domingo, 28 de marzo de 2010

Odio.


La causa perdida de la poesía

Poetas de mi país y de mi tiempo, ya que compartimos
esta manera de pronunciar el mundo,
quisiera buscar junto con vosotros el hermoso sentido
que han perdido nuestras palabras.
Quizás nos hemos equivocado de escalera
subiendo hasta aquí.

Si reparamos en nuestra ocupada tierra, en nuestros toscos
antepasados, en nuestro relegado dialecto,
da la impresión de que no tenemos país, ni era,
ni lengua,
ni canción, si no los creamos nosotros mismos.
¿Cuál es la equivocación?

Quizás sea también nuestra y, sin ir más lejos,
tendremos que actuar contra nosotros mismos.
Somos más anchos que nuestra soledad,
por qué esas ventanas tan pequeñas.
Hagamos unas ventanas más anchas que nuestras paredes
y cantemos una canción de cuna.

Echemos las botellas vacías a la basura. Y las flores,
y la luna, y los espejos, y los ojos,
y los sueños, y las estrellas, y los corazones decorativos,
y las rimas como amour y toujours
a la basura. Desempolvemos nuestros valores
hasta estornudar.

Aupemos escalón a escalón la deteriorada bandera
de nuestro raciocinio.
Cantémosle una canción de cuna
a nuestro país.
La poesía no transforma nada, no convierte en fanático
a nadie,
pero hagamos algo por encontrar palabras de la medida
de nuestro país y de nuestro tiempo,
de una talla que pueda usarlas el mundo, el siglo
y la gente.
La poesía no es una actividad descomunal, consiste
en jugar a restaurar el lenguaje,

en enmendar la manera de enlazar las reflexiones,
componiendo una obra imperfecta,
pero consideremos que es una ocupación humana tan digna
como preparar limonada.
Cantémosle una canción de cuna a la cuna vacía
a nuestro país.

Joseba Sarrionaindia.


• Tú, hijo de puta ¿qué miras? Te meto cuatro hostias que te enteras. Rápido, bajar todos. Tú, cabrón. Darle caña, darle, darle. Vamos, vamos, a correr. El pueblo sabe distinguir.


• Y se mete al ayuntamiento. Para sangrar al pueblo. Él, que nunca ha sido ejemplo de nada. Parecía otra cosa. Pues que se prepare. Y vosotros. Explotadores. El pueblo no olvida.


• Mi hijo. Ocho años lleva preso. Él no fue, estoy segura. Este fin de semana también iremos a verle. Debe resistir. Entre todos le sacaremos. Es un luchador, un ejemplo para el pueblo.


• Antes bien que nos han jodido. Cabrones. Que mi madre tenía que ir a su casa a limpiar, de sol a sol. Y llevar el agua. Ni nos miraban a mi hermana y a mí, ni existíamos. Y a padre, siempre humillado. Sí señor, por aquí, sí señora por allá. Hijos de puta. Les está bien empleado. Allí estaban, temblando, sin nada, todo quemado. Ya no galleaban. El pueblo sabe hacer justicia.


• Tanto odio, tanto dolor, tanta muerte, tanto sufrimiento.

11 comments :

gloria dijo...

Algunos piensan que no puede existir el amor sin el odio. No puedo estar más en desacuerdo con algo.
Si pudiéramos por un momento olvidar que estamos en una carrera hacia ninguna parte... si dejásemos de correr por un momento y pensásemos qué es realmente lo que nos falta y anhelamos, qué nos angustia... Cariño, amor, sin más. Así de sencillo.
Lástima que nos empeñemos en seguir corriendo.

Te pienso y te agradezco.
Continuamente.
Todos los besos detenidos en el camino.

 Mayte dijo...

Las personas han de conocer todos los sentimientos buenos o no tanto para decidir porque camino seguir, por desgracia, el odio suele traspasar más allá incluso del amor, porque todo lo destructivo engancha a quienes tras su alma hay huecos profundos que ni ellos o nosotros logramos sentir.

Un biko grandote pa ti. ;)

Pedro M. Martínez dijo...

gloria y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

Veo en la televisión el atentado en el metro de Moscú. Tantos muertos. El odio.

