Un punto de partida (yo me entiendo)

viernes, 31 de octubre de 2025

Possession

Possession (1981) dir. Andrzej Zulawski

Trato de sobornarme los sentidos con luz, con música, con palabras que no entiendo. No basta.

Todo es vulgar materia entre los dedos, mañana arrasada, quema el mediodía,  noches tan largas, un funámbulo hace gritar a los mirones, un hombre escucha voces, ese otro dibuja con sus dedos el vacío del mundo, el hueco entre tanto y nada. Una mujer delgada vive en la melancolía.

El resto ahí, tan pacienzudos, esperando.

Queda irse a pasear por el filo del olvido.

Agur.

jueves, 30 de octubre de 2025

Pinito del Oro

 




Lector es el que lee, escritor es el que escribe, la existencia la marca un reloj desenfrenado. Un día cualquiera, para cuando te quieres dar cuenta, estás subido en un trapecio de colores, cabeza abajo, emulando a Pinito del Oro, un suponer. 

Un resbalón puede ser fatal. 

Y te caes, claro. 

Ploff.

miércoles, 29 de octubre de 2025

Después del tiempo normal

 

Gerta Pohorylle (Gerda Taro)

El muerto estaba en un cruce de caminos; no llevaba uniforme; tenía la cabeza destrozada; su sangre se había secado en el polvo. Nuestro perro ladraba y corría arriba y abajo por el prado. Juan lloraba y Susana nos abrazó. Me gustaba el olor de Susana, tenía unos pocos años más que nosotros y su cara era como la de una virgen de misal.

Para alejarnos de la ciudad, nuestra madre nos llevó al caserío del abuelo y nos dejó al cargo de los guardeses. Apartándonos de las calles pretendía ponernos a salvo de los saqueos, de la violencia y de la brutalidad de la guerra en la capital.

Nuestra habitación estaba sobre el establo. En una esquina, por un agujero entre las maderas del suelo podíamos ver las vacas, los bueyes, resignados, casi inmóviles, a veces mugían y nos despertaban. También nos despertaba el canto del búho, los chillidos de los cerdos y los pasos en el altillo. Hacía frío y hasta la incómoda y ruidosa cama de muelles nos llegaba el fuerte olor de los animales. Juan añoraba a mamá y no entendía por qué nos habían dejado solos. De nuestro padre no hablábamos nunca. Los asalariados nos ignoraban: el hombre pasaba el día en el monte; la mujer, siempre seria, tosía entre el alboroto de las gallinas; era su hija Susana la que nos cuidaba y preparaba la comida, la acompañábamos cuando llevaba a pastar a las vacas.

Los días eran largos y aburridos. Nos daba miedo el bosque, la oscuridad, el graznido de los aguiluchos, los conejos, el gallo grande, bajar al prado junto al arroyo, el barbudo vecino de la casona en la hondonada y las sombras de los árboles detrás del granero. Sobre todo temíamos al hombre que venía a veces a cortar leña; procurábamos no tener ninguna relación con él, un individuo mal encarado que una mañana me riñó porque me había subido a un manzano, blasfemaba y dijo no sé qué sobre los niños ricos.

El grupo de hombres armados caminaba hacia la cantera, gritaban. Susana nos escondió detrás de unas zarzas y allí estuvimos tumbados mucho tiempo, con la cara entre la hierba, atemorizados. Entre temblores, sentí algo especial con la mano de ella en mi cabeza.

Sentados junto a la fuente, mientras los animales abrevaban, vimos pasar varios aviones en dirección norte. Susana no sabía lo que era el norte y se lo expliqué. A cambio ella nos habló de cómo orientarse en la oscuridad siguiendo las estrellas. Esa noche, asomados a la ventana, a lo lejos, desde detrás de las montañas nos llegó el resplandor de los bombardeos sobre nuestra ciudad. Nos dormimos muy alterados.

