lunes, 19 de septiembre de 2011

Leslie Howard y Guadalupe.


Leslie Howard (1893-1943) fue un actor inglés de cine y teatro. Quizás le conozcas solo por su interpretación más popular, el papel de Ashley Wilkes en  Lo que el viento se llevó, pero tuvo una larga carrera como intérprete. Le recuerdo además en La Pimpinela Escarlata o Pigmalión. No fue en absoluto mi artista preferido, me parecía blando, con papeles que no me gustaban. Sin más. 

El  1 de junio de 1943, Derek Partridge, entonces un niño de siete años, tuvo que ceder su asiento a Leslie Howard en un avión de pasajeros que debía realizar el viaje desde Lisboa hasta Bristol (Inglaterra). El avión fue derribado por la Luftwaffe y todos los ocupantes perecieron.

Esto es lo que sabía de Leslie Howard.

Guadalupe es una mujer bellísima por fuera y por dentro, una joya, un ser humano que abre su corazón y lo comparte, que tiene una sensibilidad tal que seguro que disfruta mucho de la vida (por lo mismo seguro que también sufre). Es un privilegio ser amigo de Guadalupe, es cálida, alegre, amable, sincera, lista, tiene una risa que le sale del alma. Amo a Guadalupe, ¡guapa!

El 15 de agosto de 2011, Guadalupe tuvo la gentileza, la amabilidad, la generosidad de enseñarnos sus paisajes, sus gentes, sus recuerdos. Como también es buena conductora nos llevó por carreteras tortuosas entre árboles, por bosques, montes, al lado de playas, siempre rodeados de verdor, por las muchas maravillas de Coruña. Subiendo  a una montaña nos sorprendió una intensa niebla. Iba en el asiento de atrás y apenas me atrevía a decir alguna broma nerviosa ya que a los lados de la carretera se abría el abismo, ay. ¿Dónde nos lleva esta mujer? –pensé. Seguimos así varios kilómetros hasta que de pronto, como por un milagro, se abrió el más esplendoroso cielo azul y vimos la maravilla de los acantilados de A Capelada, los más altos de Europa. Sin palabras, vayan y vean.

Como niños disfrutamos del momento, el mar al fondo, brillando, el cielo limpísimo, nosotros alegres, emocionados, riendo.

Caminando, buscando dónde sacarnos una foto lo descubrí.  Una brillante placa dedicada al recuerdo de Leslie Howard y  sus 16 compañeros de vuelo. Justo allí, en esa zona de  Herbeira el Ibis en el que viajaba fue derribado por varios Junkers alemanes. Los nazis creían que, o bien el primer ministro británico, Winston Churchill, iba en el vuelo, o bien formaban parte del pasaje varios espías británicos. El avión cayó al mar en esa zona de A Capelada.  


Ya, esto quería contar hoy, domingo.



Si quieren saber qué es una Mirada de agua, vayan aquí.





La Sierra de A Capelada.

Este conjunto montañoso cae al mar en forma de pronunciados acantilados que dan lugar a uno de los parajes costeros más bellos y espectaculares de la costa española. Destaca el mirador de Vixía Herbeira por ser uno de los más altos de Europa.

Nos hemos quedado con la postal típica del puerto de Cedeira. La entrada o salida de los barcos, especialmente llamativos por su colorido y configuración, nos invitan a navegar la ría para obtener una visión distinta de este municipio marinero y veraniego.

Desde la desembocadura del río Mestas, que es espacio natural protegido, hasta que divisamos el faro que nos indica el océano, hay paisajes increíbles por descubrir. Pero más fácil y asequible es contemplar el mar desde los miradores de tierra. Elegimos en primer lugar la capilla que la devoción marinera dedicó a San Antonio para que, desde este incomparable mirador atlántico, se mirase en espejo azul de la inmensidad oceánica. Nosotros vemos desde aquí como navegan los barcos y como buscan la calma de la ría para el descanso de la faena. Y también unas ribeiras de acantilados batidos por el agua que limpia las mareas.

Desde el San Antonio hemos de ascender hasta la gran sierra de A Capelada, donde descubriremos mil formas de vida. Porque este es uno de los lugares más emblemáticos de Galicia, coronado actualmente por los molinos de la energía eólica, entre los que vagan los caballos libres, confundidos por la modernidad.

A Capelada es, sobre todo, el paisaje infinito. Por un lado, el acantilado mas alto de Europa, que se alcanza mejor desde el lugar conocido como la Garita de Herveira, que marca los límites municipales de Cedeira y Cariño. Cerca de aquí se aprecian Os Aguillóns, el Cabo Ortegal, el lugar donde se funden los dos mares de Galicia, el Atlántico y el Cantábrico.

