jueves, 26 de febrero de 2009

Un pie en el cepo.


Lo que dejé por ti.

Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.

Rafael Alberti



El ojo de la ballena me mira, malhumorado.

Enseguida sé cuando su carácter ha virado al lado oscuro.

Increíbles esos saltos que da cuando sabe que los de National Geographic están filmando. Es una ballena pero no es nada tonta. Aunque sí coqueta. Y ágil.

Esto es todo lo que tengo: un inicio de una ballena enfadada flotando en el aire, inmensa mole negra con la consistencia de la piedra, con su cola capaz de partir los mares en más mares.


Y así sucesivamente.

Todo por no recurrir a los recuerdos.

Si los tuviera, podría escribir del tintineo de sus pulseras cuando se quitaba la ropa, tan rápida que parecía que le iba la vida en encaramarse a mi ansiedad, tan evidente, tan automática, reflejo de Paulov, indicio físico de complicados procesos químicos. Etc.

Temblábamos los dos como petirrojos en mitad de un incendio, pegados el uno al otro durante toda la noche de experimentos y ahora así, ahora de esta otra manera, páginas 12 a la 53 del manual de posturas.

Luego llegaba el día y ella volvía a su libro de venenos y yo a revisar los cajones con sombras, con poemas en papeles enrollados atados con cintas de colores, rojas para el amor, amarillas para el duelo, negras para la ausencia.

Bah, sólo añoro cuando me mordía. Y cuando (yo) no mentía.

Estoy solo, la casa en silencio, dejo pasar los dedos por el lomo de tantos libros en la biblioteca del salón, escojo uno, “Descripción de la realidad”, me siento y abro, leo, gozo, pienso, me pregunto: “¿cómo demonios leerán insulsas bitácoras –como esta- existiendo maravillas así?” y al no tener respuesta (ya he dicho que estoy solo y no es cosa de contestarse uno mismo) sigo leyendo.

¿Qué colgaré mañana aquí?, leches, que no tiene uno una rica vida interior, ni tantas peripecias como para llenar esta sucesión de páginas y días, tan rápida que parece que ayer mismo era otoño.

En cualquier caso quiero dejar constancia que soy ventrílocuo y no escritor. Que conste. (Ya, ya sé que constaba).

Fin.


20 comments :

➔ Sill Scaroni dijo...

Me quedé pensando que dejamos cuando perdimos un amor.


-------------------------------

Escribes ... y muy bién porque escribes con el alma.


Sill

ybris dijo...

Yo, por no recordar, he recurrido siempre a los pomos de las puertas, que siempre parecen saber algo que nosotros ignoramos.
Pero tú eres más original y recurres a ballenas enfadadas (genial eso de partir mares en más mares después de posar saltando para los de la National Geographic).
Luego, claro está, te inventas recuerdos e invades libros.
Demasiada vida interior -o exterior- como para preocuparse de qué escribirás mañana.
Adoro a la par libros y ciertos blogs que no les van a la zaga.
Éste desde luego.

Abrazos.

Camille dijo...

Ayer fue otoño y mañana primavera, ya florecerá algo que merezca ser escrito. O no, y qué más da?

Yo me quedé pensando en el tintineo de las pulseras...

gaia07 dijo...

¡Ya me he cansado de decirte todo lo que me gustas, y cuánto me gusta lo que escribes! (espero que tú no te hayas cansado de oírme-leerme)

Esa ballena eres tú. Coqueto, fuerte, listo, ágil, grande… Voy a hacer una llamadita a los del National Geographic.

Todo lo que tienes ahí dentro es una inmensa energía llena de maravillas. Un solo gesto de M te provoca tal tumulto de sensaciones, que las cuentas en historias cercanas a nuestras experiencias y sueños. Y después te asombras que suceda así.
Pues ¿para qué preocuparte por mañana? Mírala.
Cada uno es como es. Es lo que tiene. Aguantarse toca chaval.

Un abrazo de esos que no dejan respirar. ¡Ala! A nadar.

Arantza G. dijo...

