Thomas Bossard (French, born 1971)

sábado, 12 de abril de 2008

Mi vida sexual.

Aquella noche pasó de la más completa ignorancia al más exhaustivo conocimiento del acto amoroso. Cuando oía sus gemidos de placer y veía aquella expresión de extático alivio en su rostro, sintió que a partir de entonces su vida cobraba una nueva finalidad: liberar a aquel joven músico de sus sufrimientos. (Los reyes del mambo tocan canciones de amor. /**/Oscar Hijuelos).
Cada día me asomo a estas páginas, cada día me asombro de la falta de pudor de los poetas que cantan sus amores, sus desamores, sus sueños y desvaríos. Algo me ocurrió el pasado viernes que me motiva a contarles también mis experiencias, mi vida amorosa y sexual.

Ella tenía doce años y la amaba. Iba y venía del colegio con su uniforme gris mientras yo, azorado, seguía su andar de piernas flacas, de melena lacia, de sonrisa inmensa. Solo ella existía en el mundo, daba luz a mi vida. Se enteraron sus padres, hablaron a los míos y me prohibieron tajantemente volver a verla. Con mis 14 años sufrí mucho.

Durante tiempo fui incapaz de interesarme por ninguna otra mujer, me dediqué intensamente al deporte. Logré ser campeón provincial de lanzamiento de peso. Aún no conocía hembra.

Cuando volví del servicio militar cambié de trabajo y comencé a salir con una compañera del departamento. Ella tenía 17 años, unos pechos generosos, una simpática nariz y una propensión a encerrarse conmigo en el almacén cuando todos se habían ido. Por fortuna su experiencia era tan limitada como la mía y nuestros abrazos fueron el comienzo de una activa vida sexual, la puerta abierta a placeres que ignoraba existieran. Al cabo de un tiempo ella se fue con el cajero de la oficina y yo busqué nuevas amistades femeninas. Observé que me gustaban mucho las mujeres. Esto no era ningún problema, al contrario, era un hombre atractivo, con buen sueldo, no era difícil deslumbrarlas con invitaciones y regalos. Sería aburrido relatar ahora con cuantas tuve relaciones sexuales hasta que apareció Marta; no lo haré.

A Marta le llevaba diez años de edad y era una bella mujer de constitución robusta y mirada de fuego. Después de unos meses de noviazgo nos casamos. Nuestra vida en común siempre fue feliz. Tuvimos un hijo, Juan, no me explico cómo no tuvimos más ya que nuestras noches estaban tan llenas de pasión que los vecinos sonreían al cruzarnos por la escalera.

Cuando Marta murió mi mundo se vino abajo. Durante un tiempo me dediqué a educar a mi hijo adolescente, a correr por el parque y a mirar a las chicas desde lejos. Un día cambié mi chaqueta gris por una camisa de rayas y entré en un bar de copas, las mujeres acodadas en la barra me miraban porque no era de los clientes habituales. Volví a menudo, era agradable, ningún demérito. Y me relacioné con esas señoras, vaya que sí me relacioné; otro día contaré esta época.

No hablaré de mi segundo matrimonio, quiero olvidarlo. Tampoco del tercero.

Después mi vida sexual caminó sin sobresaltos, los jueves y los domingos, por amor o pagando, ya saben, uno con los años pierde chispa pero no pasión.

Hasta ayer.

Ella me miraba con unos inmensos ojos claros y me perdí en su fondo. Nos amamos con tanta dulzura que aún me duele recordarlo. Tenemos la misma edad pero no me importó, no me importa ahora, solo quiero volver a estar con ella. Soy feliz como no lo era desde hace muchos meses.

Y creo en el destino porque justo ayer fue mi cumpleaños. Por cierto, cumplí 80 años.
Juro que todas la mentiras son verdad.

 



18 comments :

Єѕтnoм dijo...

Quiso cantar, cantar
para olvidar
su vida verdadera de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades.

(Octavio Paz)

Que me gustas, niño.

ybris dijo...

Te ha quedado precioso.
Es lástima que, ni aun mintiendo con tanta verdad como tú lo haces, se me iba a creer que me he comido poco más que el agujero de un donut.
Esperaré a los ochenta.

Un abrazo, campeón.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, єѕтησм.
Estás muy guapa en la foto.

Pedro M. Martínez dijo...

Sí, espera, ybris, es un magnífica edad para todo.
Mírame...
Jajajajaja
Un abrazo.

Doctor dijo...

Eres el amo: cambias de foto todos los días, tienes una cita cojonuda, y textos que no están nada mal... :)

Yo de mayor quiero ser escritor... :)

Saludos

Doctor,
Crítico de blogs

Tempus fugit dijo...

El mayor mérito del protagonista no es el final, sino acordarse del inicio.

¿Llegaremos?

Un abrazo.

gaia07 dijo...

Que maravilla cuando reconoces lo que te gusta y sabes disfrutar de ello.
Que maravilla cuando saboreas la dulzura y quieres retenerla.
Qué maravilla ese poder que tienes de sorprendernos cada día y alborotar nuestros sentidos. Hasta con la máscara verde-blanca-roja te encuentro atractivo, fíjate que poderío.
Más besos para ti.

Anónimo dijo...

La chica de la primera imagen es la protagonista del relato que has leído.

Vaya foto, vaya morena, vaya gesto...

Pedro M. Martínez dijo...

Un problema Doctor, esta página ya no será la misma.
¿Ves?
Y además me obligas a que te envíe el manual.
Va p´allá.
Saludos.

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, el protagonista ha llegado.
Espero que tú también. Y más. Aunque después la vida es, como mínimo, diferente.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Querida gaia07, no me extraña, es que esa máscara es la de los domingos.
Lo que hay que hacer para que me lean.
Jajajajajajaja.
La verdad, dejar mi foto, orgullosa, en un mínimo texto me parece un querer y no poder. Pero esa es solo mi opinión, cada uno a su gusto.
Besos y besos.

Pedro M. Martínez dijo...

¿Cómo lo sabes? Sir Alsen Bert.
Esa chica me ha permitido utilizar ese gesto de amor. Es una bella historia, rítmica. Pertenece a una época. Pero eso lo contaré otro día.

Carmen dijo...

No dejas de sorprendernos.
Tu imaginación no conoce límite alguno.
Besos.

Doctor dijo...

¿Y mi manual? ¿Por dónde anda? ¡Yo de mayor quiero ser escritor! :)

Saludos...

Pedro M. Martínez dijo...

Carmen, digo, no, hay uno.
Y nunca lo paso.

Pero besarte, sí.

Pedro M. Martínez dijo...

Doctor, estará a punto de caer (mira siempre arriba)(y abajo)
Para ser escritor hay que escribir. Eso es como si quieres que te toque la lotería y no juegas. Pues eso.
Pero agradecido ¿eh?
Saludos varios y abrazos.

Doctor dijo...

No hago más que mirar arriba y abajo y no cae nada... sólo un par de hostias de quien se cree que el escritor y la persona son un mismo sujeto... :)

¿Escribir para ser escritor? ¿Y eso como se hace? :)

Más saludos... :)

Pedro M. Martínez dijo...

Doctor, sigue mirando.
Verás.

“La escritura es ese lugar neutro, compuesto, oblicuo, el blanco y negro en donde acaba por perderse toda identidad, comenzando por la propia identidad del cuerpo que escribe” Roland Barthes

Saludos.

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