La realidad de Lída Baarová.
Nadie sabe qué haces/hago aquí.
Aquí es un punto vago entre twitter y la sombra del tiempo escapando a una velocidad que espanta. Hace nada (yO) era una foto viajando en whatsApp, la cabeza inclinada ante la fotografía de un reloj, el bigote enredado en sus manecillas. Ahora sigo dentro del iPhone sin saber si ha remitido la plaga de serpientes, si Fania Kaplán aparecerá con su ira ciega, si puedo salir ya a recitar por las calles poemas de amor.
Hay una mujer sentada bajo un olmo con una abubilla en el hombro derecho. Creo que es Isabel.
Hay un escritor que regala a un mendigo una naranja llena de joyas. Creo que no soy yo.
Hay un blog insaciable que necesita temas, flores y roleos, música, ven y cuéntalo. Desde facebook se han duplicado los visitantes, no sé si también los lectores.
Asoma el lunes y ya es ayer, con su carga de lo que fue como un embalaje frágil, como un papel de calco de los últimos cien lunes, no recuerdo ya los lunes sin fluoxetina, aquellos en los que florecían las camelias en la tapia frente al apartamento de la que amé.
Leo a Pascal Quignard para disfrutar, leo a William T. Vollmann para saber de:
Lída Baarová (nacida como Ludmila Babková) (1914 – 2000) fue una legendaria actriz checa considerada una de las mujeres más bonitas de su tiempo.1
Junto a su hermana, la actriz Zorka Janů tuvo una carrera destacada en el cine checo hasta que partió a Berlín donde conoció al actor Gustav Fröhlich de quien se enamoró y con quien protagonizó varios films. Gracias al éxito del film Barcarole fue tentada porHollywood en 1937 pero desistió la oferta.
Fröhlich estaba casado con la diva judeo-húngara de opereta Gitta Alpar quien debió huir ante la amenaza nazi. Fröhlich y Lída se mudaron a Wannsee, cerca de la casa de Joseph Goebbels (entonces ministro en la administración nazi y con poderosa influencia en UFA, la compañía cinematográfica alemana) con quien ella entabló una tempestuosa relación que fue disuelta por órdenes de Hitler ante las quejas presentadas por su esposa (Magda Goebbels). Goebbels pretendió irse con Lída como embajador al Japón pero Hitler no aceptó su renuncia como ministro. Goebbels intentó suicidarse el 15 de octubre de 1938.
Lída Baroova fue declarada persona non grata y regresó a Praga, huyendo luego a Italia en 1941 donde filmó Grazia (1943), La Fornarina(1944) y Vivere ancora (1945).
Regresando a Praga fue apresada por las tropas aliadas, puesta en custodia y encarcelada en Múnich para ser extraditada aChecoslovaquia, donde fue condenada a muerte (y luego exonerada) por colaboracionista.
Su admirador y agente teatral Jan Kopecký era sobrino del ministro comunista del interior y arregló su libertad. Se casó con ella en 1949 formando un dúo de titiriteros que recorrió Austria emigrando finalmente a Argentina y luego a España.
Intento retormar su carrera cinematográfica pero fracasó, en 1956 se divorció de Kopecky y en Italia trabajó en el film I vitelloni de Federico Fellini y en películas españolas y mexicanas.
En 1958 se mudó a Salzburgo y en 1970 se casó con el ginecólogo sueco Kurt Lundwall y Rainer Werner Fassbinder le dio un pequeño papel en Las lágrimas amargas de Petra von Kant.
En la década de los 90 reapareció en la escena cultural checa publicando su autobiografía(La dulce amargura de la vida) y una película basada en su historia: Sladke horkosti Lidy Baarove
En el 1999 participó en el documental televisivo Las mujeres de Hitler con Leni Riefenstahl y Traudl Junge.
