Julio Cortazar - Parte VI de IX (y Rayuela)
  Capítulo 12
  A Gregorovius siempre le habían gustado las reuniones del Club, porque en  realidad eso no era en absoluto un club y respondía así a su más alto concepto  del género. Le gustaba Ronald por su anarquía, por Babs, por la forma en que se  estaban matando minuciosamente sin importárseles nada, entregados a la lectura  de Carson Mc Cullers, de Miller, de Raymond Queneau, al jazz como un modesto  ejercicio de liberación, al reconocimiento sin ambages de que los dos habían  fracasado en las artes. Le gustaba, por así decirlo, Horacio Oliveira, con el  que tenía una especie de relación persecutoria, es decir que a Gregorovius lo  exasperaba la presencia de Oliveira en el mismo momento en el que se lo  encontraba, después de haberlo estado buscando sin confesárselo, y a Horacio le  hacían gracia los misterios baratos con que Gregorovius envolvía sus orígenes y  sus modos de vida, lo divertía que Gregorovius estuviera enamorado de la Maga y  creyera que él no lo sabía, y los dos se admitían y se rechazaban en el mismo  momento, con una especie de torear ceñido que era al fin y al cabo uno de los  tantos ejercicios que justificaban las reuniones del club. Jugaban mucho a  hacerse los inteligentes, a organizar series de alusiones que desesperaban a la  Maga y ponían furiosa a Babs, les bastaba mencionar de paso cualquier cosa, como  ahora que Gregorovius pensaba que verdaderamente entre él y Horacio había una  especie de persecución desilusionada, y de inmediato uno de ellos citaba al  mastín del cielo, I fled Him , etc., y mientras la Maga los miraba con una  especie de humilde desesperación, ya el otro estaba en el volé tan alto, tan  alto que a la caza le di alcance, y acababan riéndose de ellos mismos pero ya  era tarde, porque a Horacio le daba asco ese exhibicionismo de la memoria  asociativa, y Gregorovius se sentía aludido por ese asco que ayudaba a suscitar,  y entre los dos se instalaba como un resentimiento de cómplices, y dos minutos  después reincidían, y eso, entre otras cosas, eran las sesiones del Club.


 
0 comments :
Publicar un comentario