miércoles, 13 de mayo de 2009

El pobre de Villablino.


Pablo llegó un día, nadie sabe de dónde. Otro día se irá.

Recorre los pueblos de los alrededores. No pide limosna, se la dan.

- Pablo, te invito a comer.
- No, gracias, que me han invitado los Hurtado, prefiero ir el martes.

El consejo municipal de Villablino dio orden de habilitar el calabozo del ayuntamiento como dormitorio. Lo pintaron de verde para que fuera más alegre.

- Pablo, ¿va un vinín?.
- No, gracias, que ya estoy bebiendo. Apúntamelo para otro rato, Juan.

El pobre de Villablino cumple una importante labor social. Permite que los ricos, los dueños de las minas, practiquen la caridad, que limpien su alma. Los mineros, dentro de sus posibilidades, se igualan en caridad a los señores de la casa azul.

- Pablo, tengo una chaqueta de pana marrón que te iría que ni pintada.
- No, gracias, que ya tengo una. Mejor dame unos euros.

Dicen que Pablo es andaluz, que su mujer lo despachó de casa por una cuestión de faldas. Él nunca cuenta nada de su vida. Cuando se sienta en una mesa, come, bebe y dice que en el palacio de Canedo tienen una magnífica cubertería y ricos manteles bordados. Cuando le invitan en Canedo dice que los Somoza preparan una gallina en pepitoria deliciosa, que siempre le dan orujo. Informa.

- Pablo, ¿me ayudas a descargar estos sacos? te daré unas perrillas.
- No, gracias, que me canso.

Pablo, el pobre de Villablino llegó un día, nadie sabe de dónde. Otro día se irá.


15 comments :

anonimos dijo...

Bien. Nos vamos como vinimos. Son excelentes todos. Nos encanto pasar por aqui. Eramos muchos, tantos como todos uds.
Son todos geniales, excelentes y lo decimos de corazon. Nos habeis dado una excelente leccion. Los de ingles son malos.
Cada entrada era de uno diferente, por eso sin pies ni cabeza. Cada comentario, no y si. Depende quien.
Bueno. Nos vamos pues os sabemos muy enfadados y no era nuestra intencion. Ya no os leeremos ni dejaremos ningun comentario mas. El diablo nos mando ya muchos exorcismos, islas, cuentos, fotos, memes, etc.. y estamos muertos.
Os queremos.

Anónimo dijo...

Nos costo mucho encontrarnos un pseudonimo.

Ventana indiscreta dijo...

Ése es un pobre de lujo y listo. Y encima le colocas como andaluz. Ya sólo hubiera faltado que cuando los sacos hubiera respondido:

-Preferiría no hacerlo.

Y es que un pobre hombre casi siempre es anónimo. Suerte el tuyo en zona minera.

Una limosna de besos, por favor.

Pedro M. Martínez dijo...

Qué raros sois, anónimos

Pedro M. Martínez dijo...

No me extraña Anónimo

Pedro M. Martínez dijo...

Por una vez Ventana indiscreta, no me lo he inventado
Ese señor existe.
Y en Villablino además.

Al menos así me lo contó Francisco.
Besos limosneros en el cepillo (de la iglesia)

Un cura roba el cepillo de su iglesia... ¡para hacerse la cirugía estética!
,
8 de abril de 2009.
Un sacerdote episcopaliano fue acusado hoy en Staten Island (Nueva York) de robar a sus feligreses para financiar su cirugía estética, comprar ropas elegantes y bebidas alcohólicas.

Fuentes judiciales citadas por el diario Daily News de Nueva York señalaron que el reverendo William Blasingame logró robar del cepillo de la iglesia 84.537 dólares en tres años.

Blasingame había renunciado en enero de este año como sacerdote de la Iglesia Episcopal de San Pablo, en la localidad de Stapleton.

"La investigación se inició después de que las autoridades de la iglesia descubrieron disparidades en las cuentas", dijo una de las fuentes.

Las autoridades indicaron que Blasingame también utilizó el dinero robado para pagar las cuotas de un club y el seguro de su coche.

El diario manifestó que Blasingmae se entregó a las autoridades el viernes pasado y que deberá comparecer ante un tribunal el próximo 12 de mayo.

Anónimo dijo...

¿pero porqué os váis?
Si sois la alegría... Sin vosotros esto ya no sera lo mismo.
Pensarolos mejor, bueno, me marcho que tengo que hacer una publicidad de lavadoras en otro blog.

gloria dijo...

Cuando descubres que historias así son reales (al menos a mí me ocurre) te sorprendes pensando que también tú conoces casos parecidos...
Me alegra que nos hayas presentado a Pablo, y me quedo con una frase:
"El pobre de Villablino cumple una importante labor social. Permite que los ricos, los dueños de las minas, practiquen la caridad, que limpien su alma."
Aunque él no necesite la caridad, la caridad le necesita.
Un beso, Pedro.

Arantza G. dijo...

Y vive bien por lo que parece.
Notará la famosísima crisis?

Ay madre...lo del cura presumido me ha dejado "descacharrá" ja,ja,ja,ja,ja. Si mi abuela levantara la cabeza...ja,ja,ja.
Besos de verdad, nada de limosna.

Pedro M. Martínez dijo...

Gloria esta historia me la contaron en Ponferrada que es un sitio al que suelo ir siempre que puedo. Buena gente, buen comer y buen beber. Y luego te acercas a la Médulas y alucinas.
Quizás no se llame Pablo y haya exagerado dos o tres cosillas, pero el personaje existe tal cual.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza G., seguro que nota la crisis.
La notamos todos.
Y de qué manera.
Medio beso (para ahorrar)

gaia07 dijo...

De lo que estamos seguros la mayoría y realmente hemos comprobado, es que el trabajo no da la felicidad.
Te resta tiempo para disfrutar, te provoca malestar emocional y físico, y cuanto más tienes más preocupado estás.
Mas bien soy de las que piensa que los realmente pobres somos los demás, los estoicos que sufrimos las penalidades y nos vanagloriamos de lo buenos que somos cuando “damos”.

Tu ruego ha sido atendido debidamente, no os había visto tan felices y tan cantadores nunca. Incluso aunque no ganen el trofeo lo han estado celebrando, están tan emocionados que han inundado las calles de Valencia con buen humor, buen comer y tanta fuerza que nos hemos unido a ellos.
No se ven más colores por las calles que las rayas blancas y rojas. En fin, Valencia es una fiesta, lo vamos a disfrutar tanto como el resto de España.

Un montón de besos.

 Mayte dijo...

Y se delizan las palabras en la vida de otro y se vuelve más vida...quizás.

Bikiño y salgo de puntillas...

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07 muchas rayas rojas y blancas, buen humor, pero mal equipo.
O, mejor dicho, un extraordinario equipo enfrente.
Soy socio del Athletic desde hace muchos años.
He ido a San Mamés desde niño (los balones eran cuadrados).
El Athletic es un sentimiento, es mi equipo.
Pero también soy un deportista.
Ver jugar al Barcelona es un auténtico regalo, un placer, un deleite para los que amamos el fútbol.

Lástima no haber podido ir a Valencia (eso que tenía entrada).
Aunque es posible que en vez de a Mestalla hubiera estado tomando cervezas con mi amiga Rosa.
O lo que se hubiera terciado.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte, un día se desliza en mi espalda un te quiero y cambió mi vida.
Pero es una larga historia
Besos

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