Empieza febrero
Antes del amanecer, cruzándome con los atareados viandantes, caminando por el borde de la Ría hasta los laberintos de Serra, sus bosques de hierro, entrando en la Krumau de Schiele, cabeza abajo para ver a la señora Lenin y el ruiseñor de Baselitz, indagando sobre los padres de Otto Dix, recreándome en la suerte de torear la mañana, conversando con los desocupados, viendo las gaviotas rozando el agua, respondiendo al silencio, recopilando versos de Oteiza (…no he tenido/ otra vida que la suya/ lo único que tengo/ es mi mujer/ y está muerta…), empezando a desnudarme de prisas y cifras, de agobios, otros vendrán pero no esos, me he citado con el demonio, dentro de un rato firmo, esto ha sido así, fin, tantos años en esos leves trazos, tú me das yo te doy. Hoy soy, aunque llueva tanto.
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