miércoles, 14 de febrero de 2007

Lotófago.

“Y después que hubimos gustado los alimentos y la bebida, envié algunos compañeros -dos varones a quienes escogí e hice acompañar por un tercero que fue un heraldo- para que averiguaran cuáles hombres comían el pan en aquella tierra. Fuéronse pronto y juntáronse con los lotófagos, que no tramaron ciertamente la perdición de nuestros amigos; pero les dieron a comer loto, y cuantos probaron este fruto, dulce como la miel, ya no querían llevar noticias ni volverse; antes deseaban permanecer con los lotófagos, comiendo loto, sin acordarse de volver a la patria. Mas yo los llevé por fuerza a las cóncavas naves y, aunque lloraban, los arrastré e hice atar debajo de los bancos. Y mandé que los restantes fieles compañeros entrasen luego en las veloces embarcaciones: no fuera que alguno comiese loto y no pensara en la vuelta. Hiciéronlo en seguida y, sentándose por orden en los bancos, comenzaron a batir con los remos el espumoso mar.”

(Odisea, Canto IX, Homero)



Que hubo un instante en el que pensé que alguien, por fin, (me) entendía, pero no. Cuando pasé de la pura intuición a la fría realidad de los números comprobé que cien menos noventa es igual a cero y sólo la rutina, el entusiasmo y una vaga ilusión de milagro hacían que siguiera allí, en la esquina, esperando, como entonces, como siempre.

-¿Puedes leer esto y decirme qué te parece?-pregunté.
-No me gusta, es blando, está lleno de tópicos, de técnica y oficio que enmascara lo esencial, el alma. No está escrito con las tripas.-respondió.

Intenté escribir a partir de entonces con el alma, con las tripas, con lo que me brotaba de un rincón de los pulmones, del hígado, del intestino, de los testículos, de los huesos más largos, del tiroides, de la traquea, del fondo del corazón, tal vez de dónde no adivinaba. Seguí sin desmayar, buscando sensaciones, emociones, palabras - evanescencia, panóptico, silfo, añublo, hemistiquio, mandorla, cesura, cenotafio, calambur- Vinieron a mi cabeza historias que he conocido al cabo de los años y traté de contarlas como supe, como pude.

Anda, ven a la cama, te desvelarás y mañana no vas a poder con tu cuerpo.-me llamó-.
Ahora voy, cielo, no apagues la luz.-respondí-

Una larga travesía -treinta meses-.
El grato esfuerzo cotidiano.
Mi encorsetamiento informático para cambiar el sabor, los olores, los colores, para insertar líneas, diferencia, música, vídeo.
Mi falta de capacidad para innovar, sorprender, mejorar el espacio.
Mi escasez de novedades, de conocimiento, de ideas para escribir mejor.
Mis limitaciones culturales, de vivencias, las emocionales.
El cansancio a pesar del inmenso agradecimiento por tantas bellas palabras recibidas.
Mi libre voluntad.
Ya está, es una etapa cumplida
Agur, Blogia.

Y así arribar a la isla del descanso, bajar a tierra y juntarme con sus habitantes, comer las flores de loto que saben a miel y olvidarme, de todos, de todo.
Convertirme en lotófago, apátrida, sin obligaciones, estar tumbado, mirando el cielo, ver correr las estrellas, el tiempo no existe, el mundo está en esta isla.
Es el momento de sumergirme en este nuevo espumoso mar.


”No importa la edad que tengas, lo que te hace crecer es la abstracción. Más allá de la realidad sensible, la comprensión fría, indiferente, de lo que sucede. Incluso sin lenguaje esa comprensión existe.” (Luisa Etxenique. Los peces negros, Pag 112)





18 comments :

ybris dijo...

Me alegro de encontrarte por aquí.
Vuelvo luego, que me he enterado tarde.

Anónimo dijo...