Leo de todo, todos los días. Si no mi vida estaría vacía. La cargo de historias, de noticias, de vivencias.
Y siempre, desde que era una niña, antes de dormir me tomo una buena ración de palabras; para soñar...aunque a veces solo sean pesadillas.
Besitos

Margot dijo...

Ays la naturaleza de las ballenas...

Por cierto, en lugar de ventrílocuo... no serás Jonás cantando dentro de una de ellas?

Que consten mis besos.

Eria.. dijo...

Es una pena qu eno tengas recuerdos, podrías hablarnos del tintinear de sus pulseras...
Besitos varios.
Pd: tenía yo unos salvapantallas donde ademas de saltar, las ballenas, cantaban.

Pedro M. Martínez dijo...

Te-Pito-0-Te-Henua (Sill Scaroni), cuando perdimos un amor perdimos mucho.
Aunque a veces ganamos una vida (más tranquila)
Gracias por tu comentario.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris pues mira, lo de los pomos no lo había escuchado (leído) nunca.
Lo intentaré.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

El tintineo Camille, qué cosas.
(Tampoco es cosa de añorar sonidos)
(Sobre todo habiendo otras añoranzas más sentidas)
Ay.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, esta página me ha proporcionado muchas cosas buenas.
Una, muy importante, conocerte.
Aunque aquel día no llevabas las gafas.
Mira que compararme con un ballena.
Un tío cachas como yo.
Jajajajajaja
Gracias, preciosa, lo hablaremos algún día con una cerveza.
Y ahora o te abrazo o nado.
Te abrazo (voy)
.

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza G., que casualidad yo también leo todos los días.
Después de llenar mis días de vivencias, leo.
Me gusta mucho leer.
Me gusta mucho más vivir.
Aunque a veces confundo lo que leo con lo que vivo.
Y viceversa.
O sea, un lío.
O sea, la vida.
Besos (así, en crudo)

Shandy dijo...

Qué desconcertante eres a veces, Pedro Glup (en el buen sentido de la palabra). Empiezas con una ballena coqueta y enfadada, me paseas por una ambigua historia de amor. En el camino pinchas a los pacientes lectores de bitácoras (Ay!) y luego terminas con una captatio benevolentia.
Ya quité el pie del cepo (ay).
Besos desconcertantes ( para ti, je)

Pedro M. Martínez dijo...

Las ballenas, Margot, son muy suyas.
Lo sé muy bien (tuve una novia ballena, un cielo)
Jonás no ha venido, hace mucho que no viene por aquí.
Constan.
Los míos, van.

Pedro M. Martínez dijo...

Hay cosas de las que no puedo hablar Eria..
Seguro que lo entiendes.
Qué pensarían mis nietos.
O mi abuela.
O Ella.
Pues eso.
Jajajajajajaja
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Shandy, ser siempre gris, o verde, o algo, es aburrido.
Me lo parece.
Ser uno mismo es importante.
Seas como seas.
Este rato me toca ser así.
Hay a quién le gusta (a mí, por ejemplo)
También me gusta el disco de Mike Harris que saldrá en abril (y que escucho ahora) y suena bien, bien.
Y tú.
Besos concertados (uno tú, uno yo)

Unknown dijo...

La primera versión es plastica y descriptiva.. pero la segunda es sumamente rica!! jajaja!!

Ya sabes el eros me seduce y vos que le das la manooo!! jajaja!


Abrazos mi Queridsisimo Pedro... pronto un regalito!!

Te quiero!!

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias Piel, ¿todo bien?
Siempre te gusta más la buena temperatura.
¿Será por el clima de México?
Muchos besos.

mirada dijo...

Eres genial, corazonciño.
Moito, moito, moito...
Me encanta cómo ves la vida, cómo ves tu vida, cómo te ves con ella, cómo te ves para ella, me encanta como lo escribes, como nos lo regalas, como nos haces disfrutar, me gusta sentirte feliz y sin parar de crear, y crear, y crear...

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, si tú disfrutas, este rinconcito tiene sentido.
Guapa.
Tengo ganas de verte.
Muchas.
Feliz votación

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