El pretexto del texto como aproximación a lo externo.
"Todo presente está determinado por aquéllas imágenes que le son sincrónicas: todo ahora es el ahora de una determinada cognoscibilidad. En él, la verdad está cargada de tiempo hasta estallar. (Un estallar que no es otra cosa que la muerte de la intención, y por tanto coincide con el nacimiento del auténtico tiempo histórico, el tiempo de la verdad)." Theodor W. Adorno
Decía/digo que lo que aquí dejo es mi perro lazarillo, el que va primero en la reata de ciegos, ciego también el texto, tanto como el que lo escribió, tantear en la oscuridad de no saber si estamos solos o en compañía (1). Absurdo el yo me lo guiso yo me lo como, sin otros que se conviertan en Otros no se concibe el texto ni siquiera como pretexto. Dejémoslo en tímida aproximación.
Somos tantos los humanos (2) que es difícil ser/hacer algo diferente a lo que otros hacen/han hecho. Ser original, novedoso, inventar, sorprender, incluso el esfuerzo de recordar todo lo que se ha olvidado está al alcance de pocos (3). Aún así ahí vamos, dentro de una ciudad que está en un país, en un continente, en un planeta, en una constelación que a su vez está dentro/cerca/lejísimos de otras constelaciones, el universo, amigo, y tu/mi ombligo es en sí mismo un universo, ya ves.
Hay un problema con los espejos, solo se ve el reflejo de lo que está delante. Te mueves un poco hacia la derecha (4) y ya no te ves, o solo te ves una oreja, parte. No se ve lo de dentro, lo de detrás, lo interno, lo de la frente, del corazón, las intenciones, las emociones, las sensaciones, las frustraciones, las fluctuaciones de hoy arriba, mañana abajo, las circunvalaciones de aurículas y ventrículos, lo del impulso, que se te para el motor y adiós problemas, se los dejas a los que quedan. Ocurre que si no sabemos si vamos a llegar al viernes no sé para qué nos preocupamos de qué haremos el sábado. Ocurre que si no sabemos cómo somos nosotros mismos no podemos sabe cómo son los demás. Ocurre que no tengo ni puta (5) idea de nada.
Es decir que quiero contar acerca de, a propósito de, sobre, de, pero resulta que lo que hay es que no hay y para observar lo que nos rodea debemos observarnos a nosotros mismos y en mi caso me tengo muy observado por una parte y miedo me da entrar en la cara oculta de mi luna, que se pierden todos los cohetes en el mar de la tranquilidad. Debo trazar mapas de mi pensamiento, dibujar las líneas por las que he circulado, lo que ya he dicho (6), armarme de infinita paciencia y desarmarme de miedo a escribir con las tripas (7) tal y como me aconseja Teresa que de estas cosas sabe un rato y ayer Túnez, hoy Egipto, mañana Marruecos y aquí estamos mirando a la luna de Valencia. Así nos va.
(1) De otros
(2) Y me refiero solo a los que escriben en blogs. Imagínense al resto. Son/somos muchos,
(3) Escolti, cobrando ¿eh?
(4) O hacia la izquierda (mejor)
(5) Ya, podía haber omitido esta palabra, pero estoy aburrido de ser educado.
(6) Que hay cosas que las he contado de varios colores, chavales.
(7) Por no poner todo perdido más que nada.
5 comments :
Oyesss me ha fascinado esta entrada que no hubiese descrito ni resumido mejor el estado en que me encuentro.
Me gusta leerte, sabes? Hoy sentí mucha empatía con tu texto y tus pretextos;)
Besos, Pedro.
El orden de las fotografías ¿es casual?
Francis.
No sé cómo lo haces, pero me remueves(conmueves, alteras)y me haces pensar.
Cada texto es un desafío; hala maja, mírate ahora al espejo y conócete. Y sabes.. miedo me da. Tal vez me muevo hacia la izquierda para solo ver la oreja. O vete tú a saber; lo mismo me retiro definitivamente del espejo cansada de verme.
Besos guapo.
Si solo es un pretexto para aproximarte, vale el texto, siempre que lo que quieras sea externo.
Navegar por esos mapas de tu pensamiento por la cara oculta de tu luna es por lo que andamos por aquí cada día, y sin pretextos pasarnos al otro extremo, al interno.
Un abrazo
Vas a tener razón y todo...
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