En lo que dejo aquí hay cariño. Curiosamente siento cariño hacia ti, aunque solo conozco tu cara (tan guapa, eso sí).
A nuestra manera, escribiendo en un blog también aportamos sentimientos positivos.
Te agradezco el comentario pero, oye, no dejes los besos detenidos, suéltalos.
Vale, por ahí llegan.

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte tu comentario me parece críptico.
O es que estoy espeso de lunes.
Eso de conocer todos los sentimientos me parece complicado.
Para controlar dos o tres ya tengo problemas, imagina controlar todos.
¿Ves? Se me ha descontrolado hasta el comentario.
Anda, nos damos ese biko, muy largo.
Gracias.

Shandy dijo...

Pedro, tus textos son una buena denuncia. En los cuatro aparece la palabra "Pueblo"... Cabría preguntarse de qué Pueblo están hablando. Los muertos también son pueblo. No se puede utilizar la excusa política para justificar los asesinatos, no se puede hacer la guerra en nombre de la paz. La violencia y el odio son espirales que engendran más de lo mismo.
Tus textos me hacen pensar en "Los peces de la amargura" de F. Aramburu, historias muy sencillas en donde se habla del dolor de todos, de ese Pueblo que son unos y otros.
"Hagamos unas ventanas más anchas que nuestras paredes
y cantemos una canción de cuna".

Un abrazo

Tempus fugit dijo...

La causa perdida de la poesía... Magnífico poema. He de reconocer que no había oído hablar de Joseba: me pongo a buscar más sobre él.

Me gustaría que fuera verdad eso de que el pueblo sabe hacer justicia.


un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Shandy, este es un tema en el que no puedo ser tibio.
En nombre de un Pueblo, de una Bandera, de una Nación, incluso de una Idea sea la que sea, no cabe nunca la violencia, el asesinato, el salvajismo de un atentado.
Conozco el odio, de cerca, no trae nada bueno, envenena la vida.
Sé de qué estoy hablando, no sé si en mi escrito queda claro.
Habitualmente dejo aquí otro tipo de textos, de sentimientos, de emociones amorosas, relaciones del corazón, flaquezas del alma. El de hoy es diferente, quiero que sea diferente.
Me ha costado dejarlo, hay cuestiones que son muy delicadas. Y no es lo mismo ver los toros desde la barrera que estar en la arena a su lado. Un toro es un bicho muy grande.
A veces leo opiniones políticas (¿?), no quisiera que entrasen en mi blog.
Mi texto de hoy habla de odio, de violencia, de rencor, de venganza.
Es una ingenuidad por mi parte haberlo colgado (pero a lo hecho, pecho, que decía mi abuelo).

Por cierto, me encantó el poema.
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas,la nación como obsesión, nosotros somos el pueblo, frases que escuché este agosto pasado en Alemania.
¿El pueblo sabe hacer justicia? Veo a parte de ese pueblo en diferentes programas de televisión y creo que vivo en Marte.
En cualquier caso ¿Justicia? Leo decisiones judiciales en diferentes medios de comunicación y creo que algunos viven en Marte (presuntamente, claro).
Joseba Sarrionaindia…te llevarás una sorpresa.
Hoy abrazo doble.

El peletero dijo...

¿Cuál es la equivocación?, que el pueblo no sabe hacer justicia, nunca ha sabido, sólo limpia, baldea y friega y en su ansia y su miedo se va algo por las cloacas que acostumbra a ser también, una vez más, sangre. Tanto odio, tanto dolor, tanta muerte, tanto sufrimiento.

Saludos.

El peletero dijo...

¡Ah!, y no seas tibio, Pedro, no lo seas nunca con esas banderas, te lo dice un catalán que piensa, habla, siente, y escribe en el catalán que oyó de sus padres y que ama a su país pero que no tiene ni quiere ninguna bandera, ninguna, ni blanca ni negra.

Saludos y tienes toda la razón.

Pedro M. Martínez dijo...

El peletero, las banderas, las religiones, el poder, demasiado para estas vísperas vacacionales. Simplemente quise mostrar el odio.
Puedo escribir sobre otros temas, pero ahora huyo de confrontaciones.
Quiero paz.
Saludos.

Ah, no sé ser tibio.

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