Sin pasaporte
Despavoridos,
rugen los tigres del destierro, los
caminos forman un círculo en el que siempre estoy aburrido en el punto de partida,
sentado en el rocío antes del amanecer.
Mi
amada, puedo contarte que tengo una amiga que se llama Isabel y que vive en
Burdeos.
Y que
he llegado a una conclusión, quizás no te amo a ti sino a lo que veo de ti.
Por
otra parte te informo que la cena fue magnífica, toda la mesa era alegría,
reíamos, solo S estaba absorta en descubrir las claves de esa risa. Alguien
dijo un nombre, el tuyo, y todos nos miramos como si de pronto nos
desconociéramos, las voces se rompieron.
Salí
al jardín a fumar, miré las luces del comedor ahora en silencio, miré la ciudad
dormida, abajo, volví a entrar en la casa, me puse el abrigo y me fui sin
despedirme. La sombra de tu recuerdo me siguió entre las callejuelas hasta la
autopista.
Ah,
también te digo que tengo el pasaporte caducado.
0 comments :
Publicar un comentario