Eso8
Erik Henningsen
Basta, pongamos en orden los misterios. No ocurre aquí nada extraordinario si descartamos que la improbable poiesis contenida encierra un latido, un pacto con las palabras desde el cuarto de atrás, hablo para ser, y viceversa, ella está ahí, leyendo, la escucho cuando se acerca con sus zapatillas de gato y Tobías a su lado. Clavo clavos de oro en la caja que encierra los rosarios, el cuaderno de sumas y restas, el fragmento de una noche, la imposibilidad de reinventar la magia de la mirada que convertía un sueño en la historia más bella después del diluvio de luz, cuando se abrieron las esclusas lunares y su cuerpo pudoroso se bañó al borde del pozo que nos tragó para siempre. El mármol del silencio sella la oscuridad donde yacen los recuerdos//


2 comments :
Los recuerdos están guardados en el bloque frío del mármol, allí están en el silencio del arte, en el equilibrio geológico de bloque de piedra. El latido espera la caricia neoplatónica.
Salud.
Francesc Cornadó , exacto, debe ser la madurez extrema, pasar del “eso no me lo dice usted en la calle” al “pues sí señor, ahí, ahí “ , que también va aparejado lo del deterioro físico, día a día, que cuando no te duele una rodilla te duele el alma, que no hay nada que hacer, recuerdo que hace poco leí una entrevista a un señor que estaba muy malito, pobre, decía “cada mañana, cuando me despierto, doy gracias a Dios por seguir vivo”, claro, visto así me apunto, no sé a quién o a qué dan gracias los ateos, los descreídos, los que ya no confían ni en su padre, me borré de esa lista, hay que creer en algo, en alguien me resulta más difícil visto lo visto, pues eso, que seguimos, p’alante.
Tu comentario, que agradezco profundamente, magnífico como siempre. Un lujo que vengas por aquí.
Salud ( que falta nos hará)
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