Mirada de agua.
El cántaro de agua.
"El agua de un oasis rodeado de desiertos es más apreciada".
Subir hasta allí era muy costoso, una escalera tras otra, subía o bajaba, ya no sabía en que escalón se encontraba. Abrió una pesada puerta, empujándola con sus dos manos. Ante sus ojos se presentaba una habitación de piedra, en cuyo centro había una mujer postrada sobre un altar de granito. A los pies del altar, un cántaro con agua viva. La luz se reflejaba en el cuerpo vestido de seda blanca, se mezclaba entre sus cabellos negros que reposaban sobre la piedra, no dormía, miraba al horizonte de sus sueños. El hombre se quedó mirando para esa belleza que radiaba toda la habitación, sin atreverse a dar un paso más.
“Entra cubriendo el vacío, estoy descubierta para ti” - una voz invadía sus sentidos. Un miedo envolvía el agujero que sentía dentro de él, su propia oscuridad reinaba dentro.
“Recoge el agua que llevas y lléname de ti” - seguía la voz retumbando dentro de su mente.
Se acercó al cántaro de agua, lo cogió con sus manos y lo entornó sobre el pecho de la mujer, a medida que derramaba el agua, una luz lo llenaba por dentro.
“Suave, mi bien, poco a poco, lléname, no derrames ni una sola gota fuera, toda debe de ser para mí”– eran sus ojos los que hablaban para él.
Por un instante, este hombre sintió caricias que apartaban el miedo que lo envolvía. A medida que llenaba el vacío en el pecho de ella con el agua del cántaro, él se cubría de luz, luz que despertaba las sombras. Sintió ternura y libertad. Sintió crecer dentro un calor que lo empapaba. Deseaba lamer el pecho frío y helado de aquella mujer que le devolvía a la vida.
“Entra cubriendo el vacío, estoy descubierta para ti” - una voz invadía sus sentidos. Un miedo envolvía el agujero que sentía dentro de él, su propia oscuridad reinaba dentro.
“Recoge el agua que llevas y lléname de ti” - seguía la voz retumbando dentro de su mente.
Se acercó al cántaro de agua, lo cogió con sus manos y lo entornó sobre el pecho de la mujer, a medida que derramaba el agua, una luz lo llenaba por dentro.
“Suave, mi bien, poco a poco, lléname, no derrames ni una sola gota fuera, toda debe de ser para mí”– eran sus ojos los que hablaban para él.
Por un instante, este hombre sintió caricias que apartaban el miedo que lo envolvía. A medida que llenaba el vacío en el pecho de ella con el agua del cántaro, él se cubría de luz, luz que despertaba las sombras. Sintió ternura y libertad. Sintió crecer dentro un calor que lo empapaba. Deseaba lamer el pecho frío y helado de aquella mujer que le devolvía a la vida.
(Blog: Mirada de agua)
13 comments :
¡Qué hermoso! ¡Qué erótico! De un intenso lirismo y luces de primavera que llenan una habitación oscura.
Se está bien paseando por aquí. Besazos.
El agua corre y desquebraja con su fuerza y vitalidad hasta el último momento del alma.
Bikiños y salgo de puntillas.
No vale, Guada, lo sabías, lo sabía. Ya sabías que te iba a dejar como regalo por tu hermoso relato tan acogedor esta canción: pues toma.
http://www.goear.com/listen/ffd558f/Te-llenaré-de-luz-jordi-bonell
Verter algo sobre alguien siempre es vivificante.
Un relato muy sensual, muy vivo.
El agua como símbolo de vida.
Un placer leerte.
Un beso.
Mirada, no puede ser, no puedo comentar este cántaro de agua, que te veo sentada a la sombra de aquella iglesia coruñesa y se me cruzan los dedos, escribo de derecha a izquierda, de abajo arriba y no me entiendo. Tu recuerdo, tan fuerte, no me deja escribir nada, que leo y te interpreto, que las letras me saltan y eres tú y lo que dices te deja transparente (iba a escribir desnuda pero me ha dado apuro). Que por encima de la literatura –magnífica por cierto- es que te dejas entera en ese texto. Y mira que yo sé poco de esas cosas del alma, de los anhelos, del deseo, pero, niña, es que es un escrito de cristal. Y lo releo y me entran unas ganas locas de abrazarte y decirte sí, sí, todo está bien y hablarnos de tantas cosas, de tantas.