De madrugada me despertaron unos sonidos que no podía reconocer. Me tumbé junto a la pared y por el agujero del suelo miré entre las maderas. En la oscuridad, sobre un montón de paja seca y hierba cortada, distinguí unas piernas blancas, abiertas, desnudas. Después pude escuchar unas palabras groseras del leñador mientras se acercaba y pude ver sus nalgas moviéndose arriba y abajo sobre los gemidos y las risas nerviosas de ella; el hombre, al cabo de un rato, soltó una imprecación y quedó quieto sobre Susana que miraba al techo con ojos tristes. Estoy seguro que ella pudo verme.

A la mañana dije que me encontraba mal y me quedé en la habitación, no subí a los pastos. Desde entonces los días fueron aún más largos y más tristes. No volví a hablar con Susana. El sábado siguiente, nuestra madre vino a buscarnos y un tren lento nos llevó hasta Barcelona, donde vivían los abuelos.

Han pasado tantos años y aún recuerdo aquella madrugada y la mirada de Susana cruzándose con la mía.

Y además perdimos la guerra.

martes, 28 de octubre de 2025

Qué se habrá creído.

 



Señoras y señores, pues eso, lo único que está claro es que aquí (aquí mismo) somos muchos, que dedicamos tiempo, ilusión, esfuerzo, que nos copiamos y pegamos pedazos de la mente y el corazón, desde ilusiones y recuerdos hasta traumas y decepciones, incluso imaginación, noticias, mentiras, música a veces, la que nos gusta y la que gusta a otros.

Tampoco es para echar las campanas al vuelo, no vienen feligreses, cada uno en su propia iglesia, a nadie le importa nada más que lo suyo.

No hay Mesías, eso es lo bueno, esta es la absoluta igualdad, la misma talla, los mismos derechos, agrupémonos todos, esta es una democracia perfecta, todos pensamos, todos sentimos, todos somos guapos y anónimos, no hay edades (ya, no te lo crees ni tú),   

Qué se habrá creído.

lunes, 27 de octubre de 2025

Tarea semanal

The kitchen, 
Henri Matisse
 
 

Desde hoy, a las once y veinte minutos de la mañana del lunes, quiero ser intrascendente, soportarme, absolverme, darme la paz, mirarme. Defenderme de la miseria, comprar mentiras en el mercado negro, vestir de blanco. Cerrar los ojos, perderme en lo nimio, aliarme con el sol, borrar el aguacero. Soplar los fragmentos solitarios del recuerdo, representar la vida, su certeza. Escoger una ruta el martes, equivocarme, salir de noche, como un prófugo, fugitivo de mí mismo. Ahondar en el misterio del azar, masticar el error, mirarme de frente, sonreír Llegar al límite tardío, involuntario, inmóvil, como un pez no solidario. Someter el dolor de la añoranza, su consistente aroma oscuro, olerlo. Entrar al laberinto del miércoles, seguir hasta el final del pasillo de la víspera del jueves, hasta el cuerpo desnudo tendido en el lado luminoso del amor del viernes. Soltar al miserable maniatado que solloza en la isla. Acumular innominadas reivindicaciones, gestos huecos y una mirada de perro tras los cristales del sábado. Después el domingo. Casi nada.

domingo, 26 de octubre de 2025

Helena o el mar del verano

 


Publicada en 1952, Helena o el mar del verano, la única novela escrita por Julián Ayesta, es una rara delicia que sorprende por su lirismo, rozando la candidez a veces y el atrevimiento otras. Me ha gustado en su aparente sencillez, en lo delicado de su prosa y en la inocencia, o no tanto, del protagonista. Un descubrimiento recomendable.


https://masdearte.com/fuera-de-menu/nuestros-libros-helena-o-el-mar-del-verano-juliian-ayesta/



Te estoy grabando

 



