viernes, 1 de abril de 2011

Suceso

Daría este viento del mar gigante por tu brusca respiración
oída en largas noches sin mezcla de olvido,
uniéndose a la atmósfera como el látigo a la piel del caballo.
Y por oírte orinar, en la oscuridad, en el fondo de la casa,
como vertiendo una miel delgada, trémula, argentina, obstinada,
cuántas veces entregaría este coro de sombras que poseo,
y el ruido de espadas inútiles que se oye en mi alma,
y la paloma de sangre que está solitaria en mi frente
llamando cosas desaparecidas, seres desaparecidos,
substancias extrañamente inseparables y perdidas.

(Tango del viudo . Pablo Neruda)


Desde hace más de veinte años, un hombre que dice ser profesor universitario mantiene una relación sentimental con B.

Un día, en una casa de masajes, ese hombre conoce a C, brasileña. Le dice que es ingeniero y comienza con ella una historia amorosa que dura dos años. Incluso hacen planes de boda.

Ninguna de las dos mujeres conoce la existencia de la otra.
Ante ellas justifica sus ausencias por motivos de trabajo.
En realidad ese hombre no tiene una ocupación conocida.

Llega un momento en que la situación se le convierte en insostenible al hombre y opta por deshacerse de una de las mujeres. Dice a C que quiere casarse con ella y viajan a Brasil para conocer a su familia. A la vez, recoge todos sus ahorros, 18.000 €.
Regresan en vuelos separados - él un día antes-, la espera en el aeropuerto y de madrugada vuelven a la ciudad en coche por carreteras secundarias.
Para en diferentes sitios en busca de un lugar desierto donde llevar a cabo sus siniestros planes.
A las seis de la mañana finge el pinchazo de una rueda; bajan y la golpea repetidamente para después intentar estrangularla; al creerla muerta la arroja a un contenedor de basura y huye.
Por el camino se deshace de las maletas dejándolas en un descampado.
A las nueve, la mujer recobra la consciencia y logra pedir ayuda.
A las doce, el agresor había sido detenido y acusado de intento de homicidio.

En esta noticia, aparecida en la prensa, no dice en qué lugar del limbo vivía la señorita B, ni qué capacidad de seducción sobre C tenía el hombre para venirse con los 18.000 €, ni de qué vivía en esos veinte años sin trabajo conocido, ni cuantos sinvergüenzas por metro cuadrado son capaces de realizar estos lamentables actos reflejados en escuetas noticias en la sección de sucesos y que superan cualquier guión de miedo imaginable.



7 comments :

mirada dijo...

miedito, miedito, pero siempre la vida nos pone experiencias para ver más allá...
ójala tengamos el corazón bien grande y abierto para vivir plenamente.

labertolutxi dijo...

¿Y no hubiera sido más fácil dejarla que matarla?

mery dijo...

En estos casos yo siempre pienso en el daño que no se ve,el emocional.
Esta mujer afortunadamente logró salvar la vida pero...¿y las heridas en el corazón?
La imagino perpleja,perdida,humillada etc,etc...

Mira que cosas,la mayoría de los seductores de este tipo son individuos cobardes e inseguros,lo que los convierte en sumamente peligrosos porque representan muy bien el papel contrario.

Anónimo dijo...

Juer que miedo !
Hechi

gaia07 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
gaia07 dijo...

Lo dicho, hay tipos con una capacidad para la desdicha inaudita.

Un beso

Tempus fugit dijo...

Difícil de creer y de entender.... lo de los tres.


un abrazo

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