martes, 19 de julio de 2011

No era mentira.



Se llena la tarde de gaviotas transparentes, de este silencio atroz entre tú y yo, este silencio, la amargura de la distancia, no verte, saber que hoy estás triste y no poder decirte que es el domingo gris, las nubes, este absurdo julio que más parece otoño, lo que fue, llamarte, que coincidan mis llamadas cuando te desnudas, escucharte, contarte, nuestro último encuentro, el primero, los recuerdos, los desayunos, la dulce piel de tus caderas, la tibia claridad de tu mirada, tu abandono, el pelo en la cara, los misterios, las cartas a deshoras, tu facebook, el mío, buscándonos, tentándonos, ya no nos escribimos, tu voz que olvido con desgarro, tu aliento en mi pecho, mis besos en tu cuello, en la nuca, tus consejos, las manos tímidas que intentan caricias, tu boca, tu sonrisa, mujer que sabe lo que quiere, ay,  no un amante, no un hombre que te pierda, más bien alguien que te encuentre, lo que eres, lo que mereces, lo que necesitas, quizás, mientras tanto el verano pasa triste, todo pasa, llegará el otoño a nuestro otoño y aquí, tan lejos, te seguiré añorando sin saber si hay mañana, sabiéndolo, intentaré que agosto sea una fiesta aunque me duelan los dedos de no verte, el alma, los pulmones, no exagero, no son palabras, eso que tiembla es mi tristeza en este domingo gris, flotando, alrededor estoy, te añoro.     



13 comments :

Mayte dijo...

Pedro que tus palabras no sea proféticas (Que poder tienen siempre) que agosto sea de celebraciones (viene mi cumpleaños) que la soledad se desnude siempre y en compañia...que disfrutemos de los cantos marineros, de los otoños sinverguenzas anudados a los cuellos, bocas y almas que vibran y laten, siempre...siempre...aunque sea demasiado.

Un besiño ;)

Nikté dijo...

Y si eso que se añora es todo un Océano... imagina entonces el tamaño de esa soledad. Nada ni nadie la puede suplir, aunque le consuele una llamada, un encuentro, si , a modo de cataplasma.

Aún merodea ese poema de Francisca Aguirre "Un mar, creedme, necesito un mar..."

Y en otro orden de cosas pero hablando de lo mismo: Lo de la red social está muy bien traído, sipi; Aunque a mi solo me sirve pa quedar con mis amigas, jugar al citty y rular un rato por ahi, ná, que seguimos hablando de soledad.

Que mal llevo el verano, ya ni te cuento del otoño ese.

No se si besarte en la despedida de un coment, pa qué, nosotros ya nos besamos to el rato, bueno tú y tos nosotros. Salgo ya de aquí que empiezo a desvariar.

Andrabaltza dijo...

Ya lo dijo Neruda, Pedro..."es tan corto el amor y tan largo el olvido"

Un saludo desde Donosti.

virgi dijo...

La añoranza es como el mar, llega a oleadas. Y cuando son bravas, no hay dique que las pare.
Besitos, Pedro
¿No te vas pa' los Finisterrae?

Pedro M. Martínez dijo...

No te preocupes Mayte, suspendí el curso de profeta y no me he vuelto a presentar. Agosto será un mes maravilloso nos pongamos como nos pongamos, desnudos (preferentemente en compañía), vestidos, cantando pero siempre, siempre, intentando que la felicidad no nos sea esquiva. Besos prevacacionales.

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté lo besarse tiene tela. Estoy aburrido de besos virtuales, aunque sean bienintencionados. Me gustan los otros, los ciertos, los de dejarte los ojos en blanco, el corazón saliendo del pecho, los pulsos agitados, las manos soltando botones, la horizontalidad, la verticalidad, la ternura, la pasión, es decir eso, lo que se dice eso, ni soledad ni gaitas, eso, al lío. Voy.

Pedro M. Martínez dijo...

Begoña Eguiluz, tuve una época Neruda. He tenido muchas épocas. La última fue Gamoneda. Ahora solo me leo. Voy a la mitad del libro. Como muchas veces no entiendo lo que me escribo vuelvo a escribirlo. Y me releo. He vuelto a la página uno.
Begoña, tu último post es delicioso, me ha gustado muchísimo, por lo que dices, cómo lo dices y por lo que no dices. De tan bonito es sincero, te has desnudado, no sé si sin querer o queriendo te has mostrado así, tal cual. He disfrutado con cada línea. Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

virgi, la añoranza es puñetera, llega y te apuñala, te deja mirando por la ventana y no ves nada más que...bueno, qué te voy a contar.
Justo ahora estoy escribiendo lo de mañana, dónde pienso ir, el día 15, si no hay cambios, me iré a Fisterra. Qué maravilla caminar cada amanecer hasta el fin de la tierra y ver amanecer. Un lujo.
Besos norteños (que son fuertes y llenos de sabor)

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Me parece maravilloso, todo esto que ha escrito. Un tesoro para la persona a quien va dirigido; un placer para el lector ajeno.
Me ha emocionado y se me han mojado los ojillos... debe ser que me suena tanto, tanto, tanto esta historia...
No es mentira que le abrazo desde este lado de la pantalla (aunque sea virtualmente) Mua!

Pedro M. Martínez dijo...

Madame Vaudeville, muchísimas gracias.
Sentir es un privilegio. Escribirlo, un placer. Compartirlo, una osadía.
Esta historia es la historia, la misma historia. Entendemos lo que nos toca. Hay historias que nos tocan tanto que nos ahogan.

Ayer estaba con unos amigos charlando en un bar. Entró una persona amiga, hablamos (se ha separado después de más de 30 años de relación, no lo supera, lo entiendo), me abrazó, me rompió el alma. Mis amigos no entendían nada. En un bar del centro de Bilbao ahí, abrazados, indiferentes a las miradas.
Puff, que suerte poder sentir así, que gran fortuna.

Te abrazo desde este lado.
Gracias, gracias, gracias.

mirada dijo...

ternura, mucha ternura...
gracias por compartir, Pedro.

Jezabel Montenegro dijo...

Uf, chico.
Besos

Verde oscuro dijo...

Hermoso

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