No la he visto hoy.
La vida se detiene
si el patio donde juegas
deja de ser inmenso
y ya no te impresiona
mirar a los adultos cuando hablan.
(Ana Merino)
si el patio donde juegas
deja de ser inmenso
y ya no te impresiona
mirar a los adultos cuando hablan.
(Ana Merino)
No la he visto, hoy no ha venido, ¿le habrá ocurrido algo?
Soy un hombre vegetal, un árbol sin raíces, un tronco florecido temerosos de los leñadores furtivos, de los cazadores de savia, de los recolectores de clorofila, un arbusto mecido por el viento de levante, hierba que besa sus pies desnudos, ¿dónde estará?
No ha subido al metro ¿se encontrará mal? Estoy obsesionado.
Soy un hombre que vive bajo el agua de la duda, sumergido en mares negros, traspasado por corrientes habitadas por peces melancólicos, por anémonas deprimidas, por tiburones sin armonía, por tortugas que están de los nervios, por ella nadándome, desnuda.
Lo intentaré mañana. Apenas duermo ya. Necesito verla de nuevo.
Soy un hombre animal, una animal hombre inclinado, un perro perdido en olores de ayer que se diluyen, sin raza, un mamífero sin nombre, sin hembra, un caballo arrumbado, sin carro, tratando de quitarse los parásitos rebozándose en el barro de la marisma degradada, un gato gris castrado, un cerdo que espera el cuchillo, aquel espécimen del zoo de Córdoba, un límite entre lo humano y el instinto.
Y ahora llega el largo fin de semana. No espera en el metro, no lápices ajenos para pintar mi ansia, no juegos poéticos acuchillando el domingo sin verla. Alguien me lo dijo ayer: estás peor. Quizás, pero estoy, acostado en las espinas del deseo, con la sangre al borde de los ojos, tendido en el delgado filo del que nunca fue amante. Ni amado.
Soy un hombre viejo que agradece que las piernas aún le lleven, que el corazón funcione, que no se ahogue, que los huesos no se le rompan, que sepa comprar el pan, pasear por las rutinas, que se desespera por esta pasión cuando ya no queda tiempo. Qué lástima aprender que el amor aún es tan duro cuando la memoria, los ausentes, lo que tuviste, el ayer, se pierde en el mísero ahora y no queda más que esta larga sombra de soledad...
Y tanto miedo.
Qué será de mí si no la veo más.
Soy un hombre vegetal, un árbol sin raíces, un tronco florecido temerosos de los leñadores furtivos, de los cazadores de savia, de los recolectores de clorofila, un arbusto mecido por el viento de levante, hierba que besa sus pies desnudos, ¿dónde estará?
No ha subido al metro ¿se encontrará mal? Estoy obsesionado.
Soy un hombre que vive bajo el agua de la duda, sumergido en mares negros, traspasado por corrientes habitadas por peces melancólicos, por anémonas deprimidas, por tiburones sin armonía, por tortugas que están de los nervios, por ella nadándome, desnuda.
Lo intentaré mañana. Apenas duermo ya. Necesito verla de nuevo.
Soy un hombre animal, una animal hombre inclinado, un perro perdido en olores de ayer que se diluyen, sin raza, un mamífero sin nombre, sin hembra, un caballo arrumbado, sin carro, tratando de quitarse los parásitos rebozándose en el barro de la marisma degradada, un gato gris castrado, un cerdo que espera el cuchillo, aquel espécimen del zoo de Córdoba, un límite entre lo humano y el instinto.
Y ahora llega el largo fin de semana. No espera en el metro, no lápices ajenos para pintar mi ansia, no juegos poéticos acuchillando el domingo sin verla. Alguien me lo dijo ayer: estás peor. Quizás, pero estoy, acostado en las espinas del deseo, con la sangre al borde de los ojos, tendido en el delgado filo del que nunca fue amante. Ni amado.
Soy un hombre viejo que agradece que las piernas aún le lleven, que el corazón funcione, que no se ahogue, que los huesos no se le rompan, que sepa comprar el pan, pasear por las rutinas, que se desespera por esta pasión cuando ya no queda tiempo. Qué lástima aprender que el amor aún es tan duro cuando la memoria, los ausentes, lo que tuviste, el ayer, se pierde en el mísero ahora y no queda más que esta larga sombra de soledad...