¿Qué quiere decir esto que digo/dije/diré?, pues yo qué sé, dije y digo y varios días después lo entiendo. Curioso. Es así. Suerte y desgracia. Transitar por lugares llenos de símbolos y recuerdos, llevar de la mano el afán y una llave. La inspiración es un caballo que a veces corre por otras praderas. Se lo dije a no sé quién, esto no es lo que quiero escribir/decir/compartir, pero las palabras/ideas/sentimientos han saltado por una ventana y temo estrellarme con ellas en el silencio negro de la noche, el olvido y objetos en espera del próximo dueño. «El silencio es retórica de amantes», escribió Calderón, pero los amantes se han jubilado y pasean por playas diferentes y apenas hay obras públicas que dirigir desde detrás de la valla, mirando el trabajo ajeno. Olé.

sábado, 25 de octubre de 2025

El ahora

 

by Richard Nadler

 

Cuando tenía un luego apenas reparaba en el ahora, todo era puro disfrute del salto, del escorzo, la caída sobre dulces hojas amarillas. Imperceptible vino el atardecer y como una revelación que apartaba nubes apareció, susurrando, la realidad vestida con ropajes oscuros. Ven, dijo. Fui. Tiempo después la realidad se desnudó enseñándome que el ahora no tiene demora. Con diligencia me aplico a no hacer nada o quizás eso es todo.

viernes, 24 de octubre de 2025

Memez

Katrin Koenning

Lo decía Emerson: "Emplea el lenguaje que quieras y nunca podrás expresar sino lo que eres". Quiero decir que da igual estar aquí desde hace quince años o desde ayer, al paso lento, al trote o al galope desenfrenado. Dejar textos oscuros,  emocionantes o preñados de irresponsable sensiblería. El meollo está en las expectativas, en el deseo, en la ambición, en la presunción de inocencia, en la desesperación del escritor por decir, en la alternancia entre subastero y gilí. El único personaje es el que lee, el que esconde los valores, el propósito de esto, el que busca redención o ternura, el que enreda su trama para que el conjunto de palabras no le parezca tan insulso, lineal, o sea una memez…

jueves, 23 de octubre de 2025

Max Grunfeld

 

Max Grunfeld

Sale un hombre de lo opaco y grita airado “Die Grenzen meiner Sprache bedeuten die Grenzen meiner Welt” (1) Habrá un tiempo en el que estas cosas me impresionarán. Mañana. Hoy me dedico a temas sin temas, al quizás de este no que musito. O sea que estoy cansado, que´s mucho tiempo, que ya no sé cómo decir lo que ya he dicho/sentido/sentiré. Aun así, tú ves, voy y vengo por textos que no sé cómo me invento con eso de la inercia y el deseo de desear. Y las ganas. Hoy tengo ganas de ti, que cantaba no sé quién, pues no, que las ganas se están mudando a territorios indefinidos en los que solo hay agua y amaneceres, silencio y gaviotas a lo lejos, a ras de la superficie oscura de la Ría (en la qué, por cierto, se reflejan las nubes negras de la borrasca de turno). El fin de mi tierra.

(Los límites de mi lenguaje representan los límites de mi mundo), que escribió en 1922 el filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein en su Tractatus lógico-philosophicus 5.6.)

miércoles, 22 de octubre de 2025

A partes iguales

William Morris Agency

En principio está el paisaje con árboles y el vacío, lo que no hay, elogio a la ausencia, águilas o música, hombres junto a la hoguera. 

En lo que hay y no se ve, detrás, una mujer  camina por un sendero (por cierto, en la mano derecha sujeta el extremo de un ronzal, el otro extremo pasa alrededor del cuello de un toro negro). 

Todo esto es folclórico, simbólico y onírico, a partes iguales.

martes, 21 de octubre de 2025

La mañana

 


Norman Rockwell, Easter Morning, 1959.


No sé si este oficio de vivir da para algo más que para el fugaz avistamiento del taller donde. Borroso, está borroso, el futuro es un hilo perlado de rocío temblando en un amanecer incierto. 
Pero amanece. 
Hoy.

