viernes, 20 de abril de 2012

Rotura.

Tempestad

Puedo sobrevivir con poca cosa y ahora,
cuando preveo que la tormenta traerá
perfumes tal vez turbadores, me preparo
para ofrecer un poco más de resistencia.
Del desamor que me rodea, alguien, lejano
como el ojo remoto del tiempo, se aprovecha
para inventarse un amor hecho a medida.
Está bien complacer y es cansado. Tantos límites
por transgredir agostan las palabras.
Salgo a la calle y nadie me espera.
Ahora pasa más gente por el puente y me parece
que todos están más atareados
que antes. Hace mucho que truena
por el lado de poniente, pero el aguacero
no llega nunca. Cerraré a cal y canto
el cajón de los proyectos. Tanto da
compartirme conmigo mismo pues
no hay esperanza ni retorno ni viaje.

Miquel Martí i Pol,
(Llibre de les solituds, 1997.)



En un semáforo.

“Crack, algo se ha roto pero te entiendo,  vaya si te entiendo, eres una mujer del siglo XX viviendo en el XXI, se han caído las hojas del calendario que tenías en la cocina y solo sabes que este es tu año y dibujas los límites del sí y el no, del ya veremos.

Se rompen las normas y ya no me importa quién lee, qué entiende. Solo sé que te miro y te veo bella. No eres la niña que conocí hace quince años, eres una mujer nueva y eso es mucho, demasiado, me desborda, tanto que me has pellizcado desde un extremo del corazón y ahí me tienes, amigo, admirador exclusivo, el que te llama, el que te habla, el que ha despertado de algunos sueños, el que te ha abierto puertas a ti misma.

A veces me asustas, te has hecho dura, egoísta, tajante, fría, inaccesible. Lo peor es que entiendo que no me aproveches, que creas que todo es para siempre. Nada es para siempre, todo tiene un tiempo.

Desde el accidente soy un gallo desplumado, un duro de corazón blando, un hombre que ha aprendido a llorar, que llora, que a veces necesita algo más que silencio, o miedo, o yo qué sé. No soy el que era, han pasado los años. ¿Qué debo hacer para que me creas? ¿Qué debo hacer para que me veas por dentro? No sé lo qué digo, pienso demasiado tiempo en ti, no me conviene, estás dentro, aquí dentro. No sé cómo no entiendes que necesito tu ternura.”

-Perdone ¿decía algo? ¿Quiere que le ayude a cruzar?

-No, no, disculpe, hablo solo, ya me arreglo. Gracias.

Y camina en dos muletas.



Este es el cuento del viernes, raro.

8 comments :

Magnolio dijo...

Será por el título - tan rotundo él - que veo tan claro este raro cuento de viernes.

Ella no es la que era ni él tampoco, o viceversa, pero están tan acomodados en el desencuentro que podrías intercalar el palito y poner que eran - ambos - del XIX. Entonces pasaba igualito, pero sin tanta envoltura: lo de creerse que, aún roto, era para siempre.

Anónimo dijo...

Siempre bello...
Viernes triste y cuento triste.

Guadalupe Neira dijo...

Gracias, Pedro, muchas gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio, pasa mucho eso de creerse que algo es para siempre. Les pasa siempre a los otros (se desenamoran los otros, sufren los otros, son unos quejicas, los otros). Cuando nos pasa a nosotros es diferente, eso sí que es importante, en el 19 y ahora.
Ay, incrédula, rota, descompuesta, compuesta, animada, alimentada, nuestra amistad continúa desde siempre.

Pedro M. Martínez dijo...

Anónimo que te va a llevar el viento, este viernes está triste, sí, pero solo es la lluvia, lo gris del cielo, las noticias tan preocupantes ¿y qué?, aquí estamos, leyéndonos. Sonríe, el viernes puede ser bello.

Pedro M. Martínez dijo...

Guadalupe Neira, tan bella, tan dulce, tan atractiva, tan amiga,siempre gracias a ti, por tanto, por todo. Eres un lujo. Muchos besos.

La burbuja de pez dijo...

Todo tiene su tiempo, sippi.
Me pregunto si realmente hacemos buen huso de él, si lo aprovechamos como conviene, digo.
Ains, llegado al meridiano, una ya no sabe si la edad que resta merece la pena, si lo vivido es suficiente y los recuerdos que quedan en depósito,para rumiarlos.

Y él o ella, siempre presentes. Ah, no me engañas somos nosotros, hablamos de nosotros mismos, nada ni nadie se merece el pensamiento eterno.


Esta mañana caí de la cama y me pica la oreja derecha ¿Se nota mucho?

Nikté

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté, es una opción, libre, aprovechar el tiempo, ¿qué es aprovechar el tiempo?, es igual, esta mañana he estado en una residencia de ancianos, de visita, el tiempo nos deja ahí, recuerdos, ¡¡¡no!!! hoy es sábado, me lo voy a comer, enterito, a disfrutarlo. Anda ven, un beso, así, hummmm. Vivir.

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