Prosa elemental sobre un día de cristal.
Hoy ha amanecido un día feliz, limpio, tan de cristal, que tengo miedo de andar por la calle para no romper el aire. La gente se viste de sonrisas, de saludos simpáticos, de alegría cómplice. Tras los visillos, desconocidas me envían besos en la punta de sus dedos. Al bañarme en una fuente, mi barba se llena de claveles y el espejo me regala un guiño pícaro. He guardado en el armario las máscaras, los disfraces, el miedo y la angustia de la tempestad. Tengo los ojos caleidoscópicos, como un insecto, veo ángulos, perspectivas, tonos, gamas desconocidas hasta ahora. Me he pintado el corazón de colores y mi cabeza crece hasta alcanzar las nubes, los brazos recogen mil miradas y labios. Salto sobre los árboles del parque. Es el día antes de mañana y eso lo hace diferente.
Hoy cantan las aceras himnos de tacones, salmos de pies desnudos, blues de neumáticos. Es un momento mágico brotando desde mis manos hasta la felicidad inmediata de los míos, de cada uno que comparta mi camino. Los ríos han cambiado su curso, los torrentes, y el mar. Es el momento de perderse en un museo para ver la exposición de Rubens o locuras cuerdas de Kandinsky.
Hoy es un día rayuela para llevar con el pie la piedra del miedo hasta el diez del cielo. Es un buen día para llenar la cabeza de imágenes, de sensaciones para cuando llueva. Es un buen día para partir en todos los barcos hacia ningún puerto; de tomar un avión hasta un horizonte de papagayos y juncos; de subir a un tren que se detenga en una estación perdida. Es un buen día para cabalgar sobre la espalda de un león, sobre el lomo de una ballena, sobre toros, sobre estrellas. Es bueno para domesticar dragones de oro, para aplacar a mujeres malhumoradas, bueno para soltar el nudo del tormento interior. Es un buen día para releer todos los libros, para descubrir todos los poemas, para escribir Cien años de soledad o el Perseguidor.
Hoy es todo lo que tengo, todo lo que puedo dar, la inmensidad del horizonte, la eternidad. Descubro el mundo desde una playa remota, me adentro en el edén de pájaros, orquídeas, pueblos desconocidos y tú. Cada roce es un estremecimiento, cada palabra es una caricia en los muslos, cada suspiro un mundo nuevo, cada beso una estrella. Es buen día para amar y amar y amar hasta el éxtasis, en una unión que dure hasta fundirse en la medianoche. Hoy también es un buen día para continuar junto a ti, arrobado, indefenso, excitado con solo mirarte, desarmado, enamorado. De ti.
8 comments :
Precioso arco iris de palabras.
Qué bien escribe este caballero hoy convertido en cometa; surcando la eternidad con su corazón de colores.
Un beso dulce.
http://www.youtube.com/watch?v=EEt-XcqQz4A
Hoy, ya sabes, ese antes del mañana, puede serlo. Y a tu texto le añadiría
algo todavía más fantástico, junto a los blues de los neumáticos: el jazz de los motores.
Gran día y besos recauchutados.
Uf...
Maestro, ya está, has cambiado mi día (tenías que saberlo).
Gracias!!
(qué bueno eres, kghrgqhos!!!)
Un beso enorme, pero enorme.
:-)
Me has dejado una sonrisa, muchísimas gracias.
Elemental, tanta felicidad en un dîa asî. Para mî también fue un dîa feliz. Y cuando es asî todo es como en un arco iris de colores..
pero, no siempre es asî tampoco. Una pena.
Un abrazo.
Glorioso día de un hombre enamorado.
Me despido con una dulce mirada para no interrumpir tu vuelo.
Que bello amar.
Biko y de puntillas.
Que difícil es tener un día así.
Por si acaso voy a aprovecharlo y usaré mi orden del día para estas rarezas.
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