domingo, 18 de marzo de 2007

Mariposas.


Ella inclinó el cuerpo sobre el mío y bajo su piel voló una mariposa. Yo tenía una mano entre sus muslos y con nuestros suspiros apenas pude ver los aleteos. Después, tendidos uno al lado del otro, cansados, hablamos de esto y aquello y se me olvidó.

Fue el viernes siguiente, ella volvía de un viaje a Bruselas y cada noche yo la había anhelado como si no nos quedasen más noches. Le quité la ropa despacio y acaricié su espalda, sus caderas, sus mejillas, me perdí en su mirada distraída. Ven, dijo, y mientras abría las piernas un remolino de mariposas azules giró alrededor de su sexo. Entré en ella como en la noche y sentí los mordiscos de la sospecha mientras nos amábamos. Estaba tan atado al deseo que no pude sino derramarme en dulces espasmos que disolvieron cualquier sensación ajena a nuestro abrazo.

El tiempo ha pasado y me he acostumbrado a las mariposas de la duda, que ya han traspasado su piel y giran sobre nuestras cabezas, nos acompañan en nuestras ternuras, se posan en sus nalgas, en mis hombros, en su pelo. Sé que algo me quieren decir pero aún no entiendo su lenguaje, no tengo tiempo, sigo enfrascado en descifrar este amor.

Anoche ella dormía, levanté la sábana y admiré su cuerpo. Justo debajo del omoplato las mariposas formaron con sus alas un rostro serio que me miraba. Distinguí con nitidez a Pedro.
Creo que él también me reconoció.




24 comments :

Anónimo dijo...

Le estaba dando la vuelta a una palabra que mi amigo Nicho me dejó. Y llego a tu espacio, a ver cómo las mariposas revolotean en el acto amoroso y en la contemplación.

La palabra es: incandescencia
Y la encuentro aquí en este texto.


Gran salute.

Anónimo dijo...

el orgasmo dentro de la vagina ES un aletear de mariposas siempre.

(qué lindo tu texto).

Anónimo dijo...

El café de esta mañana se me va hacia el costado de Glup, sus letras y el humo del cigarro me resecan la garganta, se adhieren a mis pulmones, adentro. Trepo por los puentes, subo hasta Artxanda de mis meriendas, mis primeros patines, los escarceos. Bajo de nuevo al Bilbao de las noches que si y no (o viceversa): soy hija de una Ariadna sin cordel, sin fauno que la guie a través de palabras , propedautica de una disciplina que no entiendo, pero estudio afanosamente con la certeza de que nunca habrá matrículas de honor, sólo la fascinación de seguir la metaformosis de sus lipidópteros, de sus orugas transformadas en imagos que nos rozan, nos abrazan, nos...

Pero meor lo dejo, no sea que Pedro me reconozca.

Misántropo dijo...

No se trata de descifrar el amor, sino de seguir enfrascado. Y de que las mariposas ¡ay! jamás nos abandonen.

Muy oportuna esta deliciosa pavana. En este justo momento (humo, café y mariposas) me siento del todo aterrizado tras el viaje.

Gracias, Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

Rain incandescencia es una hermosa palabra.
Y tu blog un gozo.

Pedro M. Martínez dijo...

noemi ¿ves? lo que nos perdemos (los hombres).
Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio todo eso no vuelve, los recuerdos son recuerdos, pero el ahora está aquí, está Artxanda para subir de día, están las calles para pasear de noche, están –aún- todas las esquinas oscuras donde se besan los enamorados.
Vámonos a pasear, busquemos una esquina donde quemar los recuerdos, donde fabricar los de mañana (si llega).
(Ya, he cambiado otro nombre por ese)
Besos, muchos, intensos.

Pedro M. Martínez dijo...

Misántropo quiero mantenerlas ahí, aleteando, pero se escapan las muy malvadas. Creo que necesito otros espacios, mas abiertos, con otras flores.
Allá voy.
Gracias a ti.

Anónimo dijo...