 No le entiendo.

Llegó un momento en el que supimos que no había nada que entender, que las reglas de juego eran falsas, que las rayas amarillas del campo se pintaban cada mañana.
When a wake up in the morning que cantaban no sé quién, muchos, una imagen recurrente, encarar la/el mañana.

No me he levantado aún.

lunes, 20 de octubre de 2025

Parker está vivo

Cafe de Paris (Serie), Paris, France, 1935. Kati Horna
 


Parker ha muerto muchas veces, por muchas mujeres. Creía que esta vez, ayer, - ¿o fue mañana?- también iba a morir. Pero no. Jamás ha amado a nadie como a esa ingrata. Pero no muere. Algo ocurre ¿Qué es esa desmemoria? Se ha asomado al abismo y no estaba.

No estaba.

Eso que la disecea no le impide, aún, escuchar el latido puntual del deseo, a veces como un torrente, a veces como un zumbido de insecto en sus oídos torpes, cansados pero atentos.

Este Parker no espabila ni a tiros, debe ser que está vivo.

domingo, 19 de octubre de 2025

Vuelva usted mañana

The Sun, Flemish Tarot, 18thC, Brussels


Sin descanso,  pasa el tiempo en busca de la retórica que defina el vacío, el bostezo, refrenar el instinto de contarlo todo de golpe, la semana que viene ya veremos.  No, no lo vemos así, esto va día a día, goteando, administrando la voz.

Hay una certeza, la rutina mata la emoción, en lo cotidiano se pierden los temblores, todo ya es esta absurda amalgama de palabras, es igual corazón, hígado o lo testicular, nada es nadie y yo qué sé.

Pero vuelva usted mañana (por favor).  

sábado, 18 de octubre de 2025

Federico Falco




"Estar con otro es difícil. Estar con otro es un trabajo, un esfuerzo. Entender, o tratar de entender. Lo que uno piensa que uno es. Lo que el otro cree que uno es. Los deseos y las ganas propias. Los deseos del otro. Las ganas del otro. El trabajo del otro y el trabajo de uno. El trabajo en equipo: el trabajo, la pareja, la amistad, la vecindad. Desgaste, malentendidos, entredichos. Lo que no se ve, lo que no se escucha, lo que no se quiere ver, lo que es tan terriblemente doloroso que uno prefiere no saber".

—Federico Falco, Los llanos

En el atril


 Photo de Jean Moral Paris 1930


He asesinado al poeta, al boxeador, al sinsorgo, al místico que nunca fue.

Los amores que dictaron discursos se han borrado del facistol de la sacristía.

Me duermo en el atril.

Eso.

Ya.

viernes, 17 de octubre de 2025

Llegar al puente

Sabine Weiss Mariage gitan Tarascon 1953


En este otoño discontinuo, en este jueves que brota a destiempo en una semana de dolores, sorpresas, cambios, fin de privilegios, de mensajes ocultos en el revés de la mano, de llamadas, voces de otros tiempos, demasiado para el destierro, para la fiebre, para los susurros en el pasillo, la camisa abierta enseñando la herida, la vida arrasada por el accidente, el esfuerzo del cuerpo, tan frágil, ahí abajo los esbeltos árboles del parque, con gorriones, bajo los bancos verdes gatos que alguien ha abandonado, el desarraigo, sin alimentos para las bocas diminutas que se dibujan en el aire como en un cuadro de Brueghel. Debemos llegar al puente pero ¿cómo? 

jueves, 16 de octubre de 2025

Pueden ser querubines.

 

William-Adolphe_Bouguereau_(1825-1905)_-_Song_of_the_Angels_(1881)

La vida soñada de los ángeles es un balancín rojo donde se mece a un lado la realidad, que es una señora delgada, desmemoriada, incómoda, absurdamente sentada en lo alto de los días, al otro lado  su pareja, el grueso señor de la mentira en tres dimensiones que mira sin ver.