Esto de los blogs es un ejercicio estéril hasta que el otro/otra está enfrente y nos mira preguntándose si somos reales o aún estamos leyendo, hasta que nos damos la mano y comprobamos que tenemos tanto en común, o nada, pero que el sentimiento es real y fuerte y nos conmueve y lástima que estemos tan lejos (la gracia es vivir en ciudades diferentes, contra más lejos, mejor).
Te esperaba en una plaza de un pueblo en fiestas sin saber cómo eras, sin recordar cómo era yo. Un instante antes de que llegaras lo pensé, madre mía, ¿qué hago aquí? y luego todo fue tan natural, tan hermoso, también tan limpio, que nuestras risas eran un cauce por donde empezó a fluir esta amistad que dura y crece, que te agradezco. Conocer a una persona como tú hace la vida más hermosa, da sentido a conceptos elevados, escuchar tu risa me abre el pecho, responder al teléfono y disfrutar de tu acento me alegra el día, compartir amigos y conversaciones y alegrías (aunque nos piquen las abejas) es un privilegio para todo el año.
Y ya, que no puedo escribir, que te leo y se me cruzan los dedos, en ese cántaro de agua estás tú entera.
Te beso bajo el agua (y no derramo ni una gota)
“Suave, mi bien, poco a poco, lléname, no derrames ni una sola gota fuera, toda debe de ser para mí”. Lo que puede expresar una mirada.
Tanto como expresas tú(Mirada) aquí.
Precioso
Un abrazo
Apaguen este fuego con el agua del cántaro...¡que me quemo!
Un gusto haberte leído desde Berlín.
Agua como sangre, como savia, como luz que ilumina y vivifica.
Una entrega mutua, desde la piedra hasta la carne.
Muy sensual, sí
Cuando he entrado en Glup y he leído tu nombre he suspirado dulcemente con una sonrisa.
Me ha predispuesto a disfrutar de tu lectura sabiendo que la ternura y la claridad iban a llenarme el alma.
Y entonces, al tiempo que leía y les imaginaba, oía el sonido cantarín del agua cayendo suave sobre el pecho iluminado…
Solo inundando de felicidad al otro, a los otros, puedes llenarte tú.
Solo puede contarlo así Mirada.
Ciertamente es un texto que devuelve el gusto por la vida, así a chorros... sin anestesia. Con libertad, con suma ternura, como debe ser.
Un placer y un beso.
Sensualidad, erotismo, ternura, calidez... "un cántaro con agua viva" (cuanta luz en esa metáfora tan visual). Mirada, he visto en tu texto la luz y las mujeres de Vermeer. Incluso esa serenidad que ellas suelen tener en la Mirada, la proyecta también narradora con su estilo y el tono de la narración. El texto es una pintura delicada.
La luz y el agua preñan de vida.
Un abrazo
Disculpad ante todo, mi retraso en agradecer cada una de vuestras palabras, de vuestros cariños y de vuestras atenciones para estas letras que han querido estar cerca.
Me parece un hermoso homenaje a cada una de nosotras, de vosotros, de ellos y de ellas. Un hermoso homenaje a su persona, también, a nuestro Pedriño del alma, que nos ha querido reunir más cerquita de él, ya no sólo en comentarios, sino en nuestra propia esencia, lo que damos de nosotras mismas, de nosotros mismos en este compartir ya (para algunas y algunos) desde hace varios años.
Creo que me hago entender, este estar y ser en Pedro Glup, es un honor, un honrarle también a él en esta amistad que nos procesa a cada una, a cada uno.
Que me siento muy agradecida, que os respeto, os aprecio, os estimo.
(también a ti, Pedro, ;-) ). ¡qué te quiero Pedro.!
Os abrazo y beso, indiscriminadamente.
Guada Neira
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