Llegarán mis palabras por este camino? Palabras. No son más que eso, palabras y hay quienes las regalan porque andan sobrados, las tienen de todas clases, de colores y grises, ampulosas y sencillas,pequeñas, enormes, sinsentido y con-él, envolventes.... Palabras. Mientras se piensan, se escriben, se oyen son más que palabras, nos hacen sentir. Luego se olvidan y quedan sólo-eso, palabras.
Las tuyas, me han conmovido mientras las leía. Saldré a la calle ahora y dentro de un rato el ruido, la gente mis propias palabras diluirán el efecto, pero ahora todavía lo siento.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris gracias por venir.
Oye, para llevar un año en esta historia te conservas muy bien.
Que sigas muchos más.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Anónimo veneciano, han llegado, tus palabras se han juntado con las mías y aquí andan, revueltas, contándose sus cosas. Esto es lo bonito de los blogs, no hay remilgos, como no te ves la cara, ale, que escribes, te escriben, nos decimos, nos abrazamos y a correr. Como en la vida real, vamos.
Muchas gracias.

Ceshire_andromeda dijo...

TU sabes, y si no lo sabes te voy a tener que echar aguita fría en la cara para que despiertes del letargo, que eres un excelente escritor. Que leerte sin tener que recurrir a las librerías y la portada fría que no te dice nada sobre su autor, es un lujo de sensibilidad, una suerte de milagro en esta red atestada de voces egotistas que no dicen nada. Que quien te lee con el corazón abierto va a encontrar en tus escritos luces magníficas, una sensibilidad que sirve para iluminar el pensamiento más oscuro. Que estás lejos de ser aburrido, y si como tu dices, tus vivencias, pensamientos y capacidad no te alcanzan para entretener la corte, lo disimulas muy bien. Que no eres bufón, sino poeta. Que tu propósito como escritor no es entretener, sino entender. Que saber tirar fotos, y ser buen fotógrafo y que las imagenes sugieran ideas sublimes, son dos cosas muy distintas. Que tu eres el segundo y tus imagenes se elevan. !Qué bueno que te quitaste el corsé!
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Ceshire, un momento, un momento, que uno tiene su corazoncito y últimamente estoy muy necesitado de cariño y cuando llega tan de golpe no lo asimilo y este comentario –gracias, Sandra, amor, de todo corazón- es una sobredosis y que luego me acostumbro y a ver como paso en esos periodos de sequía donde todo está negro y los ángeles se quedan colgados de un hilo verde que sale no se sabe de qué cielo, que estoy muy ilusionado con esta nueva etapa, con o sin corsé, que siempre he procurado alternar lo que me salía del corazón con lo que me salía de la mente incluso con lo que me salía de otras partes del cuerpo, quizás me-nos vistosas pero igualmente interesantes que no te he hablado de los bíceps de mi sensibi-lidad ni de las partes nobles de mi curiosidad, ni siquiera de mi sordera ocasional para tan-tas cosas que leo y no asimilo, que escucho letras superpuestas y colores que no son, o sí, y tu gato se ríe en la sombra de saber que eres bella por completo, dentro y fuera, que un día dejaré aquí tu foto (previo permiso) y todos me envidiarán por tener una persona amiga como tú –gracias, reina, de nuevo, mil veces-, tan guapa, tan sensible, tan cariñosa y vale, que ya he dicho que estoy blando. Besos, preciosa.

Anónimo dijo...

Felidades por tu nuevo blog, Pedro. Te deseo larga vida en esta etapa de blogger que comienzas.

Tus textos siguen siendo tan buenos como siempre, recibe mis felicitaciones por todos ellos: pasados, presentes y futuros.

Que pases buen fin de semana y mejores Carnavales. Saludos bilbainos.

Purificación Ávila.

Pedro M. Martínez dijo...

