Carmen Pascual
Los bombones
Es cierto, aproveché la ocasión. Hacía meses que mi instinto me decía:
- " ! Olga, esos bombones tienen que ser exquisitos.!"
Cierta tarde la señora había salido, al teatro creo recordar, fue entonces cuando mi naturaleza me llevó hasta la vitrina y con tranquilidad no exenta de una extraña atracción morbosa me dispuse a dar cuenta de aquellos bombones.
Al abrir el paquete los vi, los olí, los toqué... sentía escalofríos, al fin los iba a saborear. Probé el primero con delicadeza, mi lengua daba vueltas alrededor del manjar, el chocolate se fundía con la saliva. La sensación era arrebatadora. Era mío y me lo estaba comiendo.
Cuando toqué el segundo bombón noté una redondez sinuosa en su forma, tan solo lo sentía en mis dedos, no lo miraba. Cerré los ojos y me lo acerqué a los labios, el olor era afrutado como naranja amarga.
Lo chupé, lo mordí, le saqué el jugo, lo succioné a conciencia. Lamía cada vez más deprisa. La ansiedad me dominaba, disfrutaba, si, pero el deseo se interponía en la dulce sensación del regocijo lento y pausado que requieren las delicias más exquisitas.
Cuando hube acabado me limpié la boca con cuidado, mis manos temblaban, era presa de un efecto insólito antes en mi persona, todo mi ser emanaba sudor, goteaba de forma desmesurada.
Una especie de rubor nació de lo más dentro de mi misma. Estaba exhausta y sabía que aquello era solamente el principio.
Carmen Pascual
13 comments :
Ayss...
Me voy a la nevera, que hay helado de chocolate.
:(
Vaya, vaya con los placeres a escondidas... me ha gustado muchísimo la sensación de lo oculto, del disfrute asociado al secreto, y esa manera de saborear, palpar, comerse con los ojos los bombones.
Pero lo que más me ha gustado ha sido el final que "es sólo el principio" ... ¿de qué?
Genial. Me encantó.
Enhorabuena.
Una idea exquisita en este blog.
No se pueden leer estas cosas a las 4,3O de la noche. Tienes que taparte la boca para que la risa no despierte al personal ¿Cómo les explicas que un bombón tiene la culpa?
Hoy soñaré con cosas prohibidas y muy, muy dulces.
¡Carmen, está estupendo!
Esa chica va a desear que la señora salga con frecuencia. ¡Qué concentrado el placer así disfrutado!
Un abrazo dulce
Um bombón para Pedro, porfi
El bombón como la apariencia más diversa y gesticulante del cacao.
Besos.
Los mayores placeres los disfruta el cuerpo para alegría del alma.
¡Bendita naturaleza!
He disfrutado tanto como Olga.
¡Carmen genial!
Psss, psss, Olga, escucha tiene que haber un buen cava por ahí, búscalo y entre bombón y bombón moja tus labios en él, los sentiras estallar suavemente dentro de ti.
Ya me contarás.
Un saludo
Me encantó,Carmen.
Carmen, resulta que soy muy goloso. Y no solo de chocolate y azúcares, que entro a tus páginas y es como el escaparate de una pastelería, que no sé qué pastel comer, que es un lujo para los sentidos, que eres detallista y minuciosa, que nos dejas una colección de sensibilidad y cultura tan grande que no sabe uno por dónde empezar.
Tus bombones…es un relato valiente, mira tú, es un cuento corto y culto, para paladares que sepan contrastar y gustar de los sabores de antes y de mañana, los que sepan que para llegar a la S hace falta pasar por la B, por la H. Y haber conocido esas letras al dedillo. Es decir que la trilogía Millenium está muy bien (me la he devorado) pero que si no has pasado por Hesse o por Veinticuatro horas de la vida de una mujer, incluso por Los Tres Mosqueteros (por ejemplo) pues no has comido nunca bombones, a lo sumo caramelos de menta con colorantes y conservantes caducado.
Algo así te quería decir.
Además de darte las gracias.
Siempre el bombón enciende una luz desecha de chocolate.
Siempre su río nos agujerea.
Nos deja, eso sí, más perfilados de ansia.
¡Qué ricos! Mummm
Toda una delicia para el paladar.
Brel ya lo decía, les bonbons..mejor que las flores, donde va a parar.
Un abrazo a los dos.
Bueno, bueno... encantadísima de haber participado con un trocito dulce de mi misma.
Me ha resultado una experiencia genial colaborar en este blog tan acogedor y activo.
Personas generosas y blogs con mucho encanto me encontré al indagar en vuestras letras.
Un abrazo sincero y enorme para todos. Pedro te agradezco muchísimo la oportunidad de sumarme a estas relaciones "on line", que tanto acarician el corazón.
ahora tendré que levantarme, ir a la cocina y llevarme a la boca uno de los bombones que tengo, esperándome...
¡que apetito se me ha desatado!
biquiños,
Uf, Carmen... hablas de bombones y chocolates, un exquisito placer para el paladar. Pero en la forma de narrar y sobre todo al final sugieres muy bien las emociones y sensaciones que despiertan los placeres prohibidos, las tentaciones.
Me gusta mucho el final, ese rubor interior que ella descubre que siente, ese pudor en su sentirse culpable. Sí, pero sabe que "recuncará". Qué terriblemente humanas son las pequeñas tentaciones.
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