Esas cosas raras de los querubines.


miércoles, 15 de octubre de 2025

Y ya.

 

Mario Lasalandra

... Entendí que soy un estúpido, por mucho que grite desde el mirador nunca vuelve el pasado, los nombres están ocultos bajo las hojas secas de tanto tiempo. La nostalgia es un artilugio absurdo. No hay una manivela que retrase los años. Por muchos espejos que rompa esa cara es la mía y ya... 

martes, 14 de octubre de 2025

Caminante

Mario Carbone

 …Las estrellas caían a mis pies y marcaban el camino de la huida. Bajo la lengua sentí el sabor de la incoherencia,  salté intentando sortear esto que digo aunque no sé siquiera qué quiero decir, si quiero decir algo o solo juego a juntar palabras que liberen la angustia  del pecho por no saber dónde está la línea, dónde empieza el territorio de lo prohibido o si solo he sido un ingenuo caminante del desierto de voces sin roces...

lunes, 13 de octubre de 2025

Fue el destino

 

Wallace G. Levison


…guardé en el cuenco de la mano la luz de la espuma en aquella playa vasca. Volvieron las olas que anegaron  la arena hasta que olvidé al torturador de mi conciencia. Volaron las gaviotas. Fue el destino…

domingo, 12 de octubre de 2025

Nieve en otoño

Ph. Michael Thompson  Allure, December 1994

…Vino el insomnio, el reconocimiento de la deuda con la palabra previa, el idilio, las espinas del ramo de rosas, la tarjeta con dos palabras, sin firma, la tentación en el misterio, no en el diálogo, la puerta entreabierta a la isla, la temprana nieve en otoño. Me duele recordarlo…

sábado, 11 de octubre de 2025

Sol/lluvia.

 

Plaza Mayor, Madrid, 1964

…En aquel momento era un animal herido por el deseo, prisionero en la ciudad de octubre, aullando bajo su ventana indiferente mientras esperaba, agobiado por el  sol/lluvia, sol/lluvia,  al salir sus caderas bailaban al caminar como en la escena final de una película italiana en blanco y negro. Seguí sus pasos…

viernes, 10 de octubre de 2025

No para toda la vida.



 ...Nos gustábamos, quizás no para la eternidad pero sí para aquella noche de luna llena, la piel desnuda, pequeños animales haciendo ruidos fuera, pájaros que alborotaban en la arboleda, la bisagra del sueño chirriando, la atracción de la carne, es decir sexo.

Eso...

jueves, 9 de octubre de 2025

Torre

 

 Torre Iberdrola-Jesús Carbajo

 

