse con otras y lograr la emoción, el
latido del alma.
Se necesita una cierta habilidad, claro.
Y que el lector sea proclive.
Hay que insistir.
Conozco escritores que incluso escriben.
Sé perfectamente que hay que escribir para que
alguien llore.
Una vez lo utilicé.
Es un secreto pero te lo cuento.
La palabra es adiós.
La verdad es que no se me ocurrió solo, me lo
habían dicho alguna vez. La primera vez lloré, era tan joven. La segunda me
resultó indiferente, yo también me había aburrido. La tercera me dejó en una
especie de cueva, un espacio negro en el que no podía moverme, ni respirar,
estaba como muerto, al menos perdí el sentido de la vida, es increíble lo que
puede producir una sola palabra. Ella lo dijo como una liberación, como una
afrenta, como un insulto. Mala.
Del resto los he juntado en una nebulosa en la
que no sé quién de los dos (o tres) lo dijo antes. Adiós.
De cualquier manera ahora estoy lleno de hola, de
saludos de bienvenida, es mejor, alguien se quedará.
Y es que llega el invierno.
(No tengo tiempo para nada y este hablar por no
callar me va a cerrar el chiringuito).
4 comments :
Hola, Pedro, hola hola hola hola hola
hola hola hola hola hola hola hola hola hola !!!!!!!!!!!!!!!!
Montón de besos
Qué no, darling, qué ni una ni mil imágenes – salvo maravillosas excepciones – valen más que la palabra. Ya ves, tú mismo lo dices: una solita y te puede dejar patidifuso para los restos. Lo de “la cueva”, “como muerto”. Muy bueno.
Y ni siquiera hace falta que esté escrita.
Hola, virgi
Un beso (pero intenso)
Magnolio, no, a veces es solo un gesto (corte de mangas, peineta, el dedo índice, etc). En cualquier caso es más fino un “adiós” que un “que te den”.
Pero en mi pinterest consigo maravillas.
Muá
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