Parker y Kierkegaard
Kierkegaard mantenía que la filosofía sistemática no sólo impone una falsa perspectiva de la existencia humana, sino que también, al explicar la vida en términos de necesidad lógica, se convierte en una manera de evitar la elección y la responsabilidad. Creía que los individuos crean su propia naturaleza a través de su elección, que ha de hacerse sin el peso de normas universales y objetivas. La validez de la elección se puede determinar tan sólo de una forma subjetiva.
Un tema que advierte en la filosofía de Kierkegaard y que ejemplifica o ilustra su empeño por reflexionar sobre lo concreto de la existencia humana es la distinción o caracterización que hace de los tres estadios de la existencia. Este tema está ya esbozado o desarrollado en varias de sus obras, pero sobre todo en Estadios en el camino de la vida publicada en 1845. Según Kierkegaard, para que el hombre transciende de la universalidad a la pura individualidad, debe superar los 3 estadios en que transcurre la vida del hombre, determinados por una especie de movimiento dialéctico, distinto del hegeliano en el que la polaridad entre 2 elementos contrapuestos se mantiene siempre, a pesar de que la vida del hombre se centre en uno de ellos.
a) En el estadio estético (existencia), el hombre se conforma con una vida placentera exenta de dolor y de compromiso. La preocupación aquí es arrancarle a la existencia el máximo placer posible, aunque después desemboque en la nostalgia, la insatisfacción o el anhelo de vivir pasados goces.
b) En el estadio ético (ser en sí), el hombre se afirma cada vez más en el amplio tejido de las relaciones humanas, el hombre descubre en sí mismo la verdad, que es la subjetividad (individualismo). En este estadio se manifiesta el sentimiento de responsabilidad ante compromisos adoptados. El individuo se decide por el matrimonio, por una profesión o una actividad social, etcétera.
c) El estadio religioso (transcendencia) al que se llega mediante una relación subjetiva muy personal y autentica con Dios por medio de la fe. Representa el paso definitivo que tiene que dar el hombre. Solo si renuncia a sí mismo, para superar las limitaciones que la realidad le impone, accede a lo transcendente, a Dios, y a la verdadera individualidad.
Kierkegaard toma al hombre como el único eslabón entre los 3 estadios. En el hombre hay un tercer elemento que es el espíritu, que le permite hacer uso de su libertad para escoger entre las posibilidades que se le ofrecen y así proyectarse hacia la temporalidad, hecho que conduce a la nada y origina la angustia, o bien hacia la eternidad, en cuyo caso el espíritu se manifiesta en equilibrio.
Desde el miércoles pasado Parker está encerrado en su propia mazmorra. Algo ha ocurrido de lo que no puede hablar, un suceso que le atormenta y hiere. Está encogido, anonadado, incapaz de comprender el alma humana y sus alteraciones. Sabe que la palabra, el diálogo, la medicina, el amor, pueden paliar los sufrimientos pero en esta ocasión no ha sido así. Un acto dramático gira en su cabeza, le obsesiona, le hace plantearse la vida, mirar de frente a la muerte. Camina por las calles, ausente, intuye que solo el tiempo podrá curar su dolor.
4 comments :
Si para saltarse la angustia de la nada ha de transcender la realidad, y lo que quiera que le haya ocurrido le mantiene tan unido a ella, la lucha por estar sin estar le resultará endemoniada.
Un beso
gaia07, ni te lo imaginas.
Una cosa es jugar a escribir y otra vivir. Cuando ocurren circunstancias (por decirlo de alguna manera) que son incomprensibles por lo extremas, irreversibles, fatales, solo queda aceptarlo y seguir (pero duele, duele, duele).
En cualquier caso, con el post de hoy quedan cerrados los lamentos, hay que seguir.
Un beso
Yo te abrazo fuerte.
Y a Parker también (por si le saco una leve sonrisa)
Gracias virgi, esto de los blogs es, también, una buena terapia
Un abrazo.
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