Palacio de Euskalduna. Con el nudo de la corbata bien derecho presentar la identificación con su código de barras a la sonrisa de las azafatas. Bluup. Hablan las autoridades, tan serios, tan cercanos en su ausencia. La importancia de las personas en el rendimiento de la compañía y la dama se mueve en su elemento por el escenario rubio o quizás ella es rubia y el fotógrafo es amigo y no para de -click, click- inmortalizar nuestra presencia en tan magno acto. Invertir en formación es apostar por aumentar la rentabilidad: equipos mejor formados, equipos más productivos y los primeros bostezos empiezan aquí y allí, de la fila veinte a las del fondo. Digitalizarse o morir. Nadie quiere digitalizarse, ni siquiera afiliarse a un sindicato en esta mañana tan fría, tan temprano, tan azul en la que el Rey llegará en helicóptero para inaugurar el acto, este, justo al lado de la torre que costó 200 millones de euros, un símbolo de poderío y justo entonces aparece el elefante, vuela en círculos sobre mi coronilla. No es el típico elefante blando de dibujos animados, no, es un paquidermo fiero, de largos colmillos y orejas pequeñas, barrita con energía aunque los espectadores de alrededor parece no darse cuenta. Todos hablan de la nube, pero esta vez la nube te hablará de cómo potenciar tu negocio y el enorme bicho se ha sentado a mi lado, ocupa varios asientos, espachurra a los vecinos y hablamos de las nanas desgarradoras que dejo aquí y que nadie escucha. Normal, es lo que tiene la nube, estar en la nube, creer que dejar un texto cualquiera en esta esquina puede significar otra cosa que mi absurda terapia ya que reinventarse es la clave de cualquier negocio: nuevos tiempos, nuevas soluciones. Es tan iluso como cierto que mañana también estaré*, excepto muerte súbita, virus informático o exceso de inflamación de glándulas, que los bostezos se generalizan y la presunta reunión para Pymes es en realidad una concentración de personajes que quieren vender a Pymes y el elefante acaba de enroscar su trompa alrededor del alcalde con su traje gris que se coloca derecha, bien,  la boina no vaya a salir borroso en las fotos de mi amigo antes músico de rock y ahora fotógrafo que hay que comer, señores, que la vida es dura, señoras, la comunicación, tu mejor aliado, para vender más, multiplicando el beneficio de tu compañía que la cuestión aquí y en Pekín es que todos venden y nadie compra, que todos escribimos y nadie lee, que para una cosa se necesita carnet, ni siquiera producto y para la otra se necesita tiempo y gusto y vista y olfato como el proboscidio que defeca abundantemente sobre las fuerzas vivas y estas no se enteran, acostumbradas al insulto a ellas mismas, a sus santas madres y a su descendencia, que el animal (perdón) no repara en respetos a urnas y democracias orgánicas, que sus propios órganos se revelan y quizás tomar las decisiones acertadas en el momento oportuno, clave del éxito empresarial y a estas alturas de las intervenciones solo sabemos que la vida es breve y que con la oscuridad de la sala aproximadamente el 83,78% de los asistentes se ha dormido y cada uno sueña en sus cosas, que suelen ser las mismas, que ya me he acomodado junto a la curva marfileña del coloso gris y le cuento lo de María (no la virgen, no, la morenita que os dije) y de pronto se encienden las luces, muchas gracias por su asistencia  y es hora de ir a comer. Me monto en el elefante y salgo con dificultad por las puertas acristaladas, el Rey ya habrá cortado la cinta, imagino.

miércoles, 8 de octubre de 2025

No es solo un número

 

Werner Bischof.  Floods in East Hungary, 1945

No llueve demasiado pero escribo en blanco y negro.

Busco color en el 322.

No tanto para ser entendido en la individualidad sino para cumplir una obligación, preguntarme por el sentido de este espacio, impedir la peligrosa tendencia a lo hueco.

No hay censura, de momento.

Tampoco hay tiempo para experimentos, otros lenguajes, estilos pasados de moda aunque a muchos les parezcan nuevos, innovar con asociación libre de ideas, músicas, imágenes oscuras o verdes, trucos de prestidigitador aficionado.

Al final solo hay trabajo, evitar la incomunicación, buscar un personaje, Parker, Pedro o nadie, decir, pintar el absurdo de la existencia, el absurdo de querer recordarlo cada día.

Me baño en el sentido de la vida y recuerdo cuando me ahogaba, no hace tanto.

Ahí fuera llueve, no demasiado.

Busco color en el 322.

No es trabajoso, la música viene sola, la comparto.

Agradezco tanto las visitas a media tarde, silenciosas, inconstantes, amables, amistosas.

Solo deseo no perder el estímulo, alimentar la hoguera, que la rutina no me haga olvidar nada.

Cada día la cifra me informa.

Ayer 322.

Nunca la mirada es sobrepasada por la cifra.

322.

A veces dejo de pensar, nunca de sentir.



 

martes, 7 de octubre de 2025

No tiene importancia.

