sábado, 11 de diciembre de 2010

Parker, la austeridad y Gombrowicz.

 

"Me puse a escribir este diario, no quiero que la soledad yerre en mí sin sentido, necesito a los hombres, un lector... No para comunicarme con él. Sólo para emitir señales de vida. Ya hoy consiento en las mentiras, los convencionalismos, las estilizaciones en este diario con tal de pasar de contrabando, aunque sea como un eco lejano, un tenue sabor de mi yo aprisionado.
(…)
Ya soy. Witold Gombrowicz, estas dos palabras que llevaba sobre mí, ya realizadas. Soy. Soy en exceso. Y aunque podría acometer todavía algo que me resultara imprevisible a mí mismo, ya no tengo deseos... Nada puedo querer por el hecho de ser en exceso. En medio de esta indefinición, versatilidad, fluidez, bajo un cielo inasible soy, ya hecho, terminado, definido... soy y soy tanto que ese ser me expulsa del marco de la naturaleza. "

Diario argentino (fragmento) Witold Gombrowicz 
 
 
 Le mira y muy serio dice –Gombrowicz-.

A partir de ahí, ¿qué hace Parker?, ¿es un insulto?, ¿le parte la cara?, ¿quién o qué es Gombrowicz? Decide que no me importa lo más mínimo y le contesta que quiere ser artista.

Artista ¿eh?, como Gombrowicz, ¿no? –dice el otro-

Está terminando el “Berlín. La caída, 1945” de Beevor y ya las tropas rusas han tomado la ciudad, está aturdido de tanta violencia, locura homicida, sangre, dolor, tanta muerte, destrucción, horror, salvajismo, violaciones, tragedia de un tiempo no tan lejano, calles que ha recorrido no hace tanto, se queda dormido y se le juntan otras calles, otros países, ciudades del mundo que ha visitado, pueblos perdidos, gentes diversas, sensaciones en otros idiomas, emociones en paisajes lejanos, habla con viajeros que encuentra en aeropuertos flotando en el duermevela, viajeros arrogantes de rostros inteligentes, viajeros con gorras altivas que utilizan frases enrevesadas, personajes extraños que miran de través, que hacen fotografías de monumentos, de gatos, de emociones enmarcadas en sagrarios con terciopelo, de peinados isabelinos, de la ternura goteando desde un techo que oculta el cielo, cielo, se planta y dice al desconocido –perdona, bonito, Gombrowicz lo serás vos- y sigue con su monólogo, pensándose, imaginándose, manteniendo la farsa de ser sin ser, de no exponer, de divagar, de contar lo que no para no dejar sobre la mesa que el sí es un bostezo prolongado que le va a desencajar las mandíbulas, que Pedro es una burda mentira, que dice esto un sábado en el que el personal está en sus cosas, que no leen, ¿alguien lee?, sí, tira del sedal y encuentra bibliotecas enteras de autores desconocidos pero interesantes, interesados en expresar lo que pasa, lo que les pasa, aventuras en países de vacas y cirujanos, de represores y de gentes bien educadas, de hilos dorados desde su mente a las nuestras, ahí, ¿viste?, ahí está el engaño, el hilo debe ir de corazón a corazón (en su lejana infancia había un programa radiofónico que se llamaba así, recogía dinero de los generosos para distribuirlos entre los menesterosos). "Artista lo soy por mi madre", le decía Gombrowicz a Dominique de Roux, como mínimo hay una madre para cada hijo, a veces hay dos madres, Salomón lo sabe, hay veces no hay un padre (o sí, pero esa es otra historia), un padre que corteja a cocineras y doncellas, a señoritas de buen ver incluso a oscuras, inconstantes padres sin vocación, inmaduros padres solo por su afición al ayuntamiento carnal, deja al lector/lectora la interpretación sobre la conducta de esos padres, también su denominación (véase sección comentarios) mientras pasea ahora por avenidas con eucaliptos en los bordes del camino, bueyes mugiendo, caballos estoicos, mudos, pensar demasiado está prohibido, leer demasiado fatiga, Parker lo sabe y cierra el capítulo del sábado, mañana, mañana sí que tirará de la manta, compruébalo.. 