Pedro, es precioso, una especie de poema. Hoy me atrapas con la locura artística donde se cruzan mis ojos verdes y tu capacidad de entenderlos y amarlos. Deja que hoy me declare. Tienes algo especial y milagroso. Tienes fondo y hasta allí llegan las palabras y el deseo. Creo que quiero a tu alma desconocida que se asoma en tus palabras y enciende la pantalla de misterio acogedor y caluroso. Déjame vivir allí.

Anónimo dijo...

Saludos: Gracias a tu visita a mi blog, y tus generosas e immerecidas palabras, ... he podido descubrir esta ¡maravilla! la Palabra, la Música, la Imagen ... se funden en una gran sinfonía poetica ... Arte en estado puro. Mi más profunda admiración por tu trabajo.
Un Saludo

Churra dijo...

Supongo que te dormiste otra vez tranquilo, ¿dejaste de dudar?
Besos

Anónimo dijo...

Las curiosas alas de las mariposas me trajeron a ti...Casualmente alguien dejo un comentario en mi blog...y al entrar aquí...me llene de ellas....

Anónimo dijo...

Le he robado el alma al aire Pedro, por si alguna vez no te llegas a reconocer bajo esas sábanas.
No puede ser ¿cómo va a ser que un día no te llegues a ver?
Esos momentos son la Sal de la Vida.
Así qué, tómalo. Tuyo es.
Así te enseñarás a tenerte visible con propiedad.
Con música de cualquier bar.
Con inclinación o no.
O un viernes o un domingo, como hoy.

Con mariposas de las dudas o no.
Disolviendo abrazos o sensaciones ajenas. Mintiendo incluso.

Girando sobre las cabezas o sobre los hombros.
Cómo se...
Que te quiero a pesar de todo esto.
Le he robado el alma al aire. Quédatelo. Tuyo es.
Tómalo.

Ahora. Te beso.

tomatita dijo...

Calor y mariposas...hermosa combinación.
Como tus palabras.

Un beso, Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

rouge me dejas sin palabras. Pasa, pasa.

Pedro M. Martínez dijo...

Ramón collado tu trabajo es muy bueno (me refiero al fotográfico, otros no sé).
Ese Gestocon el abrigo rojo y ¡esa mano! es un prodigio de síntesis (lectores, no os la perdáis. Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

churra que va, tengo la duda mordiéndome en el cuello, como un perro fiero y negro. Fíjate que se ha comido hasta las mariposas. Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Scheherazade nada, déjate de mariposas, yo quiero un baño como el de tu blog. Completo.

Pedro M. Martínez dijo...

PaquiLou guardo ese aire bajo llave, lo escondo, lo protejo, lo dejo ahí para cuando te vea, para cuando me falte, para cuando tus ojos me dejen boqueando, sin oxígeno, escalador aventurado, pez fuera del agua, ensimismado, viéndote, por fin. También te beso, más.
.

Pedro M. Martínez dijo...

tomatita serán mariposas tropicales, vaya usted a saber, en cuestión de mariposas solo reconozco las de la duda.
Un beso, Eva.

Anónimo dijo...

Este texto fué uno de los primeros que leí de tu autoría, lo tejí entre mis sábanas desnudas y esa sensación casi eucarística de mariposas aleteando sobre mi vientre me hizo parecer casi real!
eso me valió conocerte y degustar tus buenos escritos!, mi infinito abrazo poético

Pedro M. Martínez dijo...

Felicidad Segurado, precioso tu texto para el reencuentro, delicioso comentario que engalana esta página, es tan erótico que miedo me da el abrazo (por cierto, no conocía tu rostro. Ahora el abrazo me da más miedo).
¡Guapa! y ¡poeta! Un beso.

Luna Agua dijo...

Es que has visto esas mariposas?
Yo las he visto de vez en cuando en el espacio que me separa de el.
Creì que estaba loca.
¿o somos dos locos dos dos?

Pedro M. Martínez dijo...

Luna Agua, por supuesto que las he visto. Por eso lo cuento.
Y no estamos locos.

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