Mi amiga M.
Aló?
estoy bien
gracias
ya no deshojo margaritas
me gustan en la planta
en la tierra
enraizadas
aquí continúo
cantando algo entre dientes
saboreando naranjas recién arrancadas
jugando a escribirme
pintando el presente
viviendo
jugándomela toda cuanto se puede
aún conservo la risa
aquella risa
sabes
y alguna lágrima nace de vez en cuando
... y tú qué tal?
(M)
estoy bien
gracias
ya no deshojo margaritas
me gustan en la planta
en la tierra
enraizadas
aquí continúo
cantando algo entre dientes
saboreando naranjas recién arrancadas
jugando a escribirme
pintando el presente
viviendo
jugándomela toda cuanto se puede
aún conservo la risa
aquella risa
sabes
y alguna lágrima nace de vez en cuando
... y tú qué tal?
(M)
Uno solo conoce su calle y la de al lado, viaja acá y allá pero tiene bastante por aprender, a tantas personas por conocer. Va por la vida sin creer en dioses ni demonios, absorto en el ahora, sin demasiadas nostalgias y sí con el afán de comerse los días como sandías, disfrutando de soles, lluvias y todo aquello que venga de quién sabe qué designio, azar o química. Pero un día se encadenan tres factores, conoce a M y ahí se caen los astros, se inauguran nuevas constelaciones y todo ya es diferente, uno se reconcilia con la humanidad y comienza a creer en ángeles. Mi amiga M es un milagro.
No exagero, mi amiga M es un ángel, bueno, no, los ángeles no pueden ser tan bellos, no pueden contener tanta dulzura, tanta capacidad natural de atracción que uno no se puede sino permanecer ante su templo, adorándola, esperando con las ofrendas, los cirios, las oraciones en la punta de la lengua y la ceniza sobre la cabeza.
Se lo digo, créanme, mi amiga M es una mujer muy mujer, real. Uno escucha su voz y queda atrapado, absorto, preguntándose como se puede ser tan dulce, tan clara, tan melodiosa. Uno la mira a los ojos y se convierte en prisionero de su recuerdo, en un esclavo de su encanto, en un hombre con los pies en la tierra y la mente flotando en añorarla.
Mi amiga M es mi amiga, es mi amiga, es mi amiga. Y eso es un privilegio inmenso.
Pasan los meses y la amistad crece, no importan las inciertas posibilidades del futuro, a pesar de las distancias -Uruguay está muy lejos de aquí pero sé que algún día nos reencontraremos-, de tantas personas pasando alrededor como ríos, de nubes negras porque esto –vivir- no es un cuento de hadas. Quizás por eso.
Sin literatura, así, con palabras desnudas y ciertas, un día tuve la dicha de conocer a M y desde entonces mi mundo es más rico, más bello, tiene más esperanza, es más digno de ser vivido. ¿Ven?, soy una persona afortunada.
Y además la niña es así de guapa. (Sé que estará ahora con las mejillas coloradas ya que es natural, fresca y tímida).
Me he quedado corto, la verdad, no tengo capacidad para expresar mejor lo maravillosa que es ella y la inmensa suerte de haberla conocido.
No exagero, mi amiga M es un ángel, bueno, no, los ángeles no pueden ser tan bellos, no pueden contener tanta dulzura, tanta capacidad natural de atracción que uno no se puede sino permanecer ante su templo, adorándola, esperando con las ofrendas, los cirios, las oraciones en la punta de la lengua y la ceniza sobre la cabeza.
Se lo digo, créanme, mi amiga M es una mujer muy mujer, real. Uno escucha su voz y queda atrapado, absorto, preguntándose como se puede ser tan dulce, tan clara, tan melodiosa. Uno la mira a los ojos y se convierte en prisionero de su recuerdo, en un esclavo de su encanto, en un hombre con los pies en la tierra y la mente flotando en añorarla.
Mi amiga M es mi amiga, es mi amiga, es mi amiga. Y eso es un privilegio inmenso.
Pasan los meses y la amistad crece, no importan las inciertas posibilidades del futuro, a pesar de las distancias -Uruguay está muy lejos de aquí pero sé que algún día nos reencontraremos-, de tantas personas pasando alrededor como ríos, de nubes negras porque esto –vivir- no es un cuento de hadas. Quizás por eso.
Sin literatura, así, con palabras desnudas y ciertas, un día tuve la dicha de conocer a M y desde entonces mi mundo es más rico, más bello, tiene más esperanza, es más digno de ser vivido. ¿Ven?, soy una persona afortunada.
Y además la niña es así de guapa. (Sé que estará ahora con las mejillas coloradas ya que es natural, fresca y tímida).
Me he quedado corto, la verdad, no tengo capacidad para expresar mejor lo maravillosa que es ella y la inmensa suerte de haberla conocido.
Un beso, Mayra .
9 comments :
Me encanta cuando tus textos son dulces, cálidos, invitan a soñar.
Cuando son maravillosos pero tristes, me gustan menos porque la realidad supera la ficción y a mí me gusta más reir, que llorar.
Gracias por hacerme soñar un día más...
M, es Vida, M es un abánico de colores, M es sueño y también realidad. La frontera a veces es difusa.
La distancia impide disfrutar de ciertas cosas (importantes, desde luego), pero no es obstáculo para compartir otras. Afinidades, gustos, afectos,emociones, sentimientos...
Se trata de saber disfrutar de lo que la vida te ofrece.
Un buen homenaje a la amistad. Habrá que cuidar a M.
Corazonciño, afortunado,
¡qué delicia encontrarse personas así!
Una belleza de persona, Mayra, estoy segura, creo totalmente en tus palabras, Pedro, cuando te nacen del alma.
Que dure por siempre. Me alegra que te sientas así.
Miles de besos.
Qué M ediato ese gesto tuyo,
qué M arcado tu rostro,
qué M udables tus alas siendo en ella,
no hay pie a lo M arcesible, ¿o sí?,
¿M argaritas o la insoportable levedad del deshohe?
Un gesto el tuyo lleno hoy de M embranas.
Afortunado tú, afortunada ella...
Un beso.
Pues aprovecha la ola amigo Pedro. Cuesta pillarlas...
Besos.
Y una sonrisa de nostalgia...a veces las distancias son más cortas y sin embargo entre amigos tan largas...
Que fortuan es tener amigos asi.
Bikiño y salgo de puntillas con una sonrisa ;)
Es tal la maravilla de descubrir nuevos amigos que cualquier tristeza sucumbe.
Disfrutemosles al máximo.
Un beso.
Me alegra por ti y me alegra por mi misma, decir que he encontrado Mayras en mi camino.
Un abrazo
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