6 comments :

ybris dijo...

Leo (aunque es sábado y temprano).
Aprendo sobre Gombrowicz.
Compruebo una vez más tu corrección ortográfica en el Drae (¿cómo pude dudar yo, hombre de poca fe?) en el ambiguo "duermevela".
Intento inútilmente recordar un programa radiofónico "De corazón a corazón" pero sólo recuerdo el del recientemente fallecido Alberto Oliveras "Ustedes son formidables" con la entrada apoteósica de la sinfonía del Nuevo Mundo.
Reflexiono sobre tus palabras "contar lo que no para no dejar sobre la mesa que el sí es un bostezo prolongado".
Anoto "sensaciones en otros idiomas, emociones en paisajes lejanos".
Y quedo esperando a que mañana tires de la manta.

Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Madrugador ybris (un hombre madrugó y encontró un saco/mucho más madrugó el que lo perdió), leer es un aprendizaje continuo (a veces).
Vivir proporciona más aprendizaje.
Escribir de lo que no se vive está bien si puedes vivir de ello (si no, es un caso a estudiar, a estudiarse uno mismo, el que escribe).
El duermevela es un estado interesante en el que el subconsciente se pone las botas.
"De corazón a corazón" del padre Emiliano del Campo lo radiaban después del rosario y era el típico “de María Luisa Rodriguez, diez pesetas; de Anónimo, 3 pesetas”, un producto de un tiempo por suerte superado, de otros modos. Me lo cuentas mis mayores, que yo, tú sabes, no había nacido (no sé si ahora mismo he nacido todavía).
Entre nosotros, así, vidas tumultuosas que den para contarlas todos los días como que no, sería agotador además. Hay que imaginarlas. En eso estamos.
Me temo que mañana Parker no tirará de la manta (por la cuenta que le tiene).
Mi agradecimiento y este abrazo.

gaia07 dijo...

Leen, si, los sábados por la mañana y los domingos, e incluso los viernes y los sábados por la noche. En vez de estar fuera los guapos lectores para que el mundo disfrute de ellos, no, se quedan y leen. Y sin darse cuenta les pasa la noche, y el día, y se olvidan de cortejar a las lectoras, y así no hay manera de que haya padres, ni madres, ni artistas. ¿Y quién tiene la culpa de esto? ¿Grombrowicz? ¿Parker? ¿Pedro? Vaya a usted a saber… y no solo esto, por si fuera poco, luego pasan a “la sección de comentarios”, y ahí ya se acaban de devanar los sesos… con lo rica que está la vida y todos leyendo.

Besos y besos.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, antes escribía para que me quisieran (carnalmente), después escribía para que me quisieran (no sabía que ya me querían, sin escribir), ahora escribo porque (os) quiero (y recibo muchísimo amor, una pasada).
Antes no tenía tiempo para nada, no sabía de dónde sacar tiempo para estar aquí cada día. Además de.
Ahora no tengo tiempo para nada, no sé de dónde saco tiempo para estar aquí cada día. Además de.
Pero sé que en ese “además de” está la vida, ahí mismo.
Y estoy (muy) contento.
Besos lisérgicos.

mabel g. c.© dijo...

Estimado amigo:

Que lo suyo sólo es una máscara, detrás de la que esconde ciertas habilidades estéticas y estratégicas, lo sabíamos. Procuro leerle con atención, aquí sólo venimos a aprender. Y si no se ofende usted, le diría que en estos días atiendo más a su modo de combinar paleta de colores, tengo ciertos graves problemas con los complementarios y eso que no soy daltónica. Pero parece que mi colorido chirría como las ruedas del carro aquél del tango. En fin, gracias a lo que voy recogiendo de los maestros espero mejorar en esa lid.
Un respetuoso saludo.

Pedro M. Martínez dijo...

Estimada amiga mabel g. c.:
Sí.
O no.
No recuerdo.
Queda suyo.
Pedro.

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