jueves, 1 de septiembre de 2011

La sorprendente puntuación de Mr. Parker


La elevada y controvertida nota que el gurú del vino otorgó al Rúa, un blanco de mesa gallego de 1,5 euros, dispara los pedidos 

CARLOS DELGADO 01/09/2011 

Como en la maravillosa película de Berlanga, Bienvenido, Mr. Marshall, hay algo de agridulce en la actitud de Robert Parker hacia los vinos españoles. Es cierto que en el último gran repaso realizado por Jay Miller su catador especializado en nuestro país- se han chequeado casi todas las zonas vitivinícolas españolas, con bastantes vinos por encima de los 90 puntos, que es la barrera de la máxima calidad, aunque ninguno con 100. Lo sorprendente es que entre esos ¡pocos! vinos de máxima calidad se encuentra un blanco modesto, de los utilizados para cocinar por su bajo precio en los supermercados españoles (1,49 euros), aunque sensiblemente superior en los Estados Unidos (unos 12 dólares). Se trata de Rúa 2010, elaborado por la Cooperativa Virgen de las Viñas, de Valdeorras (Ourense). El efecto Parker no se ha hecho esperar. Han surgido pedidos de Rúa de todo el mundo, agotando en poco tiempo las existencias. Las expectativas de venta para los siguientes años se han disparado. No se trata del único éxito de esta bodega. Su Tempestad, un monovarietal de Godello (3,5 euros), ha conseguido nada menos que 92 puntos.

Tan alta puntuación, bien recibida en el sector por lo que tiene de promoción de la DO. Valdeorras, ha provocado extrañeza y sería críticas entre los profesionales. Para Mercedes Rodríguez, presidenta de la Asociación de Sumilleres Gallaecia, "el señor Parker perdió el rumbo y en este caso además se la metieron doblada". Y señala, con razón, que este vino se premia dentro de un grupo de vinos de precios similares y con elaboraciones semejantes. No se compara el Rúa con los grandes vinos gallegos o españoles, sino con otros de precios parecidos. A su vez, a Luís Padín, Presidente de la Asociación Galega de Catadores, le "cuesta creer que Parker puntuara así un blanco con defectos". La polémica está servida.
Lo primero que sorprende es que un vino genérico, de lo más común, elaborado con un alto porcentaje de uva foránea Palomino, que en Galicia estuvo a punto de arrasar con las variedades autóctonas de calidad como Godello, Treixadura, incluso Albariño, pueda merecer tan alta estima. El vino, que incorpora otras uvas de mayor calidad como Doña Blanca y Godello, ha sido fermentado en acero inoxidable, con 3 meses del envejecimiento sobre lías antes del embotellado. Lo normal. El blanco, a qué negarlo, resulta agradable, ¡sobre todo si se toma muy frío! Aunque resulta aventurado afirmar, como hace Parker, que estará "muy bueno en los próximos 1-2 años". Es posible que la facilidad oxidativa de la uva Palomino haya hecho, para entonces, estragos en su fresco aroma actual. Entonces, ¿cómo ha ocurrido un milagro de tal calibre que hasta los responsables de la Cooperativa no terminan de creerse, empezando por su enólogo Julio Ricarte?
Al parecer, Aurelio Cabestrero, importador del vino en EE UU, hizo llegar las botella -junto con otras marcas- al gurú, que quedó fascinado por su aroma con notas "minerales fragantes, frutas blancas, huerto y flores de primavera". Lo compara nada menos que con un Chablis Village, "pero con un perfil de sabor ligeramente diferente". Lo que sin duda habrá aliviado a los exigentes bodegueros franceses. Por el contrario, la mayoría de los críticos españoles lo puntúan, cuando lo hacen, a la baja. ¿Lo seguirán haciendo a partir de ahora?

Lo cierto es que si Rúa 2010 merece 90 puntos, superaría 200 vinos como As Sortes, Viña Somoza Godello Selección, Gaba do Xil, Godeval Cepas Vellas, A Coroa 'Lías', o el pionero y magistral Guitián. El problema es que Parker cata, principalmente, vinos que se comercializan en EE UU, donde reside la principal clientela de su guía Wine Advocate, aunque su influencia sea mundial. Y valora mucho la relación calidad-precio, sobre todo en estos tiempos de crisis.

Siendo ecuánimes, y para hacer justicia a los excelentes blancos gallegos que no consiguen la atención de Parker, hay que señalar que esta vez el prescriptor estadounidense ha pecado, cuando menos, de generosidad. Puede permitírselo porque gran parte del éxito de ciertos vinos españoles en los mercados más exquisitos se debe a Robert Parker, el gurú estadounidense que dicta modas y encumbra vinos con sus inapelables puntuaciones.

'La Biblia' del vino

Este abogado de North Maryland, que abandonó su carrera para dedicarse a la crítica de vinos, ha convertido su publicación The Wine Advocate (El abogado del vino), con 40.000 suscriptores en 40 países, en la Biblia de los compradores internacionales. Sus altas puntuaciones suponen el lanzamiento mundial del vino y la bodega agraciada. Así que, bienvenidos sean sus juicios.

En cualquier caso, se puede, y debe, criticar a Parker por su peculiar forma de ver y juzgar el mundo del vino. Pero hay que reconocer que, más allá de sus puntuaciones, siempre ha señalado el papel determinante del consumidor. En cada portada del Wine Advocate está escrito en negrita: "Nunca habrá un sustituto del gusto propio, y no hay mejor cursillo que probar el vino personalmente". Sabio consejo que, finalmente, pone las cosas en su sitio.



(De El País)

Parker y la concupiscencia.

Parker y la tristeza.

 


1 comments :

Mayte dijo...

Asombroso!!

Me voy a releer a Parker...

Besiño, Pedro.

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