Lo trivial.
Filosofía y poesía (fragmento)
La poesía unida a la realidad es la historia. Pero, no es preciso decirlo así, no debiera serlo porque la realidad es poesía al mismo tiempo y al mismo tiempo, historia. El pensamiento, el riguroso pensamiento filosófico tradicional separó a ambas y casi las anuló, reservándose para sí la realidad íntegra, para sustituirla en seguida por otra realidad, segura, ideal, estable y hecha a la medida del intelecto humano.
María Zambrano
La historia la escriben los que ganan. Después la inventan, la modifican a voluntad, por conveniencia, por método, por odio.
¿Conoce usted a Boris Vian?
No, no había nacido.
La historia empieza cuando uno nace al conocimiento, cuando sabe.
Gabriel García Márquez ha cumplido 85 años, parece que fue ayer, Cien años de soledad, un inicio, la entrada a la magia de leer lo diferente, el sur también existe.
Le digo que no había nacido.
No importa, léala, lea Rayuela, lea Conversación en la catedral, léase a sí mismo, conózcase, sepa, escriba su historia.
¿Diga?
3 comments :
Digo. Mucho debiera decir si pudiera lo que se me atropella en los adentros, pero a estas horas de la mañana aún no he digerido la necesaria dosis de cafeína para darle a la tecla con la habilidad que a mi entusiasmo le gustaría cuando ambos dos leemos sobre estos queridos nombres que hoy Vd. trae aquí. No porque sea una novedad que los traiga, pero sí de esta forma, tan juntitos, que a una se le disloca de puro bailoteo el pericardio.
Nombres y palabras como nacer, saber, conocer, de poner cara de sota, de asombrar que decían los griegos, que decía la Zambrano tan bien como dice todo ella: “Y si el nacer es salir de un sueño inicial, el vivir será ir saliendo de otros sueños, sucesivos éstos, mediante sucesivos despertares.”
Digo. ... y en el camino nos encontremos.
Magnolio, María Zambrano, dice Hay que dormirse arriba en la luz. Hay que estar despierto abajo en la oscuridad. Arriba en la luz, el corazón se abandona, se entrega. Se recoge ...pues se ha llegado allí, a esa luz, sin forzar ninguna puerta y aun sin abrirla, sin haber atravesado dinteles de luz y de sombra, sin esfuerzo y sin protección. y sin transición, en el Perseguidor Cortázar dice -Lo que pasa es que se creen sabios -dice de golpe-. Se creen sabios porque han juntado un montón de libros y se los han comido. Me da risa, porque en realidad son buenos muchachos y viven convencidos de que lo que estudian y lo que hacen son cosas muy difíciles y profundas. En el circo es igual, Bruno, y entre nosotros es igual. La gente se figura que algunas cosas son el colmo de la dificultad, y por eso aplauden a los trapecistas, o a mí. Yo no sé qué se imaginan, que uno se está haciendo pedazos para tocar bien, o que el trapecista se rompe los tendones cada vez que da un salto. En realidad las cosas verdaderamente difíciles son otras tan distintas, todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento. Mirar, por ejemplo, o comprender a un perro o a un gato. Ésas son las dificultades, las grandes dificultades. Anoche se me ocurrió mirarme en este espejito, y te aseguro que era tan terriblemente difícil que casi me tiro de la cama. Imagínate que te estás viendo a ti mismo; eso tan sólo basta para quedarte frío durante media hora. Realmente ese tipo no soy yo, en el primer momento he sentido claramente que no era yo, lo agarré de sorpresa, de refilón y supe que no era yo. Eso lo sentía, y cuando algo se siente... Pero es como en Palm Beach, sobre una ola te cae la segunda, y después otra... Apenas has sentido ya viene lo otro, vienen las palabras... No, no son las palabras, son lo que está en las palabras, esa especie de cola de pegar, esa baba. Y la baba viene y te tapa, y te convence de que el del espejo eres tú. Claro, pero cómo no darse cuenta. Pero si soy yo, con mi pelo, esta cicatriz. Y la gente no se da cuenta de que lo único que aceptan es la baba, y por eso les parece tan fácil mirarse al espejo. O cortar un pedazo de pan con un cuchillo. ¿Tú has cortado un pedazo de pan con un cuchillo? y para terminar, GGM escribe José Arcadio Buendía, sin entender, extendió la mano hacia el témpano, pero el gigante se la apartó. "Cinco reales más para tocarlo", dijo. José Arcadio Buendía los pagó, y entonces puso la mano sobre el hielo, y la mantuvo puesta por varios minutos, mientras el corazón se le hinchaba de temor y de júbilo al contacto del misterio. Sin saber qué decir, pagó otros diez reales para que sus hijos vivieran la prodigiosa experiencia. El pequeño José Arcadio se negó a tocarlo. Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la retiró en el acto. "Está hirviendo", exclamó asustado. Pero su padre no le prestó atención. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se olvidó de la frustración de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquíades abandonado al apetito de los calamares. Pagó otros cinco reales, y con la mano puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclamó:-Este es el gran invento de nuestro tiempo. y sin ser lo más significativo, es suficiente para que te/me pregunte, como tantas veces, qué diablos hacemos aquí, con cariño sí, pero la A, ¿sabes?, ¡la A!, Hay que dormirse arriba en la luz., pues eso. Esto.
Estamos en el camino
Y sí, Pedro, anotado tengo: ".....triste ser letrado y funcional a la vez......" Del poeta Cisneros.Chuic Ana-Mvdeo.
Publicar un comentario