 

Richard Nadler1

Escribir puede ser una manera de aunque preferiría. Sobre todo por. No obstante continuar es vencer a, incluso a uno mismo. O perder. Al final  pas d'importance.

lunes, 6 de octubre de 2025

Que así sea.

 

Sir Lawrence Alma-Tadema


Arrancando la piedra herida por el rayo, impío, comienzo a golpearme el corazón, dudando entre saltar a un hoyo, al volcán, o romper la lira de Anfión para que cada frase sea una selva, cada palabra una bestia rabiosa, cada perfume rancio un motivo de desprecio y aun así, purgándome la bilis en su otoño, solazándome en mi canto en elodio, para ella, sin requerir sus alabanzas, ni el aplauso del coro de labradores, ni la aprobación de los invisibles pero ruidosos coturnos del anfiteatro, alborotando la esperanza de escuchar las flautas, el ladrido de los perros, ver las golondrinas del verano, las frutas con que adorna su cabeza, llena de rencores, de cólera, de maquinaciones en el muelle mientras espera mi regreso sin saber que no vuelve aquel que no se ha ido, ignorando que hasta las estatuas de bronce conocen su virtud perdida, mi odio insensato y el desprecio que esgrimo como abubillas que pican su rostro, como lobos furiosos acosándola en el bosque en el que perdimos la esperanza de mañana, la mirada oscura entre las viñas, la piedad de acuchillarla por la espalda para no ver sus ojos, nunca más, sus ojos de nieve, codiciosos, mirando ahora las olas y el tiburón que gira, el gesto de olvidar, bajo las aguas, la traición, el fango de su nombre odiado mientras me alimento de achicoria y uvas, vago entre los hombres escépticos, me abraso en el incendio de no vivir entre sus brazos de leche y tortura, orino en la tierra de su recuerdo y lanzo a todos los vientos las cenizas de nuestro amor arrasado.

Maldigo su nombre, una vez más. Que así sea.

domingo, 5 de octubre de 2025

No entiendo.

Piero di Cosimo 

En la dulce, y no por eso menos dolorosa, transición entre sentimiento idealizado, enquistado y el descubrimiento del ser humano pasó un tiempo de amistad, confidencias, risas y algún leve desencuentro.

Un tiempo hermoso, un bello ejercicio para descifrar que lo real era muchísimo mejor que lo soñado.

Hay días que no te entiendo nada.

Ni yo. 

sábado, 4 de octubre de 2025

Mismamente.

 




Una verdad incompleta es una mentira.

Contar N y omitir el resto del alfabeto es tendencioso (me aplico el cuento).

La historia no se escribe en los telediarios, ni siquiera en la batalla, se escribe después.

No veo televisión, no leo periódicos, mienten.

El pesebre.

Los intelectuales.

Cuáles.

Los tres monos, no ver, no escuchar, no hablar. Hablo luego existo, las hadas no existen pero las brujas sí, ir por lana y salir trasquilado, qué engaño.

Hay días que no.

Érase una vez un círculo cuadrado en su mismidad, un perro que hablaba inglés, en la intimidad, la certeza de la finitud, es decir que te mueres.

No.

Sí.

viernes, 3 de octubre de 2025

Insomnio.


Ella Kruglyanskaya, Lemondrama (big) (detail), 2025. Mit freundlicher genehmigung von Contemporary Fine Arts


 (piloto rojo, la cámara tres efectúa un travelling en el cerebro del protagonista)


…Llevo varios días que no puedo dormir por las noches.

Doy vueltas por la casa, sin saber qué hacer. Estoy enfadado conmigo mismo. Vivo solo, no puedo discutir con nadie, a veces me miro al espejo y me insulto. Es igual, tampoco duermo. Añoro las discusiones, las broncas con Mari.