Aún más, descubro a Gabriel Porras que dice:
Regresada a Europa a principios de los 50, su prestigio y calidad como intérprete hacen que intervenga en algunos filmes italianos, de los que es obligado recordar I vitelloni (Los inútiles), primera obra maestra de Federico Fellini. En este momento será, precisamente, cuando Lida Baarova inicie una breve pero muy intensa carrera en el cine español (donde otros actores centroeuropeos como Barta Barri, Rolf Wanka, Gerard Tichy, Franz Joham o Lilí Murati, entre otros, huidos de la barbarie nazi y la hecatombe bélica trabajaban asiduamente). Lida Baarova aportó a las pantallas españolas un espléndido ramillete de títulos en los que destacó esencialmente por su naturalidad interpretativa y la belleza en plenitud de una mujer aún joven. De esas películas españolas de la Baarova podemos destacar tres, correspondientes a otros tantos realizadores de primera línea en cine español de mediados de siglo. La primera, Viaje de novios (1956), dirigida por el hispano argentino León Klimovsky, significó el comienzo del llamado cine de parejas, pretendidamente nuevo y en color que inaugura todo un género conocido comúnmente como Comedia Española y que llenó las salas cinematográficas de filmes amables, optimistas y sin demasiadas pretensiones estéticas, cuyo objetivo era el de mostrar una cara moderna de la sociedad española y lograr rendimientos positivos (como así fue) en las taquillas. Esta fue, como digo, la primera, cuya su fórmula se extenderá durante más de quince años.
La segunda película que quiero destacar dentro de la filmografía española de Lida Baarova es Todos somos necesarios (1956), excelente filme de José Antonio Nieves Conde, quizá uno de los menos conocidos de este director, que fue uno de los realizadores más sólidos del cine español a lo largo de más de cuarenta años. Aquí la actriz realiza un magnífico trabajo dramático como la madre de un niño enfermo al que se debe intervenir quirúrgicamente de urgencia en la angustiosa parada de un tren bloqueado por la nieve. El talento de la actriz, demostrado ampliamente en la comedia ligera, queda aquí patente en un registro dramático de gran intensidad. Manuel Mur Oti, otro de los grandes directores de la época, dirigió a la Baarova en la excelente El batallón de las sombras (1957), una película coral basada en un estupendo guión y en la que la actriz checa tuvo ocasión, de nuevo, de demostrar su capacidad interpretativa.
Programa uno de los trabajos de Lida Baarova en el cine español, junto a Emma Penella, Amparo Rivelles, Elisa Montés, Alicia Palacios, Tony Soler y Amelia de la Torre. Filme de gran reparto femenino dirigido por Manuel Mur Oti.
Lida Baarova continuó cercana a su profesión de actriz después su paso por España, esencialmente en los escenarios teatrales de Alemania y Austria. No así en el cine, donde no vuelve a aparecer. Retirada en la ciudad de Salzburgo, hasta el final de sus días restó importancia a su relación con Goebbels; así lo expresó en entrevistas y escritos autobiográficos. Indudablemente, quiso guardar para sí todas aquellas experiencias en el seno de la Alemania nazi y al lado de las más altas jerarquías de aquel régimen que tantas desgracias le ocasionó. Su carrera quedó parcialmente truncada y su vida privada y familiar, rota. Quizá su último consuelo profesional así como el reconocimiento a su trabajo se produjo en España. De hecho, su presencia en nuestro cine ha dejado un rastro de elegancia y discreción en un número de destacables títulos e interpretaciones. Lida Baarova falleció el 27 de octubre de 2000 en Salzburgo (una ciudad que, sin duda, se acomodaba perfectamente a su espíritu, cultura y belleza) siendo enterrada por propia voluntad junto a sus padres y hermana en el panteón familiar del cementerio de Praga, la ciudad que la viera nacer 86 años antes. (GabrielPorras)
Y voy caminando hacia el trabajo , whatsAppeando , recibo el primero desde París, una magnífica fotografía, dos cariñosas líneas, tres días faltan para que vuelva Andrea.
Bip, bip, el segundo, de una mujer de cristal.
Cambio, corto y cierro, esto es lo del lunes.
2 comments :
¡Fijate si la realidad es ficticia!
Sea una u otra consigues hacerlas alucinantes con tu mirada.
Un abrazo
gaia07, hoy me hacía falta esto que me dices. Muchas gracias. Sin ficción, un abrazo.
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