Larga vida, Purificación, que los dioses del blog nos sean propicios, que nos llenen de sensibles palabras capaces de hacer sentir a las piedras, que nos colmen de hoy por ti mañana por mi.
Mi agradecimiento y mi deseo de un buen fin de semana (los carnavales no celebro, con esta cara no lo necesito)
Besos.

Anónimo dijo...

hola.... ya te extrañaba, de verdad que te extrañaba, estos dias si saber si regresarias fueron inciertos, que bueno que estas aqui, que estan tus palabras, tus sentimientos, tus pensamientos, y estan para nosotros..... para quienes necesitamos alimentarnos de lo que escribes....un beso, y gracias por tu mirada... es hermosa.

AIDEE

Anónimo dijo...

Y ahora la bienvenida, Pedrito (hoy ando mu coplera)

Ya pueden clavar puñales,
ya pueden cruzar chiqueras,
ya pueden cubrir con sal,
los ladrillos de tu puerta.

Ayer, hoy, mañana y siempre
eternamente a tu vera,
eternamente a tu vera.

A tú vera, siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta el día que me muera

Anónimo dijo...

Es la espuma, una de las imágenes que suele decirme mucho: y la encuentro en el sentido de tu vital texto.
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Ahora mismo corrigo la url, porque con glupdos sale una, mas veo que este es el blog actualizado.

Chao.

Isabel Barceló Chico dijo...

Has hecho un listado completo de todo lo que necesita un escritor para serlo. Incluso ese deseo de olvido. Tal vez el blog sea ese banco al que te amarran a la fuerza para volver... Saludos cordiales.

ybris dijo...

Treinta meses de contubernio con un ámbito en que se escribe no se olvidan con el loto del simple deseo de hacerlo.
Serás tus letras aquí como allí.
Y tus imágenes siempre sorprendentes.
Y tus variadísimas músicas.
Y...
cualquier cosa que se te ocurra desde la parte de ti que apliques para hacerlo.
Corazón o tripas o imaginación yo vengo a mirar y a aprender.
Y no a decirte como debes hacerlo.

Un fuerte abrazo con mis mejores deseos para esta nueva etapa que nunca se podrá separar de la anterior para ver si consigo encontrar quien llegue a los tres años en activo (y muy activo) por estos extraños mundos.

Pedro M. Martínez dijo...

AIDEE no te preocupes, si el tiempo no lo impide y si la autoridad competente lo permite, te dejaré aquí cada día jugosos bocadillos de palabras con salsas diversas, alimentos light, bebidas energéticas que nos ayuden en esta travesía que a veces se llena de galernas y tempestades. Hoy es sábado y todo sonríe. Te doy un beso agradecido.

Pedro M. Martínez dijo...

Coplera Marguita gracias por tu despedida y por esta bienvenida de Quintero, León y Quiroga (por lo menos). Los amigos debemos estar juntos aquí o allí, ya se sabe. Por cierto, a tu vera se tiene que estar muy, pero que muy bien. Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

desde la maquinica la espuma, sí señora, es una imagen potente. Recuerdo la espuma de la playa de Laga y a los dos cuerpos en ella (uno era el mío). No hace tanto tiempo. ¿Seguirá aquella espuma?¿Y el otro cuerpo? (por cierto, el mío sigue, helo aquí)
Gracias por tu conexión. Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Isabel Romana creo que estoy más amarrado que lo que me gustaría. Y no solo a este blog. Además me compro yo las cuerdas, gruesas sogas de lo conocido, cordeles de la rutina, hilos invisibles...Por eso necesito salir a caminar solo.
Y es que ¿de dónde sacaremos estas historias?
Saludos cordialísimos, escritora.

Pedro M. Martínez dijo...

ventana. En uno me miro (para afeitarme sobre todo) y por la otra miro. Es igual tres años o treinta, siempre he procurado dejarme allí donde estoy. Soy lo que hago.
Y, ya ves, es sábado, tengo unas intensas ganas de pasar un día muy feliz. Allá voy.
Gracias, chaval, un abrazo.

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