jueves, 24 de abril de 2008

Dragomán, trujamán, intérprete.

En la playa de Torremolinos (Málaga) A.G.M. un anciano de 72 años y con domicilio en Sevilla, se ahogó mientras se bañaba a pesar de que en esos momentos ondeaba la bandera roja que prohíbe el baño. (De la prensa).

Allí no había reloj, estaban el sol y las mareas. Y ella.

Tanto caminar y al final terminaba en aquel lejano lugar donde confluían los ritmos de signos que apenas recordaba. También las ausencias, incluida la mía.

Todo estaba decidido. Lo primero que hice fue cambiar los cuadros en la pared, cortar la hierba para dejar libre el camino, clavar un cartel de bienvenida y preparar café. Después llené su habitación de nardos.

De mañana fui a buscarla a la estación. Nos besamos en las mejillas. En el coche apenas hablamos, emocionados, inquietos. Con voz suave tanteaba por los resquicios de su mirada curiosa, algo burlona, como si ella no supiera demasiado bien que esperar del monje milagrero en que me había convertido.

Al entrar en casa escogió sentarse en una sonrisa, yo me tumbé en una lágrima. No supimos cómo comenzar la conversación y buscamos lugares comunes: el levante, el calor del mediodía, las chicharras alborotando fuera. Al rato, el silencio nos dejó con la mirada perdida, viendo por la ventana volar los chorlitejos, las garcetas y los charranes, aves de marisma, pretexto para no mirarnos dentro, curiosidad ante esos futuros días juntos, prevención por si nos habíamos equivocado en la decisión. Miedo.

Con un gesto le indiqué cual era su cuarto y llevé allí sus dos maletas. Se sorprendió con las flores y dejó la puerta abierta mientras se cambiaba de ropa. Desde el pasillo vi su espalda desnuda. Cantaba, bajito, cantaba, lo interpreté como un buen presagio.

Salimos a pasear por la playa, donde se rompe el agua, los cielos azules, nos dimos la mano para caminar, niños jugando, señoras gruesas bajo las sombrillas, un barco a lo lejos, el mes, nuevo, diferente, para nosotros dos.

Aquella noche, solo en la cama, añoré a mis hijos. Y a S. No pude dormir.

Ella, en la habitación de al lado, tampoco dormía, lo sé.

The Bird and The Bee


18 comments :

Anónimo dijo...

La foto de la espalda recuerda a una serpiente de agua.

Lili

ybris dijo...

Timidez o incomunicación.
La vida es extraña con ciertos deseos que se conocen y no se satisfacen.
Quizás por eso nos deje bastantes puertas abiertas.

Abrazos

Margot dijo...

Siempre es una buena señal tararear...

Un delicado relato esa espera.

Besote mañanero!

Magnolio dijo...

Menuda nochecita me has dado. Verás, había quedado yo con un "amigo", ya sabes, esas asignaturas pendientes. Pero anoche leí tu relato - me gustó mucho - y no he pegado ojo.

Y si en lugar de cenita romántica con velas, musiquita guapa, esas cosas... en fín.

Seguro que me ocurre lo mismo que a tu protagonista y me paso el finde recordando a Jose, a los niños.

Decidido: le llamo a Prudencio y le digo que no.

Pedro M. Martínez dijo...

Puede ser Lili

Єѕтnoм dijo...

...y así vamos ganando en dudas lo que perdemos en carícias.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, la primera vez es así. A veces.
La primera vez después de la primera vez. O de la tercera.
Margot si lo ha leído.

(Y que conste que yo no…)(solo escribo)
Abrazos

Pedro M. Martínez dijo...

Margot , muchas gracias.
Es así ¿verdad?
Bueno, lo que me cuentan.

(suspiro muy hondo)
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

No sé Magnolio, no tengo asignaturas pendientes, siempre he aprobado en junio.
En este septiembre, además, no me quedan ganas de presentarme más. A nada.

He intentado un escenario posible.
Desde un punto de vista. Hay muchos.
Quizás me decida a escribir el de ella (el de esa ella).
Atrevimiento no me falta.

¿Te ha gustado mi cassette? Tiene una canción de James Taylor preciosa.
Tú también preciosa.

Pedro M. Martínez dijo...

єѕтησм, hay un momento para cada cosa.
Deja que ella llegue a esa casa que aún no conoce y se vaya asentando.
Es que eres una ansiosa, acaba ella de llegar y ya quieres que zasss, al lío.
Jajajajajaja

mirada dijo...

¿cómo sigue? ¿cómo sigue? ... estoy impaciente :-)

Anónimo dijo...

Precioso Pedro...
"Al entrar en casa escogió sentarse en una sonrisa, yo me tumbé en una lágrima"
Un besazo,muá

Pedro M. Martínez dijo...

No sigue, Mirada, esa es la gracia.
O sigue como cada uno quiere que siga.

(Si quieres te lo cuento al oído)

Pedro M. Martínez dijo...

Hechi, gracias por escoger ese pasaje.
A veces me salen cosas reales.
Eso que intento imaginar todo lo que puedo.
Nada.
La realidad me vence.

Oh.

Besos, preciosa.

ana p. dijo...

En ocasiones tus escritos, me da igual autobiográficos o no, desatan mi propia biografía y hago un streptease público y notoriamente improcedente.
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Querida ana p., dentro de mi sencillez, debo reconocer que hoy me he gustado.
Me aplaudo y me doy besos.
También te digo que nunca me ha ocurrido eso que cuento.
Es igual, en mi cabeza –ya ves-, sí.
He procurado utilizar un tono poético y delicado.
Margot me ha leído (como siempre).
Tú me lees ( y sabes).
Sí, todos somos uno, tienes razón.
Permíteme un beso.

gaia07 dijo...

Que emoción tan fuerte cuando dejas entrar en tu vida a otra persona, para compartir momentos, lugares, deseos, sueños.
Que intenso se vuelve todo dentro de ti, acelera tu respiración, encoge tu estómago, no sabes si saltar de alegría o llorar de miedo.
Cuánto goce cuando le miras y le ves sonreír, cuando le piensas y sabes que es feliz.
Un suave beso en la comisura de tu boca, tu sensibilidad me pone tierna.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias gaia07, lo has leído muy bien.
Y a mí también.
El beso...huuuum

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.934 entradas