Me distraigo con películas antiguas. Anoche vi seguidas Cabaret y Barry Lindon, me parecieron muy pesadas, un rollazo. Recuerdo que cuando las vi por  primera vez, hace años, me gustaron mucho. No sé si he cambiado de gustos o que envejecen mal. Yo también envejezco mal, parezco mi padre, o mi abuelo, estoy engordando, la barba de varios días no me sienta bien, me da pereza afeitarme, ¿para qué?, ¿para quién?  Me dedico a pasear por las habitaciones, el pasillo, me asomo al balcón, llamo por teléfono a Mari a las cuatro de la madrugada y cuelgo.

Ya ni siquiera me importa lo del trabajo, no trabajar.
En algún momento se me acabará el dinero, bah, me es igual.
Me gustaría saber escribir para decirle cuatro cosas a Mari, algo que le duela, algo que le haga sufrir, pensar en mí, que sepa cómo estoy.

Está lo de la bebida, soy un sibarita. Al principio de este insomnio me preparaba unos Negroni fabulosos, también unos Blue Moon. He llegado a beberme tres de cada y media botella de Rioja. Ahora tomo ginebra o whisky a morro, sin vaso. Me sienta mal, lo sé, que se joda Mari, que le den por el culo a Mari.

Me duele el estómago, mucho, y creo que tengo varices o algo así, en las piernas, con venas abultadas, los pies fríos, quizás por eso no duermo. Joder, estoy hecho una piltrafa, el más guapo del barrio y mira cómo me he quedado, que fui campeón de España de 200 metros mariposa y ahora jadeo como un perro viejo. Será de fumar, que no había fumado nunca y ahora no paro, huele toda la casa a humazo que tira de espaldas. Una joya, soy una joyita de hombre, esto es lo que ha conseguido esta cabrona de Mari, la madre que la parió. 

Voy a ver esta de “Centauros del desierto” que leí en un Fotogramas antiguo que está bien. Me las grababan mis amigos, ¿mis amigos?, otros cabrones que se han puesto de su parte, unos hijos de puta, vaya amigos de los huevos, se ponen de parte de Mari,  manda narices, que les den, que les den mucho, con lo que he hecho por ellos, con lo que he hecho por todos, cabrones, cabrones y Mari la peor...

(Fundido en negro sobre el monólogo y la cámara interior se desplaza a otros escenarios)

jueves, 2 de octubre de 2025

Leve historia (4 y final)



Sigo con la dieta de ensalada de quesos y lechuga, con la meticulosa medicación y la felicidad fue apenas un reflejo entre la oscuridad de las botellas y el frío, de la lluvia y una puerta siempre cerrada. El mar endurecido, inmenso, sin olas, como el cuadro de un pintor alucinado. Estoy sentado en un charco y es fría la nostalgia como la cuerda en mi garganta. 


¿Cómo se encuentra hoy? 
Mal.
¿Qué piensa hacer?
Escribir.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Leve historia (3)



Fueron varias semanas de citas clandestinas. En cada encuentro  la relación de nuestros cuerpos  era más atrevida, más extrema. Un día le sugerí que esperase en la habitación a oscuras, vestida solo con unos zapatos negros de largo tacón. Quizás lo había visto en alguna película. En un rincón se consumía una vela olorosa, las sombras flotaban en su rostro como un pájaro de vuelo desmedido. Fue un momento, me sentí como un animal que aúlla, creo que mordí su cuello delicado, que arañé su blanca espalda. Al terminar me dijo que ese era el último día. Me fui arrastrando los pies, sin mirar atrás, en silencio.


La esperanza plegó sus alas y nadé entre los lirios, los insectos y mi terapeuta, jadeé boca arriba en camas ajenas  y perdí la noción de la ida o la vuelta. La luna me miraba, perfumaba las noches disfrazadas. Untaba miel en las articulaciones y mi casa, mi vida quedó suspendida en una espera sentada en el cruce de caminos, los raíles mohosos, la estación clausurada.

¿Sueña con serpientes?
Sí.
¿Volvió alguna vez?
No.

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