Momento.
Y el rocío nos mordió de madrugada, los mastines espantaron el rebaño de goces, azafrán derramado en la mesa, flores secas y música ajada.
La estancia era dulce y transparente, sentí tus manos acariciar las mías, busqué tu cuello con los labios y encontré la húmeda puerta de mármol, nos miramos y el vértigo nos anegó.
Lloramos de tan felices.
Agitabas pulseras en los tobillos desnudos.
5 comments :
Bello...
Cómo el día soleado que se descubre.
Adorable.
Gracias, Pedro.
Momento mágico sin duda.
Con unos cuantos de éstos, ya vale la pena todo.
bellísimo, besos
Llegué, leí, hice una llamada y me fui a vivir mi momento.
Un beso
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