Parker y los laureles
Ginny Meret
Parker se ha dormido en la incomprensión y en los laureles, digo, también él lo dice. No es culpa tuya, ni suya, ni siquiera mía, que solo lo cuento. Este es el esbozo de un retrato ahora que el día está oscuro, que nunca llueve aunque los peces se marean con el oleaje y el mar de fondo, los telediarios insistiendo en el sol, el calor y a pesar de la distancia, como una huella de nostalgia en el barro de su otro yo, entre la náusea y la asfixia, está la mirada de tentación hacia el cuerpo de aquella mujer que no sabe si amó o deseó.
Los arcángeles abren y cierran ventanas, balcones, párpados, el corazón como una música sin compás, es jueves, Parker aún está dormido.
Este hombre…¿Dónde estaría anoche?, ¿con quién?
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