Zass, lo efímero.
París sin el estereoscopio.
recuerdas el que vivía antes en el piso de arriba y echó a su hija de casa y se oían los gritos y luego él tiró sus
muñecas al patio porque ella todavía conservaba sus muñecas y allí estuvieron entre toda aquella basura y
las miramos que no se movían y ya no se oían los gritos hasta que se hizo de noche
y luego el portero debió de recogerlas a la mañana siguiente
algunas sin brazos
las estuvimos mirando toda la tarde mientras iban perdiendo
forma hasta que oscureció y no pudimos verlas y luego cuando
me desperté a medianoche pensé «ya no queda nadie para
vigilarlas»
(Leopoldo María Panero)
Aquí o allí, es igual, siempre habrá otro allí, lo que no queda es el aquí, el ahora, siempre es luego, después, nada permanece, todo cambia, fluye, se mueve, o se muere, fin.
Leer las líneas movedizas de tantas páginas perdidas en un espacio que nadie sabe bien como funciona, qué extraños mecanismos las mantienen, cual es la causa por la que unas nos atraen como cantos de sirenas suecas y otras nos dan tanta pereza, de dónde rayos sale esa afinidad, cariño a veces, sin saber si quién está detrás es un señor de bigote, una monja de clausura o un gato de rayas rojas, no importa (he estado durante años carteándome con una alienígena de un solo ojo en la frente).
Este es un territorio por descubrir, mi gran frustración es no saber dejar aquí palabras con sabor, que quién las lea se lleve las palabras a la boca, que las chupe, lama, pase la lengua por ellas, que las mastique, deje sílabas entre sus dientes, las trague. Lo intento una y otra vez, que conste. Un martes alguien me dijo,” tu post de hoy era de fresa”, ¿ves? voy por buen camino.
Otra contrariedad es que no me lean los chinos, bueno, mejor dicho, me leen pero me no entienden; me refiero a que me lean y me entiendan. Y quién dice chinos dice un señor de Cuenca o una señora de Veracruz. Es decir que mi “lotófago” se lea en Berlín y me conteste un Hans en un alemán comprensible por mí que apenas sé hablar en este idioma de ahora que se me llena de normas y reglas y que empezaré a saltar además de los “porqués” , algunos tiempos verbales y demasiados excesos de palabras, palabras, palabras, ya. Por ejemplo que un día deje aquí “estoy muy triste” y que quién lo lea llore, me consuele, me ofrezca su hombro y su pechera, me preste dinero para pañuelos de papel, J me haga un hueco en su cama, G me mande sardinas gallegas, I recupere la voz y me susurre mil veces al oído con esa voz asturiana reciclada a madrileña –eszque- pues eso, que ahí andamos.
Qu`esto es efímero ya lo sabíamos, pero no tanto; que pasan anónimos amables y ciclistas circunvalando el perímetro craneal de las ideas ajenas que a veces se convierten en propias y eso ya lo he pensado yo antes qué, no nos vamos a engañar, aquí íbamos a estar si los estantes del cortinglés estuvieran rebosantes de nuestros libros, el editor llevándonos en volandas entre los fans de uno y otro sexo, incluso de otro, famosos y asquerosamente ricos, que escriban los demás, hoy es sábado, esto pasa así, como si nada, que un día se cae el servidor y se va al garete el esfuerzo de años.
La calle es nuestra y ahí me voy, es carnaval, me voy a disfrazar de otro que se disfraza de otro. Como ahora. Besos (sin pasarse).
6 comments :
Qué enorme placer leer referencias a los injustamente tratados saga de los Panero.
Desconocidos para la mayoría.
Fagocitados por la implacable fauna de las complicaciones psíquicas.
Un hachazo de sensibilidad, arte y locura.
Panero, los Panero, como bien sabes, Pedro, 25, 30 años antes.
Proscritos.
En las reuniones literarias.
En las del Sur.
En Madrid.
Una alegría bien intencionada el que para ti no pasaran desapercibidos.
Déjame que deje el sombrero ahí.
Art_Alegoría
(*) incómodo del nuevo sistema de google y de blogger, de dejar comentarios.
Art_Alegoría dijo: “Desconocidos para la mayoría”.
Quizás.
Después del Desencanto, después de Así se fundó Carnaby Street un día, paseando por Lekeitio vi en el escaparate de una librería (insólito) los “Poemas del manicomio de Mondragón” (lo compré, claro, 630 ptas. del 87)
El loco mirando desde la puerta del jardín
Hombre normal que por un momento
cruzas tu vida con la del esperpento
has de saber que no fue por matar al pelícano
sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros
y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada
de demonio o de dios debo mi ruina.
Y este poema –sobre todo este- se quedó entre los que me producen más inquietud y sin embargo, gozo.
Quizás la mayoría...yo qué sé.
Cuidaré con mimo tu sombrero.
Gracias por venir.
Oh, hay prodigios que se acometen con gran esfuerzo. Dirás que no es lo mismo, y tendrás razón: mas en tu memoria están esas palabras que en GLUP dejaste impresas.
Se percibe que están aquí. Creo que volverán.
Panero: el hecho de que lo cites, le da a tu post, creo, la dimensión que anhelabas. Como un alcance, porque son las propias palabras las que trazan el esencial sentido.
Salute de tarde veraniega.
Pedro, no sabes con cuánta alegría te recupero, intenté el otro día seguir tu link y no me fue posible.
Hoy es día de fiesta para mí, mil gracias por mostrarme el camino
Rain (v.m.t.) me acompaño de esos poetas por puro arrebato, más que por divulgación, más que por contraste, más que por extender la belleza en esta oscura red en la que hay demasiados peces negros. O así.
Además, tú sabes, el prodigio es estar vivo. Y contarlo.
Saludos de mañana muy lluviosa.
Lety visito regularmente tus lugares. Nunca me defraudas, siempre aprendo, siempre siento, siempre me llenas con tu humanidad. Muchas gracias.
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