Hay otro lugar de A Capelada desde donde se aprecia el perfil de los pequeños pueblos que confunden el paisaje marino y el telón de fondo de la Ría.
Y también otros miradores con mas planos atlánticos, con misterio y leyenda de fondo. La leyenda dice que la barca del Apóstol San Andrés llegó a este lugar con sus restos, quedando convertida en piedra. En su honor se erigió un santuario que sería tan visitado como el sepulcro del Apóstol Santiago en Compostela, ya que aquí viene de muerto quien no lo hizo de vivo. Es la fe, la que mueve a miles de peregrinos durante todo el año, pero especialmente en el mes de septiembre, cuando se celebra la gran romería, en torno a este santuario sencillo y humilde. 



San Andrés de Teixido está ubicado en un lugar de privilegio, entre el inmenso océano y la Serra da Capelada. Aunque solo fuera por contemplar este paisaje merecería la pena venir hasta este lugar de peregrinación, cuyo componente mágico es esencial. El pueblo en sí es toda una aparición, en medio del verde de la tierra que le rodea y el azul del mar. Su arquitectura popular es diferente a la del resto de Galicia y el entorno del santuario es una autentica postal. Es un mirador atlántico de indudable valor ecológico y uno de los lugares de atracción turística más importantes de la costa norte.
Los habitantes de Teixido viven, en una buena parte, de todo cuanto rodea al santo. Especialmente de la venta de amuletos, los "santiños" , de peculiares formas y colores; y de la venta del tejo, que aquí es la hierba de enamorar. Por lo visto, basta con regalarla para despertar pasiones. 




5 comments :

mirada dijo...

Buenos días, Pedro, tesoro, muchísimas gracias por estar tan cerquita siempre, somos muy afortunados con este amor y esta felicidad duradera, ha sido una sorpresa hermosa, todavía me dura la sonrisa (esa que dices que tengo desde el alma) Eres genial, sois geniales. También me duran los rubores en las mejillas (ains...).
Hay una cosita del texto sobre Andrés de Teixido que el documentalista creo que está poco acertado, no es Tejo a herba de namorar, es Armeria, te paso un enlace de la wiki en galego http://gl.wikipedia.org/wiki/Herba_de_namorar

(a herba escóndese na roupa sen que o namorado seipa)

Viva o amor!! Moitos bicos, muchos besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Herba de namorar

A herba de namorar ou herba empreñadeira (Armeria maritima) é unha planta herbácea de folla perenne pertencente á familia Plumbaginaceae.

Descrición

A herba de namorar medra formando pequenos matos compactos duns 20 ou 30 cm, na parte superior dos cantís e ao longo da costa, ata onde chega o salitre do mar. Tamén o fai nas marismas, xuncais, e en solos xeralmente areosos.
As súas follas, estreitas e liñais, son dunha cor verde intensa. As flores, de cor branca, vermella, ou lila, únense formando capítulos rodeados de brácteas escabiosas. A súa floración ten lugar no verán, entre os meses de maio e xuño e ás veces durante o outono.
Fóra do seu habitat natural, emprégase como planta ornamental en xardíns, como tapizante de solos pobres e areosos ou para cubrir espazos entre rochas. Entre as variedades máis cultivadas destacan a Armeria maritima alba, de flores brancas, e a Armeria maritima vindictive, de flores rosa vivo.
A súa reprodución ten lugar no verán. A herba de namorar espállase por esquexes ou por división de matas a comenzos da primavera. Ás veces forma híbridos coa Armeria pubigera, sendo estes moi díficiles de distinguir.
A armeria na cultura popular
A armeria utilízase en fórmulas máxicas relacionadas co matrimonio e a fecundidade. Quizais veñan de aí os nomes populares cos que se coñece.
• A herba de namorar,/ a herba namoradeira,/ a herba de namorar,/ tráiocha na faltriqueira.

Tempero dijo...

Conocía Guadalupe N.C. hará unos tres años. Y hubo unas entradas de unos anónimos, ¡benditos anónimos! allá por el noviembre o diciembre del 2008 que decían que yo estaba por Mirada. Guadalupe me lo advirtió. Entonces yo no te conocía. Hubo cierto rifirafe. Lo recuerdo perfectamente. Y a partir de ese momento te conocí como blog y conocí a personas que te seguían. Desde entonces cambiaron mucho las cosas. Para bien.
Me alegro por todos, Pedro. Lástimas que no estuviésemos algún día más por Lugo.

Un abrazo a los dos.

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero me encanta ese concepto “estaba por”. Me trae recuerdos de mis historias para no dormir, para dormir (con), de cuando, de entonces, de aquello, de lo que no se escribe. Y sin embargo se mueve.
Guadalupe es un ser especial.
Conocernos, compartirnos en escritos nos ha hecho mejores. Al menos a mí. Leerte me ha enriquecido (y es que escribes muy bien, tío). Sí, lástima de la brevedad en Lugo. Sin embargo nos dio tiempo para tomar café, mojarnos y visitar huertos comunales.
Un abrazo para ti solo.

gaia07 dijo...

Guadalupe es una bellísima joya que se desliza entre terciopelo verde y azul.

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