Íntimo (#).
Mi vecino es amable. Nutzi Oreva Prim parece que es soltero. Yo le miro y le miro cuando sube la escalera con paso alegre y distraído. Oreva Prim es muy guapo, pero es mayor que yo. Mi madre dice que los hombres mayores siempre, quieren aprovecharse. Yo no creo. Oreva Prim me regala chocolates y es muy bueno: también le da miguitas a las palomas. Me dijo que esta tarde subiera a verle porque tiene un libro con estampas y más chocolates. No pienso decirle a mi mamá. (Samuel Fontana)
Sentado en la playa, abrazado a tres gaviotas que pugnan por volar.
O sumergido en un mar bravo de relojes, péndulos y pararrayos.
Braceando en un lago de ginebra.
¿Por qué no decirlo?
Ella nunca supo los poemas que escribí cuando bebía.
Antes del diluvio, el diluvio que hundió mi arca.
O sumergido en un mar bravo de relojes, péndulos y pararrayos.
Braceando en un lago de ginebra.
¿Por qué no decirlo?
Ella nunca supo los poemas que escribí cuando bebía.
Antes del diluvio, el diluvio que hundió mi arca.
(Un solo de saxofón de Johnny Hodges).
Atónito.
Con gritos que salen de los más íntimos paisajes de la memoria.
Dentro de una noria de engaño que nos viste de insomnio.
Pintando susurros nocturnos con colores húngaros.
Vagando en el desierto de sus alas turbias, como clara es su vida.
No, no la mováis!
(Un cartero subiendo por el camino.)
14 comments :
Te admiro por lo que escribes, Pedro.
Gracias por todo lo que compartes.
Besos, muchísimos...
Parece que las mariposas, la ginebra y la memoria en soledad, no forman buen cocktel....
Enhorabuena por tu publicación, tu cuento es realmente hermoso.
Un beso y un aleteo de libélula
ondina, y ahora, ¿qué te digo?
Muchas gracias a ti por leer lo que escribo.
Y besos, claro.
ana p., no hay ginebra, ni soledad.
Mariposas y memoria sí, en gran cantidad.
El cuento, sí, la verdad que me salió bien (modestia aparte y eso)
Besos de señor nada libelulado (aunque tampoco importaría).
Mi querido enmascarado... seguiré sin descubrir tu rostro.
Ha sido justo, para el Arte, que se sepa de tí, de tu talento. Somos muchos tus seguidores diarios, fieles y constantes. Tu entrega y tu talento, deben ocupar un lugar... justo y merecido. Te animo a seguir apostando por hacer del escribir algo más que un divertimento.
Dulces besos. Bendita tecnología que te descubrió a mis ojos.
He de averiguar que colores húngaros son esos, para pintar mis susurros cuando te los escriba aquí. Besos.
Me ha encantado tu cuento, querido amigo, y la verdad es que es un privilegio compartir espacio contigo y un verdadero placer. Como que me aletean mariposas azules por todas partes. Un beso enorme.
Mi delicia...
Se nota el sabor a ginebra y saxofón en tus versos.
Nada de moverla. Basta mirar.
Y leer.
Un abrazo.
Carmen, he intentado contestarte a este comentario.
Si debo añadir algo estoy a tu disposición.
(Y soy capaz de bajar a Cádiz andando)
Besos agradecidos.
gaia07, son colores brillantes, ilusionados, nítidos, auténticos.
Pero ya no los venden en las farmacias. Lástima.
Besos.
Isabel Romana, lo mismo digo (o parecido, que tú lo dices muy bien).
Quizás un día nos encontremos en Roma, en Valencia o paseando junto a la ría de Bilbao.
Ese día no quiero que estés tan seria.
Un beso entre admirado y entrañable.
(tengo también de los otros, más canallas. Tú escoges)
Nikté
Mi tesoro...
Leches ybris, me tenías preocupado.
Como me tienes tan mal acostumbrado, cuando no vienes un día o te retrasas en tu rutina me agobio (¿qué le habrá pasado a este hombre?
En fin.
Ah, no tomo ginebra (un vino de vez en cuando), ni toco el saxofón (solo lo escucho)
Un abrazo.
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