Y tanto miedo.
Qué será de mí si no la veo más.
10 comments :
Y dices que eres un hombre que vives bajo el agua de la duda. Peor, peor es lo mío, vivir bajo la duda del agua, de si vendrá o no vendrá (Ella y el agua), y es que soy como un renacuajo, soy un renacuajo, y es esta charca donde vivo un afán ya de barro y es que la vida se me detiene si no deja de ser inmensa, un sólo metro cuadrado y ya me bastaría, dos días escasos me quedan, ¡ay mi ansia de ser rana! Y es que la veo con forma de nube, llena de cúmulos, cabellos húmedos: no sé si caerá. Por mínimo que rellene seré de nuevo oscilante.
Sin ti no soy nada ...que decía Amaral
Eso es ansiedad...
Tal vez esté llorando mis pensamientos.
Mis lagrimas son perlas que caen al mar.
Y el eco adormecido, de este lamento,
hace que este presente en mi soñar.
Quizás esté llorando al recordarme y estreche mi retrato con frenesi.
Hasta tu oido llegue la melodia salvaje y el eco de la pena de estar sin ti.........
Como vives bajo el agua...besito de pez.
"Porque la vida es muchas cosas (trabajo, dinero, suerte, amistad, salud, complicaciones),pero nadie va a negarme que cuando pensamos en la palabra Vida, cuando decimos, por ejemplo "que nos aferramos a la vida", la estamos asimilando a otra palabra más concreta,más atractiva, más seguramente importante: la estamos asimilando al Placer"
Con tu permiso, Pedro: Recuerdas tú o los lectores a qué novela pertenece este texto... Alguien dejó el otro día otro de esta misma novela... Y es que no tiene desperdicio.
Tu texto me hizo pensar en esas palabras. Con qué poco se puede llegar a consolar el ser humano mientras espera a la Dama Negra. Es triste tu texto de hoy, pero la verdad no tiene remedio...
"Y el tiempo corre,lo dejemos o no, el tiempo corre y la vuelve a ella cada día más apetecible... La Experiencia es buena cuando viene de la mano del vigor; después cuando el vigor se va, uno pasa a ser una decorosa pieza de museo, cuyo único valor es ser un recuerdo de lo que se fue"...
Jod... como duele!
No sé si ponerme a correr o caminar despacio. "Despacio, Josefina -decía Napoleón- que tengo prisa".
Besos demorados
P yo hoy si le he visto. Era él con la cabeza de él pero sobre otro cuerpo, con otros brazos y otras piernas. Los andares distintos. Sabiendo que no era él, he seguido su cabeza que cruzaba la calle su cabeza de turista inesperadamente cubierta por una gorra de béisbol. Le he seguido un rato, tanto como el que he necesitado para convencerme completamente de que no era él.
Lala
Para Shandy.
"La tregua" de Mario Benedetti.
Un beso
Y que importa la edad, la cantidad y el tiempo, cuando puedes sentir el deseo, la vulnerabilidad, la belleza, la desesperación, la ternura, la cercanía, el temblor, la ansiedad, las lágrimas, la risa, el alboroto, la impaciencia, la fragilidad, el miedo, la oportunidad, la obsesión, la necesidad… y podría seguir hasta agotarme y agotaros.
Sentimos hasta el final y ni siquiera entonces sabemos gozar de ellos.
Y como siempre queridisimo Pedro he disfrutado de tu lectura.
Un abrazo enorme.
Hay un camino chiquito y verde, empedrado por el que cada mañana un niño espera a una niña, las edades no marcan, sino los deseos y las ganas...curioso recuerdo, palabras delicadamente bellas, si señor.
Un bikiño pa ti y de puntillas salgo... ;) ah...bonito martes.
Aún estando de vacaciones no he podido resistirme y he aprovechado un ratito para venir a leer tu historia.
Que triste descubrir la pasión cuando ya no queda tiempo.
Un abrazo, voy a ver si tengo tiempo de leer alguna otra entrada.
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