miércoles, 24 de septiembre de 2008

Carta del amante premonitorio.

"Soy un caprichoso usador de palabras,
no un poeta. Ésa es la verdad."
(Dylan Thomas)


Cuando ya no me quieras, tango, vas a empezar a odiar esta manera mía de mirarte con ojos de lejos y musgo, esta manera de acariciarte entre horas, como si los días estuviesen compuestos de humo entre los árboles de este bosque donde ahora estamos gozosamente perdidos.

Cuando ese momento llegue preferiría estar dormido o de viaje, huido, con los párpados cubriendo la realidad de tu desdén, de tu mirada fría, de tus manos inmóviles, de tu labio inferior que ya no tiembla. Como un gnomo que anda de noche, mis brazos se hunden en la tierra de nadie de volver a estar solo y castillos heridos, ejércitos de melancolía y ya sé que no soportas mis analogías grises, mis esforzados intentos de metáfora, mi mezcolanza pueril de poetas y libros de bolsillo, extractos de artículos de prensa y citas decadentes. "Ya no se escribe así, que no te enteras", me dices, me dejas la camisa llena de reproches, me viertes cafeteras de desprecio sobre mis pantalones indefensos. Y sé que antes te gustaba. Es un lío esto del antes y ahora, no recuerdo cómo te llamas, tu rostro se confunde con otros rostros, bofetadas, dialécticas de momento, y desplantes.

Cuando ya no me quieras habrá un desierto con tres soles, un mar abierto con cangrejos bocabajo y peces que discuten, habrá un no saber qué hacer con tus regalos en paquetes -¿donde los envío?-, tus cartas atadas con una cinta amarilla, tus reproches numerados, tu mirada de tundra. Ay, amor de ahora, mujer viajera por mis territorios de ultramar, paseante de mis arrabales, filósofa buscando argumentos con el candil de tu lógica de lo posible, el resto no existe, solo lo que se puede tocar vale, y los dichos. Guardas mis dichos como una prueba irrefutable de mis pensamientos, de mis deseos, de mi pretendida distancia. Te mueves de un vértice a otro de este triángulo que no suma, ni resta, ni siquiera es un triángulo pero ya sabes que yo no sé.

Te cuento todo esto desnudo, tumbado a tu lado, con mi mano en tu muslo, con la sorpresa agazapada detrás de la puerta, con un dragón de deseo jadeando sobre nosotros. No sabes cómo adoro tu cuerpo, cómo disfruto de esa lenta manera de acariciarte, de buscarte en tus esquinas y rincones, rendido a esa respiración junto a mi oído. Hasta aquí hemos llegado pero no hace falta que me empujes, ya me voy, no necesitas ponerte tan seria, tan fría, tan llena de miradas congeladas.

Y deja el cuchillo.

(Fotografías: Bogdan Jarocki)


15 comments :

Anónimo dijo...

Me gusta..... me gusta.... y ademas es una bestial sensación sentirse asi.... diablos!!!!! Vuelves a esmerarte. Te merecias un descanso. Bikos.

PERSA dijo...

Sí, muy bien, este texto se parece a esos aretes esmerados de las tehuanas mexicanas. Pesan pero son hermosos.
Paso a despedirme y agradecer su hospitalidad y generosidad.
Abandono este recinto del placer pues misiones intergalácticas me demandan.
Salud y saludos Pedro Glup.

mirada dijo...

Me encantas las sensaciones que proyectan tus palabras, las imagenes de tus palabras.

Mandarina azul dijo...

Esto no se hace. A mí no se me han de dar estos disgutos de buena mañana. Esta carta debería ir acompañada de uno de esos previos anuncios que advierten:
Aviso: La lectura de esta carta puede provocar maremagnum de sensaciones.
Te perdono porque es preciosa, que si no...

¡Un beso!

Pedro M. Martínez dijo...

Lobito, vamos a ver, como es eso que me merecía un descanso. Me esmero siempre, chavala, me saldrá mejor o peor, te gustará más o menos, pero me esmero (quizás demasiado) cada día.
Menos mal que me das bikos finales , estaba esperando una colleja.
Jajajajajajajajaja
(guiño)

gaia07 dijo...

Este amante ya se ha convertido en un amor.
Sus premoniciones las dirigen sus sentimientos, se ha saltado las reglas, ya no encajan las piezas de esa forma.
Un beso.

Anónimo dijo...

Es verdad, se ha convertido en amor. Y a mí me fascina esta carta. Y además entiendo todo mucho mejor... porque el otro día Margot te dio fuerte donde dolía, que no se sabe dónde es, y ella sentiría hoy que esta carta va dirigida a esa mujer suya con cuchillo.

Un beso, Pedro.

matrioska_verde dijo...

Es un texto impresionante, si no fuera que ahora mismo estoy en un ordenador en la biblioteca me habría puesto a llorar. Me ha pusto el vello de punta. Es perfecto.

bicos,

Pedro M. Martínez dijo...

PERSA, pues ha sido un placer.
En Gamínedes nos vernos.
Salud para ti.
Y no te dejes la escafandra.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, me encanta que te encante.
Hay sentimientos que son un vehículo para determinadas expresiones.
Beso

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias por tu magnanimidad Mandarina azul, procuraré enmendarme y ser más plano.
Un beso

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, este amante es ya un amante sin brújula que busca el norte en el sur y que un día se da cuenta que su nave estaba varada en el jardín de su casa.
Qué cosas.
Ahora que ya no hay mar.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Me vas a perdonar elshowdefusa que no tenga tu clarividencia (o tu memoria).
Primera parte, me alegra que te haya gustado esta carta.
Segunda, Margot puede hacerme lo que quiera porque es un cielo y porque escribe muy bien, pero no recuerdo que me diese fuerte.
No me hagas mucho caso, tengo mala memoria para los golpes, además corro mucho (con un cuchillo, como para no correr)
Un beso

Pedro M. Martínez dijo...

Muchas gracias Aldabra.
No sale solo de dentro, sino de dentro de dentro.
Because.

Unknown dijo...

Amor cuchillo
amor dulce y doloroso.. y mira que me gusta leerte y seguir los hipervinculos... y no lo habia leido... sera ?? jajaja1


Besos....!!!

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