viernes, 4 de abril de 2008

Risas bajo el hielo del reloj.


Como no aspiro a las formas definitivas del amor
perfecciono las que me han sido dadas
como no aspiro al delirio
me basta con alguna borrachera de vino común
como no espero el cuerpo único
conozco las formas del amor.

(Juana Bignozzi)




Se reían, no sé de qué pero se reían, como sanguijuelas nadando en un estanque se ocultaban bajo las briznas de hierba, bajo el hielo de los relojes que flotaban en la superficie del agua.

Reían mientras los niños tiraban piedras a las ranas, las madres criticaban a las mujeres con pestañas rojas y adornos en el pelo, los padres, en camiseta de tirantes, buscaban madera para el fuego de san Juan donde después quemarían sus dolores de todo el año, costumbres que no verán los nietos de sus nietos.

El amor se había difuminado como la estela de una estrella de agosto, las palabras se apilaban junto a los peces que boqueaban en el embarcadero, lenta agonía fuera del agua, dramática forma de morir bajo un sol maduro.

Risas de los pescadores, sobre la arena el cadáver de un idilio, corazones que intentan apaciguarse después del estremecimiento del final, asesinos impasibles mirando hacia otro lado, adolescentes saltando de charco en charco de la sangre detenida, no hay pensiones en los rascacielos de Manhattan, ni hoteles baratos, ni la espalda de ella soportaba hacer el amor en los montacargas, en las azoteas de la Piazza Navona, sobre los felpudos en los rellanos del quinto piso, el amor se fue secando como un geranio entre las junturas de la pared encalada por donde corren las salamanquesas de fugaces movimientos, se reían, no sé de qué pero se reían.


8 comments :

Margot dijo...

Pues parece triste, yo tampoco sé de qué se ríen...

Aunque si sé que mejor nos iría si el final del amor se sellara con risas. Muy posible no me parece pero nos iría mejor.

Y suscribo esos versos de Bignozzi, también nos iría mejor en ellos que afirmarnos en ese amor en mayúsculas que todo lo cubre, que todo lo tapa cual ataúd vital.

Y yo qué sé!! que es viernes y quiero salir de esta cueva y pasear por los parques que hace un día quetecagas y por eso deliro...

Pero te beso, Pedro, te beso.

mirada dijo...

Hermosa prosa poética. Muacks

gaia07 dijo...

¿Y no es eso el amor, reír juntos?
Llamar amor al sexo ya no tiene sentido. El amor, el de verdad, no el que predican en las iglesias ni en los círculos sociales conservadores sobre la posesión del otro, si no, el de las risas después del tiempo, ese, el de verdad, ni se difumina ni se seca, ese, el de verdad, crece con el tiempo y ríe sin parar.
Un abrazo con beso, por supuesto.

Єѕтnoм dijo...

Te mando risas con todo mi cariño.

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, es triste, de un tiempo de idilios rotos y falta de oxígeno.
Se moría, literalmente, como un pez fuera del agua.
Luego llovió.
Ahora es sábado y el día viene como ayer, magnífico.
Van esos besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, Mirada, ejercicios en días soleados. De cuando no.
Besos en carros cargados de heno.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, fíjate, ya no sé si esas risas eran de alegría o de burla.
Hace tanto tiempo de todo.
Y sin embargo.
Besos y besos.

Pedro M. Martínez dijo...

ondina, las recibo con todo mi agradecimiento.

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