El caso es que es lunes, ya ves, y una ligera llovizna cambia el paisaje y el pensamiento. Una premonición ¿termina el verano?, ¿ha llegado en algún momento? Desde aquí me dedico al truco de manchar con (presunta) poesía (ajena, claro) los muros como un maletilla en el tentadero, llenándolo de amaneceres floridos y de atardeceres turbios, como un agorero que grita el fin del calor (aquí) pero. Todo tiene su fin (los Módulos) y esto va así, unos vienen y otros van, yo me voy, pim pam pum, septiembre viene lleno de proyectos (ya lo contare). Como Boabdil saldré mañana (llorando), como la mujer de Lot girare la cabeza en el último momento pero no me convertiré en estatua de sal, como Islero embestiré al Manolete de las nostalgias y me iré pian pianito, carretera adelante. Snif. En fin, que remedio. Pues eso.
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