Desagravio a una lectora japonesa
la poesía
dice honduras que a veces
la prosa calla
(M.Benedetti)
En aquella lejana época de navegante solitario recalé en una isla al norte del Japón, con playas milagrosas bañadas por un océano donde flotaban mis pecados y los blancos salvavidas de un barco embarrancado.
Viví un tiempo allá, tierra adentro. Aprendí algo de japonés, la técnica esencial del harakiri y como desabrochar los botones de un kimono sobre un maniquí.
Aquella estancia –y una geisha luminosa- me inspiraron un largo relato que titulé “Último naufragio”, que no recuerdo si terminé de escribir o si sigue, inconclusa, rebelde, en algún cajón. Tampoco recuerdo si fui expulsado por belicosos samuráis o si en la estación de los monzones me fui nadando entre las olas del alba. Cierto es que no fue una salida honrosa, resulta duro para mi orgullo de gallo y se borran los recuerdos entre bailes de mariposas amarillas.
A veces hablo de esa isla, con exquisito cuidado, con otros nombres que invento. Su configuración geográfica es propensa a los terremotos, sus ríos y montañas tiemblan al paso de los monstruos Godzilla, su clima se altera con los suspiros del sol naciente y torna en lluvias torrenciales. Cosas de las islas sensibles.
Cuento esto ahora que a una lectora –casualidad- japonesa, con el mismo nombre que esa isla, no deja aquí sus comentarios pero sí su disgusto. No tengo pruebas, pero estoy seguro que ella está aún allí, en el lejano Japón, que me conoció en aquel viaje, que quizás la ha enviado la Yakuza (やくざ) para cobrar tantas facturas que dejé impagadas en los mostradores, que guarda una daga entre sus ropas negras, que debo estar atento en las esquinas. Ay.
Es difícil mantener un blog a gusto de todos.
Esto intenta ser un desagravio.
Algunas lectoras japonesas son rencorosas.
Esta es bella.
7 comments :
Pura Seda para terminar el año... como la que tejen los gusanos del recuerdo en los telares del deseo.
un abrazo
... me pregunto ... si todas las ellas de sus entradas son siempre así de bellas
Si de verdad quieres desagraviarla tendrás que volver, pero no te preocupes te acompañaremos todas, tus bellas seguidoras y las que no somos tan bellas. Una vez termines el relato quedaran pagadas las facturas, y la daga para su defensa no será amenaza para ti.
Ese poder tuyo de volverlas tan bellas cuando las conoces, no alimentaría el agravio cuando desapareces si lo hicieras tras enjugar sus lágrimas con tus besos.
Un abrazo
De cenizas, cierto, mis telares del deseo están llenos de gusanos tejedores a tres relevos, no paran los tíos. Son tan trabajadores que no se quedan en el recuerdo, no, están al loro del presente, de lo inmediato, de ahora, teje que te teje. El deseo que no cesa.
Un abrazo
Libélula, como en el cuento, unos dicen que sí, otros dicen que no. Mi mirada las ve extraordinariamente bellas (que conste que no las imagino, existen). Estuve enamorado de una mujer fea que era las más bella del mundo.
Un beso.
gaia07, no tengo tiempo para tantos besos, ni labios, ni espacio. Entre escribir y cuatro cosillas más se van los días. Además mis carceleros apenas me dejan salir a pasear. Está uno como para besos. Está uno corriendo para que el año termine con bien (estoy hablando de facturación). No sé ni qué me digo. Te digo que te añoro, que te abrazo, que te beso, muá, ¡guapa¡
Me re-encuentro con este texto (dice Camus que lo bueno de Kafka es que te obliga a releerle: yo creo que lo mejor de todo lo bueno – en lo artístico, claro - es repetirlo) y veo que no hay respuesta de ninguna japonesa. Bueno, no es extraño, no suelen manifestar sus emociones o puede que si era tan sensible como dices, se hiciera el harakiri o, sencillamente, que el tiempo la haya desaparecido.
Yo no tengo nada de japonesa, en cualquier caso, quería decirte que esta relectura me ha encantado.
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