Viajeros
El viajero está detrás de una ventana sin cortinas y ve algo que el espectador no ve. Eso es lógico ya que está dentro de un edificio y los que miran (miramos) fuera, en la calle. Dentro no llueve, fuera, a veces.
El viajero está detrás de una ventana sin cortinas y ve algo que el espectador no ve. Eso es lógico ya que está dentro de un edificio y los que miran (miramos) fuera, en la calle. Dentro no llueve, fuera, a veces.
A petición.
Que muere pero no muere, es una descripción simbólica. En cualquier caso da la casualidad que una enfermera de Massachusset que pasaba por ahí encontró el cuerpo inanimado de Parker tendido en un callejón con salida. Alarmada le practicó un enérgico boca a boca, alma con alma, labios con labios y Parker resucitó. Agradecido se casó con ella y en la actualidad viven en un barrio obrero de Kansas (o por ahí, por esa zona)
La cuestión es que vine a la clínica para una intervención más o menos leve (eso pensaba) y la realidad es que era (bastante) seria. Menos mal que vine (me resistía). Lo mismo me podría haber dado un jamacuco en uno de esos montes a los que subo (soy un bruto). Todo ha ido bien, tengo tres stent incorporados y una nueva intervención el día 21. No somos nada.
'
Catherine Le Hénan, Metro, Paris.
Desasosegado, Parker toma una decisión extrema, se busca un amigo, mudo, y se dedica a la noble actividad de contemplar, controlar obras públicas, carreteras y puentes, edificios, balnearios, su desarrollo y progresión. Al cabo de unos meses conoce perfectamente la composición del cemento armado, la longitud de las vigas de acero, el porcentaje de carbono en ese acero, lo que significan las rayas amarillas en el casco de los ingenieros, la traducción exacta de los sonidos guturales de los capataces, la vigilancia estricta del tiempo del bocadillo y ahí, masticando, comienza a entender a Unamuno, a Gil de Biedma, las letras crípticas de Paolo Conte, lo de la resurrección de la carne, la vida eterna, amén. Se enfada con su amigo, mudo, que no entiende nada y busca de nuevo a una nueva Marie.
Christer Strömholm. Palma de Mallorca, 1959
Parker emprende un camino hacia Marie.
Parker está enfadado con el mundo (y con Marie). A destiempo se propone buscar la luz, el conocimiento que había confundido con un refugio maternal, el solaz erótico, la mirada asombrada, la arrobada, el eco, el asentimiento y la concordancia.
Phil Loach. A man constructing a manhole. Brockmoor, Dudley, England 1976
Parker sabe (no lo sabe) que Marie no puede darle (todo) lo que él necesita. Parker sabe (no lo sabe) que no hay una Marie en el mundo que pueda darle lo que él mismo no sea capaz de darse. Después de muchas vueltas, disgustos y decepciones Parker sabe que no sabe.
Concomitancia : Acción y efecto de acompañar una cosa a otra, u obrar juntamente con ella.
Parker concomita, siempre que puede concomita,
aunque esté mal dicho, aunque no se deba decir, es decir, busca obrar
juntamente en cuanto puede. Obrar es un amplio concepto pero usted que conoce a
Parker sabe a qué me estoy refiriendo. Parker es un concomitador en el más
amplio sentido de la palabra, mucho más amplio si cabe dado que la palabra no
existe, es igual, la inventamos, la toleramos, ¿sí?, muchas gracias (en nombre
de Parker y en el mío propio).
Parker
busca la concomitancia frenéticamente, se le acaba el tiempo, cree que se le
acaba el tiempo y busca la belleza debajo de la vida que vive, que le vive, que
le supera como una ola inmensa, que le derrota, que sabe que quiere (querer),
que no sabe (del todo) lo que quiere pero que siente que el corazón se le
escapa por los poros, que quiere comerse la vida y la vida le está comiendo a
él como una tribu de antropófagos ansiosos y deja banderas aquí y allá, lucha
en varios frentes sin saber que ha perdido todas las batallas (la guerra está
perdida aún antes de empezarla) y se protege con corazas de aluminio, con
gorros de bufón, con trajes que no son el suyo, que se le quedan cortos o
largos, que le tira la sisa, que está aburrido de estar vestido de quién no es,
que no quiere más que pasear desnudo por una playa (no tiene que ser
necesariamente una playa, matiza) y sentir el viento de Groenlandia
alborotándole los bigotes.
En
busca y captura de la concomitancia Parker es capaz de casi todo (que selo
pregunten a Marie).
Parker había entrado en el metro por la estación de Albia y pensando en sus cosas hasta llegar a Erandio no se percató de la bella dama sentada frente a él.